Elecciones gallegas

¿Qué está en juego en las elecciones gallegas? PP y BNG, codo con codo por la presidencia

Sánchez y Feijóo también se disputan la credibilidad de sus proyectos

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El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda (PP), en una reunión con la jefa de la oposición gallega, Ana Pontón (BNG)

BarcelonaLa cuenta atrás ya ha comenzado y la campaña de las elecciones gallegas ha dado el pistoletazo de salida a medianoche del viernes. En el Parlamento del territorio hay tres partidos con representación –PP, BNG y PSdeG-PSOE–, pero la batalla electoral se ha planteado como un cuerpo a cuerpo entre los populares y los nacionalistas. El eco de la política española y Pedro Sánchez están bien presentes como un espantajo que utiliza la derecha, que ha advertido del "peligro" que supondría tener una presidenta soberanista como Ana Pontón (BNG). El actual presidente de la Xunta, el popular Alfonso Rueda, teme que sería "una sucursal del independentismo" y tiene el reto de impedirlo y revalidar la mayoría, después de quince años seguidos de su partido en el gobierno. Es una campaña en la que las encuestas muestran un resultado ajustado, que puede ir de muy pocos votos. ¿Qué se juega Galicia en estos comicios?

De entrada, la fecha de la convocatoria, el 18 de febrero, es bastante atípica, condicionada por el Carnaval, que paraliza a todo el país. El último precedente de elecciones por estas fechas fue en el 2009 con el bipartito entre PSdeG-PSOE y el BNG: hubo cambio de gobierno, iniciando así la etapa de Alberto Núñez Feijóo en la presidencia. Por ahora, las encuestas publicadas muestran una mayoría absoluta por la mínima del PP o bien la suma de los nacionalistas y socialistas. La distancia del Bloque Nacionalista Gallego respecto a los socialistas es significativa. Por eso, su líder se ha erigido en la alternativa.

¿Qué dicen las encuestas?

La encuesta preelectoral del CIS pronostica que el PP sería el partido más votado con el 43,2% de los votos y entre 36 y 38 escaños, por lo que la mayoría absoluta les cuelga de un hilo porque está fijada en los 38. El BNG sería segunda fuerza con el 29,3% (20-23 escaños), con seis puntos más que cuatro años, y el PSOE sería tercero con el 20,4% de los soportes y entre 15 y 17 escaños. El problema lo tendría Sumar, que con un 3,5% de los votos no tiene garantizada la representación, que requiere un 5%, y mucho menos a Podemos y Vox. En cuanto a candidatos, un 38,1% prefieren a Alfonso Rueda como presidente, pero Ana Pontón le sigue con un 28,5%, a una distancia abismal del candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro (13%).

La resto de sondeos, de La Voz de Galicia, Noso Diario o de periódicos como elAbc, coinciden en el gran crecimiento de los nacionalistas y la subida del bloque de izquierdas. Aunque los medios derechistas han tendido a pronosticar la mayoría absoluta popular, lo han hecho por la mínima y con menos votos. Asimismo, está claro que los socialistas no levantan la cabeza, relegados a ser tercera fuerza. Lo que será clave es el nivel de participación: según el CIS, un 69,9% de los gallegos quiere votar, pero otras encuestas lo hacen bajar hasta el 55%. El cambio político requeriría una gran participación, apuntan los expertos.

¿Qué plantean las candidaturas?

En estas elecciones confluyen muchos elementos en disputa: el eje social, la valoración de los sucesivos gobiernos del PP, la cuestión nacional y la lectura estatal. Nacionalistas y socialistas pretenden tumbar a más de tres décadas de gobiernos derechistas y, en concreto, las cuatro legislaturas consecutivas iniciadas por Feijóo.

El BNG ha planteado una campaña centrada en Galicia y problemas sociales, económicos y nacionales. Por eso, hicieron hincapié en la dicotomía de ellos o el PP, así como en la defensa del cambio como elemento central. Tras la alianza con Anova, con el reencuentro con un puntal del nacionalismo que se había escindido del BNG como Xosé Manuel Beiras, han dejado la división pretérita. En la campaña, el impulso del autogobierno y la lengua también está siendo fundamental, tras un retroceso pronunciado estos años, entre otras cosas por la "castellanización" del sistema de enseñanza.

El PP ha subrayado la cordura , la moderación y la estabilidad como sus aportaciones más relevantes, además del vínculo con la galleguidad. Lo ha contrapuesto al "multipartito" de izquierdas y al "independentismo". Reivindica su obra de gobierno y "la isla de tranquilidad" del territorio, si bien las reclamaciones propias las han hecho contraponiéndolas en Cataluña, lamentando la condonación de la deuda anunciada. Hace cuatro años el lema era "Galicia, Galicia, Galicia", pero este año la batalla política española y el gobierno de Pedro Sánchez han entrado de lleno de la mano de Alfonso Rueda.

Donde la izquierda ha intentado hacer más daño en el PP, además de la "mala gestión" en la mayoría de los ámbitos, es con la crisis de los pellets de plástico en el mar, por la "tardana" reacción de la Xunta a este problema medioambiental. El PP ha respondido culpando a Pedro Sánchez y acusando a socialistas y nacionalistas de promover una "red coordinada de perfiles falsos" en las redes para desprestigiar al PP.

El socialista Besteiro intenta hacer sombra a Pontón con la idea de cambio y poniendo el acento en la agenda social. Se ha reforzado con ministros para tratar inversiones, al igual que lo ha hecho Marta Lois, la candidata de Sumar, acompañada de Yolanda Díaz. Ella se ha focalizado en el discurso de izquierdas socioeconómico, pero le penaliza la división con Podemos, liderado por una Isabel Faraldo a la que ninguna encuesta da representación. Vox ha optado por un perfil discreto con Álvaro Díaz-Mella, sin demasiadas opciones, y en Ourense, un partido provincial también se presenta para entrar. Será clave ver lo que restan en PP, PSdeG y el BNG los partidos minoritarios con pocas opciones.

Qué se juega España

Ahora bien, en la campaña ha entrado de lleno la pugna política estatal con la amnistía de por medio y el miedo al independentismo empleado por el PP como fantasma. Serán las primeras elecciones tras el acuerdo sobre la amnistía y se le juega Pedro Sánchez, a quien un mal resultado podría dejar muy tocado como preludio de las elecciones europeas. Se la juega Yolanda Díaz en su tierra después de la división absoluta en el espacio. Ahora bien, fundamentalmente se la juega Alberto Núñez Feijóo: él logró cuatro mayorías absolutas y él escogió su delfín, Alfonso Rueda. Una victoria contundente, opinan en el PP, les acercará un poco más a la Moncloa.

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