El no a la independencia sigue por delante a pesar de la mayoría absoluta del sí el 14-F
La desconfianza en la Generalitat y en los políticos llega a máximos históricos
BarcelonaNunca antes el independentismo había superado el 50% en unas elecciones. El 14-F consolidó la mayoría absoluta de ERC, Junts y la CUP en el Parlament y les permitió seguir gobernando, es cierto que en un contexto de baja participación (la más baja en unas elecciones catalanas). Este resultado, sin embargo, no tiene traslación directa al de un posible referéndum de autodeterminación: un 48,7% de los catalanes se muestra contrario a la independencia, por un 44,9% que se posiciona a favor, según la encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO) publicada este viernes. Las cifras son, poco más o menos, las mismas que hay desde julio de 2019, cuando el no se volvió a situar por delante del sí (entre octubre de 2017 y julio de 2019 el sí fue mayoritario).
Tampoco cambia sustancialmente el apoyo, muy mayoritario, al derecho a decidir. Tres de cada cuatro encuestados (75,1%) considera que los catalanes tienen el derecho a decidir su futuro en un referéndum. Esta es ahora la prioridad del nuevo Govern que encabeza Pere Aragonès y que se ha fijado el objetivo de convencer al gobierno español de que es la mejor salida posible al conflicto político. Así lo piensan, entre otros, los votantes de los dos partidos que forman parte del ejecutivo estatal: un 53,5% de los del PSC y un 86,1% de los de los comuns.
Desconfianza máxima en la política
Tres años de un gobierno que tenía a sus dos socios abiertamente enfrentados y tres meses de negociaciones entre reproches no son la mejor carta de presentación para el gobierno de Aragonès. El presidente del grupo de Junts en el Parlament, Albert Batet, ya apuntó que como las expectativas son bajas la Generalitat solo puede sorprender en positivo. De momento empieza con una valoración de la ciudadanía de un 3,39, de las más bajas históricamente registradas por el CEO. En octubre de 2017 era, por ejemplo, del 4,73, por la gran satisfacción de los ciudadanos independentistas después del referéndum (7,4), pero desde entonces son precisamente los independentistas los que se han ido alejando cada vez más de la Generalitat y hoy la puntúan con un 4,36 (un 2,4 entre los no independentistas).
La desconfianza hacia los políticos va más allá de la valoración de la Generalitat y afecta de forma general a toda la clase política. Con un 3,36 se valora de media la confianza en los políticos catalanes y la nota todavía es más baja cuando se pide una valoración respecto a los españoles (2,66).
Pero quizás el dato que más preocupa a la clase política es el que mide "la situación política actual de Catalunya". Un 86,2% de los catalanes consideran que es mala o muy mala y esta es una cifra récord que no para de subir desde marzo de 2016, cuando entonces ya registraba un preocupante 58,6%. Hoy solo un 6,1% de la ciudadanía cree que la situación política es buena o muy buena. La nota positiva es que al menos hay un 31% que es optimista respecto al futuro (un 39,8% cree que la situación será la misma dentro de un año y un 20,1% que todavía será peor).