El momento negociador de ERC

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El líder  de Esquerra Republicana en el Congreso , Gabriel Rufián, en el debate sobre los indultos del pasado miércoles.

MadridDespués de la fuerte batalla interna dentro de la coalición del gobierno español para llegar a un acuerdo de presupuestos, ahora llega el momento de la negociación con el resto de partidos de la investidura. Y aquí la formación que tendrá un papel clave es ERC y sus trece diputados. Los republicanos quieren usar la palanca de los presupuestos para ligar otras carpetas abiertas, como el blindaje del catalán en la ley audiovisual o que la futura ley de vivienda española no rebaje la catalana. Sobre el contenido exacto de los presupuestos, no parece que tenga que haber grandes problemas, una vez ya se sabe que serán unas cuentas expansivas que permitirán al ejecutivo tener margen para negociar con los partidos minoritarios.

Pero, más allá de los presupuestos en sí, hay que tener en cuenta que la estrategia de fondo de ERC y su apuesta por la mesa de diálogo pasan por la supervivencia del gobierno PSOE-UP, y esto lo empuja a aprobar las cuentas (habrá que ver qué pasa en Catalunya con el PSC si la CUP se descuelga de las negociaciones con el conseller Giró). Esto es lo que la distingue de Junts, que oscila entre la crítica frontal al gobierno de Pedro Sánchez y la predisposición a negociar unos presupuestos en los que sus cuatro diputados no son aritméticamente imprescindibles. El equilibrio de JxCat no es fácil. Se sentarán a negociar con el gobierno español cuando les llamen, pero se ven más fuera que dentro del baile. Y todavía más después de que ERC no parezca estar predispuesta a consensuar con Junts una estrategia de negociación conjunta. Los republicanos esperan que, después de los contactos que ha habido estas últimas semanas, pronto haya una reunión oficial entre las dos delegaciones que sirva para visualizar el papel negociador de ERC. La cifra del 17,2% de inversión representa un aumento respecto al año anterior (16,5%), pero continúa por debajo de la demanda histórica del peso del PIB (19%). Aun así, no parece un obstáculo insuperable.

En definitiva, el PSOE sabe que ERC es su socio estratégico de legislatura y le conviene cuidarlo, mientras que tiene pocos incentivos para abrir una subasta con grupos catalanes que incluya Junts. Tampoco Junts, a pesar de que en Barcelona se afana en recuperar protagonismo económico, tiene claros los beneficios que tendría apoyar al gobierno español cuando su punto fuerte es la batalla exterior de Carles Puigdemont. Más fácil para el gobierno español sería conseguir el apoyo de los cuatro diputados del PDECat, que necesitan oxígeno político en forma de protagonismo para sobrevivir como partido. La partida empieza ahora.

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