El nuevo Govern debuta en el Parlament con citas de Einstein e invectivas a Vox
Giró y Elena concentran los primeros intentos de la oposición de desgastar al nuevo ejecutivo
BarcelonaSensación de primer día de escuela en el Parlament. Este miércoles han debutado en la cámara los nuevos consellers y con ellos la constelación de jefes de gabinetes, jefes de comunicación y asesores diversos que estos días estrenan nuevos puestos de trabajo. Los más veteranos en las aventuras y desventuras de la política catalana hacían de guías improvisados de los nuevos espacios que los miembros del Govern tendrán en la cámara. Lo primero que han notado es quién manda en el Parc de la Ciutadella. "Lo aprovecho para decir que hagan uso de la palabra con la mascarilla puesta", los ha avisado pronto desde el hemiciclo la presidenta del Parlament, Laura Borràs. En los pasillos, sin embargo, no se podía evitar más de un abrazo de reencuentro.
Uno de los nombres del nuevo Govern que han generado más expectación ha sido el conseller de Economía, Jaume Giró, que ha tenido una primera cata de que la oposición lo espera con más ganas de buscarle las cosquillas que de darle 100 días de gracia. "Su proximidad con las grandes sociedades del Íbex-35 no nos genera mucha confianza", le ha espetado de entrada el diputado de los comuns y ex secretario general de CCOO en Catalunya Joan Carles Gallego. Pero el ex directivo de La Caixa llevaba los deberes hechos, como mínimo el primer día de clase. Para defender su pasado laboral, la cita del premio Nobel de física más célebre de la historia: "Albert Einstein decía que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio. Confío en que algunos prejuicios también se puedan desintegrar". Para predicar con el ejemplo, ha prometido "sensibilidad social" en sus políticas. Tendrá cuatro años para intentar desintegrar átomos.
Otras bienvenidas han sido más amables. Por ejemplo, las que han dispensado los diputados de los partidos que forman el Govern a los nuevos consellers. Y, si se trataba de citas, no podía faltar la del primer ministro inglés más universal: "Winston Churchill dijo que el mejor regalo que se le puede hacer a un país es la salud de la ciudadanía", ha dicho la diputada Titón Laïlla (JxCat) a Josep Maria Argimon. El nuevo responsable de Salud ha superado el primer reto al que se enfrenta todo debutante en una sesión de control: concentrar las intervenciones en dos minutos antes de que, implacablemente, la presidenta le apague el micrófono. Lo ha conseguido y tiene un cierto mérito, si se tiene en cuenta que se dio a conocer con sus intervenciones maratonianas para explicar la lucha del Govern contra la pandemia.
La primera ovación
El primer conseller en recibir una ovación más o menos transversal ha sido el nuevo titular de Interior, el republicano Joan Ignasi Elena, que ha puesto en práctica una las actividades que cada vez proliferan más en la cámara: las invectivas contra Vox en defensa propia. "No es fácil en veinticinco palabras decir dos mentiras, pero estaba seguro de que si alguien lo podía conseguir eran ustedes", ha espetado Elena al diputado de ultraderecha Joan Garriga, que se esforzaba en vincular a la CUP con violencia.
Pero es que Elena no es un novel en el ámbito de la dialéctica parlamentaria, puesto que ya había sido diputado cuando era militante del PSC. Su último pleno en la cámara fue en 2014 cuando, harto de que el PSC no avalara el derecho a decidir, dejó el escaño y rompió el carné socialista. Ese día el conseller de Interior era un dirigente de Unió llamado Ramon Espadaler, que precisamente hoy también ha sido otro de los diputados de la oposición encargados de formular una pregunta a Elena. ¿Y en nombre de qué grupo parlamentario lo ha hecho? En el del PSC-Units. "Cómo hemos cambiado", se habrían podido decir. Lo han dejado en un intercambio de impresiones cordial.