La Medalla de Honor que decidió Laura Borràs y ha entregado Alba Vergés
La cámara ha reconocido a Núria Feliu y Pau Riba a título póstumo y a los impulsores de la inmersión lingüística Margarida Muset y Joaquim Arenas
BarcelonaEn el Parlament de Catalunya se toca un timbre cada vez que entra y sale la presidenta, pero desde el 28 de julio que ya no se escucha: sonó por última vez –y por "deferencia", como se hace en el último día de los presidentes– cuando Laura Borràs se marchó de la cámara catalana después de que la mesa acordara su suspensión como diputada. Este jueves tampoco ha sonado a pesar de la institucionalidad que rodeaba el acto del Parlament: la entrega de las Medallas de Honor, cerca de la Diada del Once de Septiembre. No se ha escuchado ni cuando Borràs ha entrado acompañada de su equipo más cercano ni tampoco con la aparición de Alba Vergés, a pesar de que es quien ejerce las funciones de la presidencia de manera interina.
La jornada de hoy no era fácil para el equipo de protocolo del Parlament. Ellos son los que deciden donde se sienta el Govern, la mesa de la cámara, los expresidentes y, en definitiva, todas las autoridades que tienen que asistir. ¿Dónde tiene que sentarse ahora Laura Borràs? Ya no ejerce de presidenta, pero todavía lo es. La situación es inédita, la solución no sale en el manual y cuando esto pasa se necesita cintura política y protocolaria para encontrar una fórmula ingeniosa que no levante suspicacias.
Hoy en el Auditorio del Parlament –con más calor de lo habitual por los nuevos límites al aire acondicionado– había dos bancadas de sillas separadas: la de la izquierda estaba encabezada por la mesa de la cámara y dos galardonados mientras que a la derecha sentaba el Govern. En segunda fila, los expresidentes del Parlament y los expresidentes de la Generalitat. ¿Borràs tiene que sentar con el actual mesa o con los expresidentes? La solución ha pasado porque se sentara en la primera fila, pero en un extremo junto al secretario tercero de la mesa y diputado de la CUP, Carles Riera.
Los galardonados: agradecimientos y crítica
Los distinguidos por el Parlament de este año han sido, a título póstumo, los cantantes Núria Feliu y Pau Riba. Dos artistas a quien Borràs –aún presidenta– quiso reconocer por su éxito artístico, pero también por su compromiso con el catalán en un momento de "asedio". "Ella siempre decía que su pueblo era Sants y su país Catalunya", ha glosado el hermano de la giganta de Sants, Albert Feliu, mientras que el hijo mayor de Pau Riba, Carles Riba, emulando el estilo más propio de su padre, ha admitido que al cantante, "rebelde" y voz de la "contracultura", le habría "refanfinflado" la Medalla de Honor del Parlament. Y después de un silencio –y algún susto entre el público– ha matizado: "Pero habría salido muy orgulloso" de este acto.
En la línea de reivindicar a los que han trabajado por la lengua, Borràs también propuso como galardonados a los pedagogos e impulsores de la inmersión lingüística Joaquim Arenas y Margarida Muset, que no se han ahorrado los agradecimientos, pero tampoco las críticas. "¿Qué ha hecho el Govern los últimos quince años para evitar el gran retroceso del uso del catalán?", ha preguntado Muset, además de lanzar un dardo envenenado a la última reforma que pactaron Esquerra, Junts, el PSC y los comunes que define el castellano como "curricular" para hacer frente a la sentencia del 25% en las escuelas: "¿Para salvar el catalán tenemos que incorporar en la legislación tantos términos inventados que más que aclarar confunden?"
Tremosa, en la coral
Borràs ha llegado media hora antes del acto andando y ha desfilado por delante de los Mossos d'Esquadra. Esta vez, sin embargo, los agentes no han hecho el ritual habitual para saludarla. Tampoco lo han hecho con Alba Vergés, puesto que la vicepresidenta en funciones de presidenta ha declinado hacer el ritual habitual: salir del Parlament para coger el coche, dar la vuelta al Parc de la Ciutadella y volver a entrar en la cámara a pie para que los Mossos saluden a la presidenta. No ha sido el único detalle de este estilo: Borràs lucía la medalla que se otorga a los miembros de la mesa el día de la investidura –como también han hecho los secretarios Ferran Pedret (PSC) y Aurora Madaula (JxCat)– mientras que Vergés ha decidido no llevarla. Lo que sí que ha hecho la dirigente de Esquerra ha sido ejercer de presidenta durante la entrega de medallas punto por punto. No solo por el lugar que ha ocupado en la sala, sino también porque ha sido la encargada de dar la medalla a todos los galardonados, hacer el discurso de conclusión y las fotografías con amigos y familiares cuando todo ha acabado.
Pero el protagonista inesperado de la jornada ha sido Ramon Tremosa. Vestido de negro de arriba abajo, ha dejado por un rato su papel de diputado de Junts para actuar ante el auditorio como parte de la coral Sant Jordi. Con la interpretación de dos piezas de Núria Feliu y Pau Riba, ha exhibido una de las aficiones que ganó cuando dejó de ser consejero de empresa: con "más tiempo", decidió cantar para "evadirse".