Las fotos que no avergüenzan ni a Salvador Illa ni al presidente de los obispos españoles
El socialista participa en un diálogo con Luis Argüello antes de presidir el acto institucional de la Diada en Madrid
MadridEn la visita que realizó el pasado año a Madrid para celebrar la Diada, Salvador Illa envió un mensaje claro. Con él como presidente de la Generalitat, Catalunya no renunciará a ocupar ningún espacio ni a establecer ninguna relación con instituciones del Estado, tal y como había hecho el independentismo. Lo demostró entonces con un encuentro con el rey Felipe VI en el Palacio de la Zarzuela, tras nueve años de plantadas del Gobierno, y ha vuelto a hacerlo este año acercándose a la Conferencia Episcopal Española, presidida por el conservador Luis Argüello, conocido por ser muy crítico con Pedro Sánchez. El dirigente socialista catalán ha conversado durante una hora con Argüello invitado por la Fundación Pablo VI y la Universidad Pontificia Comillas, en un acto público que sus organizadores han reivindicado como "una puerta a la esperanza de que se puede ir avanzando en la concordia, la responsabilidad cívica y la fe en un escenario de polarización política".
Para promover que se estableciese algún punto de acuerdo entre ambos, que en el análisis político nadie esperaba que llegara a pesar de ponerse a dialogar –hace meses que Argüello, también arzobispo de Valladolid, reclama abiertamente elecciones en España–, el moderador de la conversación ha recurrido al fútbol ya la religión. Ambos son católicos practicantes y equipos rivales del Barça. "El Real Madrid y el Espanyol siempre se han entendido bien", ha dicho bromeando el director general de la Fundación Pablo VI, Javier Avezuela. Efectivamente, Isla y Argüello se han entendido bien en cuanto a las formas y reflexiones genéricas contra la "polarización" de la sociedad y esa "necesidad de diálogo", y no han confrontado porque han pasado de puntillas sobre los temas que podían ser espinosos. El presidente de los obispos españoles no mencionó a Sánchez, si bien remarcó que la "polarización política", que Isla también lamentó, "no viene como una lluvia del cielo inesperada" sino que es una "estrategia". "La cuestiono cuando se utiliza como medio para obtener resultados electorales", ha dicho.
Illa ha apuntado que "no se puede negar al otro" y ha reivindicado que, en su caso, lo ha practicado "agradeciendo la labor" de todos sus predecesores en el Palau de la Generalitat. En este sentido, Isla ha defendido la reunión que mantuvo en Bruselas con Carles Puigdemont. "Pero ¿cómo puedo pedir yo a los ciudadanos que convivan entre ellos si yo no soy capaz de reunirme con el líder del segundo partido de mi país?", ha planteado. Argüello también ha afirmado que, por mucho que se mantenga firme en sus posiciones, a él tampoco le asusta relacionarse con representantes de cualquier ideología. "Me hago una fotografía con Isla donde hace unos meses me la hice con [Santiago] Abascal y no me avergüenzo de ninguna de las dos", ha argumentado Argüello, quien ha criticado que después los medios, por el contrario, puedan describirlo a la vez como "el rojo de los años 70" y "el facha del siglo XXI".
Una afirmación que ha despertado el aplauso del público, entre el que había tanto miembros de la Iglesia, algunos reconocibles por el alzacuello, como de las instituciones culturales y educativas organizadoras, de ámbito religioso, así como estudiantes. Dos chicos jóvenes, uno con un crucifijo en el pecho, se acercaron tanto a Isla como a Argüello al final del acto para pedirles fotografías. Ambos del PSOE y católicos. Uno ha explicado al ARA que Isla les genera admiración por el hecho de que combina estas dos vertientes y por el tono conciliador que despliega para hablar de asuntos que pueden ser controvertidos en Madrid. "A veces me duele que las propuestas que vienen del ámbito catalán, sólo por venir de dónde vienen, sean vistas con recelo. Pido juzgar las cosas por su contenido", ha reclamado Illa.
Sube el tono a la Diada
Tras la conversación con Argüello, Illa ha mantenido reuniones privadas –su entorno no desvela con quien en plena negociación sobre la financiación con ERC– y se ha encontrado con el ministro de Agricultura, Luis Planas. Por la noche presidió el acto institucional de la Diada en el Centro Cultural Blanquerna en la capital española, donde subió el tono contra los "discursos extremistas" que atacan la "convivencia" por la que apuesta. "Convivencia es lo que se vive cada día en las escuelas catalanas, por lo que defendemos nuestro modelo lingüístico. No podemos permitir su politización", ha defendido acompañado de siete ministros de Sánchez. Allí estaban pesos pesados como la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, quien tiene la clave de la negociación de la financiación, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños.