Aragonès enarbola la vía escocesa para superar el bloqueo
Se compromete a "culminar" la independencia pero avisa que su vía es la del diálogo
BarcelonaPere Aragonès será elegido 132º presidente de la Generalitat este viernes. Antes, sin embargo, se ha vuelto a someter a un pleno de investidura sabedor que ya tiene asegurados los votos de JxCat y la CUP para, esta vez sí, ganarla. Con la tranquilidad de tener el acuerdo cerrado con los otros dos partidos independentistas, el presidenciable de ERC ha vuelto a hablar de "culminar" la independencia de manera de "inevitable", pero ha precisado que su vía no será la unilateral. Con su presidencia no se proyecta en el horizonte ni otro 1-O ni otro 27-O. Para Aragonès la vía es la escocesa: diálogo, negociación política con el Estado y referéndum pactado. "Quiero hacer como Escocia en 2014 y me gustaría que el Estado español supiera hacer como el Reino Unido", ha concluido recordando aquel referéndum acordado, que entonces los escoceses perdieron y que quieren volver a celebrar.
El coordinador nacional de ERC será presidente con los votos de dos partidos, JxCat y la CUP, que precisamente son escépticos con la vía pactada y más partidarios de hablar de "embates democráticos" y "confrontación". Pero en el acuerdo de investidura las tres formaciones aceptan darle un margen de dos años a la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Estado, y Aragonès se aferrará tanto como pueda a la primera mitad de la legislatura. Después, ya se verá. El republicano se ha presentado este jueves como un presidente que se volcará en intentar resolver el conflicto y que lo hará con una receta diferente a la de 2017. "La Generalitat irá a la mesa de negociación para resolver de una vez el conflicto político con el Estado", ha proclamado. No lo tendrá fácil, puesto que al otro lado se encontrará al PSOE, que acepta el diálogo, pero que no quiere oír a hablar ni de autodeterminación ni de amnistía. De hecho, el líder del PSC en el Parlament, Salvador Illa, ya le ha dejado claro que todo ello es "divisivo" y que no contará con su apoyo.
El republicano, que ha pronunciado cuatro veces la palabra "sacudida" y seis "nueva etapa", ha garantizado que por él no será: "Mi obsesión es superar el bloqueo actual y resolver de una vez por todas el conflicto". El futuro presidente podrá contar, como mínimo en los próximos meses, con el apoyo de su socio en el Govern, JxCat. El líder parlamentario de esta formación, Albert Batet, ha asegurado que le dan una "nueva oportunidad sincera" a la mesa, aunque su "escepticismo" siempre será latente. "Seremos leales a la mesa de diálogo, pero nos hace falta también la confrontación", ha concluido. La CUP no hablará hasta el viernes.
Apelación a los comunes
A pesar de que los votos de JxCat y la CUP serán los decisivos para que desembarque en el Palau de la Generalitat, Aragonès ha usado su discurso para intentar seducir a otro partido que, si no cambian mucho las cosas, le dará la espalda en esta investidura: los 'comuns'. El republicano les ha ofrecido "mano tendida" para colaborar en la próxima legislatura y les ha pedido, al menos, su abstención en la votación de viernes. "Más allá de la complicidad con Junts y la CUP, pido el apoyo de aquellos con quienes compartimos una misma idea de progreso y un compromiso común con los presos y los exiliados", ha proclamado.
En su tercer discurso de investidura -los dos primeros, el 26 y el 30 de marzo, no consiguió los apoyos-, ha hecho equilibrios entre dos conceptos: por un lado ha asegurado que su Govern pondrá rumbo a la independencia, pero por otro se ha comprometido a gobernar para "todos los catalanes y las catalanas", crean o no en el proyecto republicano que él defiende, y con la justicia social como gran prioridad. Este gobernar "para todos" es lo que lo ha traído a asegurar que en los próximos años no solo quiere tejer pactos con los independentistas, sino también con los que no lo son, y con los comunes ante todo. "Más temprano que tarde nos tendremos que entender. Compartimos una misma idea de país ambicioso y transformador", ha dicho. La líder de En comú Podem, Jéssica Albiach, ya le ha replicado que no se lo ha tomado como una oferta "real".
El futuro presidente de la Generalitat ha ofrecido un programa de gobierno basado en cuatro ejes: el social, el ecológico, el feminista y el democrático, que considera que puede avalar un amplio espectro del arco parlamentario catalán. En un momento del discurso, Aragonès incluso ha planteado acuerdos todavía más amplios, donde podría caber perfectamente el PSC. Así, ha asegurado que su Govern intentará vehicular los proyectos a través de la figura del Pacto Nacional, donde los partidos y los agentes sociales trabajan juntos para impulsar leyes transformadoras.
Una nueva oportunidad
El pleno también ha servido para que ERC y JxCat escenificaran que se dan otra oportunidad para gobernar, después de cinco años de matrimonio bastante tempestuosos. Aragonès, a pesar de que ha admitido que el acuerdo de investidura tendría que haber llegado mucho antes -la negociación ha durado tres meses-, ha asegurado que es "sólido, honesto y sincero". Batet no ha sido tan contundente, pero también ha querido mostrarse optimista: "El acuerdo no levanta expectativas y justamente esta puede ser su virtud". Pero el arranque de este Govern ya da síntomas de que no será fácil. La primera señal, que la dirigente de Junts Elsa Artadi haya renunciado finalmente a ser la vicepresidenta del ejecutivo. A pesar de todo, este jueves ni ERC ni JxCat lo han mencionado. Seguramente porque los dos saben que no será una legislatura fácil y ya más tiempo para hablar de asuntos espinosos. Aragonès este viernes será escogido presidente. El resto, está por escribir.