La nueva vida de Carlos Carrizosa

BarcelonaCarlos Carrizosa no logró salvar a Ciudadanos del desastre en las elecciones del 12 de mayo. Entonces, dejó el Parlament un diputado azote del independentismo y protagonista de choques y polémicas con dirigentes como Quim Torra, Laura Borràs, Carme Forcadell, Pere Aragonès y el propio Carles Puigdemont. Ya no se sienten por su boca las controversias por la lengua ni se pronuncian denuncias a los "espías en los colegios, matones de las universidades y comisarios políticos". El exlíder del partido naranja en Catalunya dejó a regañadientes la primera línea política como ocurrió con otros soldados del partido fruto del hundimiento electoral y cuatro meses después vive una vida completamente diferente, a pesar de haber renunciado al año sabático que él mismo se había recetado.

En conversación con el ARA, Carrizosa comenta que ha vuelto a su oficio de abogado: "No he hecho el año sabático, solo he hecho las vacaciones de verano", asegura. Ahora está avisando de que vuelve al despacho: "No estoy facturando todavía, pero sí preparando el desembarco, revitalizando los contactos de la época de abogado", explica. "Como mejor y me organizo la nevera", relata, porque no tiene tantos compromisos y así no debe verse tan abocado a la comida rápida. La nueva vida también le permite ocuparse mejor de las tareas domésticas, que le costaron más de una broma durante la última campaña electoral, cuando enseñó un "fregadero guarrillo" –en sus palabras en aquel vídeo de campaña– con muchos platos para lavar. "Ahora me organizo mejor las tareas de casa", asegura entre risas recordando el vídeo.

También recalca que cuando estaba al pie del cañón no paraba, atrapado en el día a día y las "absorbentes" dinámicas internas –"lo que más pacifica es el poder", dice–, mientras que ahora ve "muy a menudo al resto de la familia" más allá de los hijos: "Estoy haciendo ocio con amigos, reencuentros con gente que hacía tiempo que no veía", sostiene. Comenta que ahora se siente "mucho más libre", pero que sí querría seguir participando del debate público en los medios. "Eso sí que me gusta porque es participar de vida política y social, pero no vinculado la vida política de partido", relata, admitiendo que ahora sus análisis son más afinados. Por eso, este verano participó de las tertulias de RAC1 y está abierto a seguir haciéndolo.

Todavía milita en Ciutadans y participará en el congreso que se celebra en octubre. De hecho, es de los que aún no ha perdido la fe en el proyecto y confía en que vuelva a tener una oportunidad, ya sin él al frente, asegura. Ahora podrá volver a ser un picapleitos, saborear con más calma las caladas en pipa y adentrarse en libros históricos que le apasionan.

Otros cambios de dirigentes

También está preparando el regreso al sector privado el exvicepresidente del Parlament y figura relevante en Ciutadans, Joan García: ahora prepara el congreso, pero en octubre volverá al trabajo como geógrafo en una gran empresa de telecomunicaciones en proyectos de ingeniería: "Personalmente, el cambio es a mejor, es raro después de la dinámica de nueve años, es difícil parar". En su caso, está plenamente implicado en la "revitalización" del partido como militante. De hecho, ya dejó de ocupar un puesto de salida el 12-M. Donde también está a gusto es en las tertulias en medios de Sabadell.

Otro político histórico de Ciutadans como Jordi Cañas está centrado en organizar el congreso del partido y no ha concretado su futuro. Por su parte, la exportavoz naranja Anna Grau –que dimitió antes del 12-M y hoy no tiene el carnet del partido– ha vuelto al periodismo y es articulista de varios medios –desde El Periódico a Libertad Digital, entre otros–, y también es tertuliana en Catalunya Ràdio. Otros, como el ex secretario general de Cs Adrián Vázquez, nutrieron las filas del PP, mientras que los hay como Francisco Igea que se pasaron a un partido nuevo como Izquierda Española.