Manual de instrucciones para combatir a Vox en la red
BarcelonaTodo el mundo sabe que uno de los motivos que explican el auge de la extrema derecha es su dominio de las redes sociales, y el ejemplo más paradigmático es el de Donald Trump. Por eso es importante conocer sus tácticas y estratagemas. Alguien que las conoce muy bien es el profesor de filosofía de la ciencia de la UAB David Casacuberta, experto en funcionamiento de los algoritmos y las redes sociales. En el marco de los Debates de Pedralbes, organizados por el ARA y el monasterio, Casacuberta dio ayer algunas claves para no caer en sus trampas. “Una estrategia que les funciona muy bien es hacer anuncios muy provocativos, porque así la gente de izquierdas se indigna mucho y empieza a reenviar el mensaje a sus contactos diciendo «¡Mirad qué han dicho!», y no se dan cuenta de que así están amplificando su discurso porque lo hacen llegar a personas a las que ellos no llegarían nunca”.
En este sentido, el caso de los carteles de Vox sobre los menas es paradigmático. “La gente no se queda en si la cifra es falsa o no, sino en el hecho de que los menas viven mejor que las abuelas. Fabrican fake news con el objetivo de que alguien las desmienta y amplifique así su mensaje”.
El debate, moderado por Antoni Bassas y con la participación del filósofo Daniel Gamper, giraba alrededor de la posibilidad de ser un ciudadano libre en las redes. “No puedo evitar tener pensamientos tecnofóbicos”, confesaba Gamper, antes de decir que no cree “que ni las recomendaciones de Netflix sean inocuas”. Y es que el funcionamiento de los algoritmos tiene un peso cada vez más importante en nuestras vidas.
Efecto burbuja
“El algoritmo dice: «Esta persona es independentista». Y Facebook solo te muestra cosas independentistas, y tú acabas pensando que todo el mundo es independentista. Es lo que pasó en los Estados Unidos con Trump cuando los demócratas no entendían cómo era posible que hubiera ganado”, explicó el experto.
Casacuberta explicó cómo habían parado un proyecto de Renfe que buscaba anticipar comportamientos peligrosos de pasajeros según su apariencia. “Esto es una mezcla de pseudociencia y racismo”, criticó Casacuberta. Antoni Bassas preguntó sobre qué cautelas tienen que tomar los ciudadanos para no facilitar el trabajo de estos algoritmos. “Tenemos que reflexionar más: ¿necesitamos mostrar nuestra cara para activar el teléfono? ¿Tenemos que reenviar tantos mensajes?”
De toda manera, Casacuberta se mostró convencido de que los peligros que ahora vemos en las redes remitirán en el futuro. “Twitter es más tóxico desde que permite hacer un comentario con el retuit, porque esto favorece los trols. Pero dentro de cinco años nos reiremos de los efectos nocivos que vemos ahora. Los jóvenes ya hacen un uso mucho más lúdico, más neutro políticamente. En el futuro las redes masivas perderán peso en favor de las más especializadas”, concluyó.