"No vamos bien": la encuesta del CEO sacude Junts per Catalunya
La dirección del partido lo fía todo al regreso del expresidente durante el primer trimestre del próximo año
Barcelona"Qué lástima ver cómo cae el espacio político que me representa. Sería hora de que quien tiene responsabilidades tenga consecuencias". De esta forma reaccionaba el alcalde de Torrelles de Foix, Sergi Vallès (JxCat), en las redes sociales después de conocer esta semana el CEO que dibujaba un empate en tercera posición de los junteros y la extrema derecha de Aliança Catalana. Las reacciones también se produjeron, según fuentes consultadas, en varios grupos de WhatsApp sectoriales y territoriales de dirigentes de la formación. "No vamos bien", resume un alcalde, que como Vallès cree que también debe haber autocrítica por parte de la dirección. Ahora bien, desde la cúpula del partido la idea es aguantar la posición y fiar la remontada a un evento que puede ser próximo: el regreso del expresidente Carles Puigdemont, que ven posible durante el primer trimestre del 2026.
para elegir a los cabezas de lista municipales en los próximos meses. En una intervención ante los cuadros del partido, aseguró que "hay un tsunami político y mediático" contra Junts: "Quieren menospreciarnos, caricaturizarnos y darnos por muertos y extender el miedo y los nervios entre nuestra gente", declaró. En este sentido, ha hecho un llamamiento interno "a no dejarse impresionar [por los sondeos] ya no dar golpes de volante". "Debemos mantener la posición", sentenció el secretario general ante las voces que piden un cambio de rumbo. "Nuestra función es ser alternativa al gobierno de Salvador Illa", se reafirmó, además de disparar contra Alianza: "El catalanismo no puede caer en un proyecto excluyente".
¿Cuál es la sensación de que hay internamente en el partido? Uno de los diputados consultados por el ARA habla de una ola difícil de detener, en alusión a la tendencia a la baja ya la fuga de votos hacia el partido de Sílvia Orriols, mientras que un concejal contactado también cree que la situación es mala, pero no ve qué se puede hacer para darle la vuelta: "Ahora nos tenemos que centrar en las municipales. "Hay cierta resignación", admite otra fuente, mientras que otro dirigente local utiliza la palabra inquietud para describir la sensación dentro de Junts. "Existe el convencimiento de que debe haber cambios pronto porque si no quizá ya no quede nada", resume.
En este sentido, valoran positivamente la decisión de Puigdemont de modificar roles en el grupo del Parlament y visualizar, dicen, Salvador Vergés, uno de los diputados más conectados con el mundo local. Con Albert Batet de adjunto a la presidencia del partido –encargado de preparar el regreso del expresidente y la maquinaria electoral del partido– y Mònica Sales al frente del grupo parlamentario, Vergés ha pasado a ser portavoz y cara visible de Junts. "Tiene la agenda plena", dicen, sobre las peticiones que le llegan desde el territorio. "Necesitamos un líder de cuerpo presente", aseguran.
En todo caso, ya pesar de la "resignación" en las filas de Junts, las voces que piden autocrítica tampoco se plantean hacer un pulso al expresidente Carles Puigdemont. "Es muy difícil entender Junts sense él", afirman, aunque no esconden que el hecho de que esté en el exilio por la represión les resta competitividad en Catalunya. Otra cosa es la situación del secretario general de partido, Jordi Turull, encargado de lidiar organizativamente con el territorio. "Está más débil", apunta un alcalde. "El rey va desnudo pero todo el mundo lo dice con la boca pequeña", opina otro cargo territorial, mientras que un dirigente local consultado también le acusa de ser "autoritario" a la hora de gestionar los debates internos. Ahora bien, ¿quiere eso decir que hay demasiada crítica para intentar desbancarlo? Las fuentes consultadas aseguran que no se prevé ningún revulsivo antes de las elecciones municipales.
Mensaje para calmar los ánimos
Desde el partido, para combatir el pesimismo generado por la tendencia a la baja en las encuestas, han remitido varios mensajes internos esta semana para desacreditar los datos que da el Barómetro del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat. "Está sesgada", dice la cúpula en un argumentario al que ha tenido acceso el ARA. Asimismo, también distribuyeron entre los cargos y militantes del partido otro documento más analítico, en el que se criticaba el tiempo destinado a realizar la encuesta, se decía que existe una "sobrerepresentación" de los votantes del PSC y Esquerra, además de una "infrarrepresentación" de los de Junts. Así, se acusa al CEO y al gobierno de Salvador Illa de intentar "crear un relato" para ir en contra de los junteros, además de querer hacer mayor –dicen– Alianza para hacer inviable a la mayoría independentista. Ahora bien, fuentes conocedoras del Barómetro aseguran que la proyección de escaños se ha hecho de forma "conservadora", es decir, no precisamente en detrimento de Junts.
Turull ha cargado abiertamente contra el Barómetro este sábado: "Hay sesgos que causan vergüenza". Además, ha recordado que otras veces los sondeos han minimizado Junts y después han remontado, poniendo de ejemplo las elecciones de diciembre de 2017.
La estrategia de la cúpula
Sin embargo, desde la dirección fían la remontada a un solo hecho: el regreso del expresidente Carles Puigdemont. Según varias fuentes consultadas, desde Junts consideran que la vuelta podría producirse durante el primer trimestre del 2026. La clave para que planee el optimismo en este tema ha sido la opinión del abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que recientemente avaló mayoritariamente la amnistía. "Es un gran paso para visualizar el regreso" de Puigdemont, ha dicho este sábado Turull en el Consell Nacional, afirmando que será un antes y un después en el tablero político. Una opinión del abogado general que esperan que asuma a principios de 2026 el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Será entonces cuando, creen fuentes de Junts, el Tribunal Constitucional podrá dar un paso decisivo para avalar la amnistía de Puigdemont y dejará, consideran, poco margen al Tribunal Supremo para hacer otra cosa. Si esto se produce, su idea es que Puigdemont vuelva y pise territorio para ser candidato a las próximas elecciones, ya que considera que desde 2017 no ha podido competir en igualdad de condiciones con el resto de candidatos. "Para él, no ha terminado el ciclo electoral", apunta una fuente conocedora. Ahora bien, otros son escépticos sobre la reacción que puede tener el expresidente cuando ponga los pies en el Principado y no descartan una retirada.