Pisarello gana peso en la carrera por suceder a Colau como alcaldable en Barcelona
El nuevo código ético de Barcelona en Comú condicionará qué candidatos pueden concurrir, en función de cómo quede la limitación de mandatos
BarcelonaEl casting de Barcelona en Comú para encontrar a un sucesor en Ada Colau está abierto y hay un nombre que gana bastante: es el del diputado de Comunes en el Congreso Gerardo Pisarello. Según varias fuentes del espacio consultadas por el ARA, el también secretario primero de la mesa del Congreso es uno de los mejores posicionados para disputar a Jaume Collboni la alcaldía de Barcelona, donde ya fue concejal entre 2015 y 2019. Todo ello, mientras algunos sectores de las bases reclaman ya apostar por un nombre tras su congreso que hizo el partido diez años después de su nacimiento. A consultas de este diario, fuentes oficiales de Barcelona en Comú descartan adelantarse al debate sobre quién debe encabezar la candidatura y aseguran que el proceso para elegir el tíquet para liderarla no se abrirá hasta finales de año. Las primarias están previstas para enero.
Doctor en derecho y profesor de derecho constitucional, Pisarello formó parte del núcleo duro de Ada Colau cuando aterrizó en el Ayuntamiento de Barcelona y asumió el cargo de teniente de alcalde. Fuentes de la formación recalcan la buena consideración que tiene entre la militancia y subrayan que es un perfil que "encaja" con el ADN de Barcelona en Comú. También con la apuesta por un frente de izquierdas que recoge la nueva ponencia del partido para buscar nuevas alianzas con Esquerra y la CUP. Precisamente, y en un artículo en el ARA esta semana, Pisarello defendía, siguiendo la estela de la propuesta de Gabriel Rufián (ERC), un entendimiento entre la izquierda para hacer frente a la extrema derecha: "Construir puentes de confianza entre las izquierdas republicanas despertaría ilusión en mucha gente que ya no cree que ningún partido por separado pueda detener a los Trumps y los Mileis de nuestro tiempo", defendía en el texto. En otras ocasiones, también ha defendido poner punto y final al rifirrafe entre Podemos y Sumar.
¿Y Urtasun?
El nombre de Pisarello, actual portavoz de los Comunes junto a la diputada Aina Vidal, no es el único que ha sobrevolado a las quinielas como alcaldable. También suena el del ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, aunque fuentes de su entorno descartan "totalmente" que pueda dar el salto a Barcelona. A favor, Urtasun tiene la valoración que tiene en Catalunya –en el último CEO, donde se preguntó por él, era la persona que tenía mejor valoración, junto a Oriol Junqueras– y que permitiría acercar a Barcelona en Comú a un electorado diferente, más proclive a votar a Collboni. Urtasun viene de la familia política de ICV y tiene dentro de su equipo al exconcejal Jordi Martí, secretario de estado de Cultura y ex del PSC.
A su lado, está el actual líder de Barcelona en Común en el Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, concejala desde 2011 (primero por ICV, después por Barcelona en Comú). Según las fuentes consultadas, también podría ganar protagonismo cara al 2027 la concejala Jess González, ex diputada en el Parlament. Gemma Tarafa, número 2 en el Ayuntamiento y coordinadora de los Comunes, también ha visto incrementadas sus responsabilidades en el grupo municipal desde la salida de Colau. Lo que por ahora no parece sobre la mesa es que la exalcaldesa vuelva a presentarse para Barcelona. Las fuentes consultadas apuntan a que es Colau la que, en estos momentos, cierra la puerta y prefiere centrarse en la vertiente de activista y presidenta de la fundación Sentido Común.
El dilema del código ético
Hay dos elementos clave que condicionan el proceso interno de Barcelona en Comú para escoger a su próximo o cercana alcaldable: el primero y más importante es la limitación de mandatos del nuevo código ético del partido, en proceso de elaboración. En el último congreso, la asamblea ratificó el compromiso con el mecanismo de la limitación de mandatos para evitar "la erosión de la confianza colectiva" y la "consolidación de dinámicas cerradas". Pero la fórmula final quedó en el aire: se encargó a un comité de ética que hiciera una propuesta que, posteriormente, deberá ratificar el plenario en otoño. Hasta ahora, se permitían dos mandatos más uno "excepcional", con el aval de las bases. Es lo que se hizo con Ada Colau para que pudiera presentarse en el 2023, pero también con Sanz y con Lucía Martín, que antes había sido diputada en el Congreso.
No sólo Sanz podría quedar afectada por la limitación: Pisarello, por ejemplo, tiene un cargo público desde 2015 (primero fue concejal y en 2019 dio el salto al Congreso); Urtasun fue eurodiputado entre 2014 y 2023 antes de ser ministro de Cultura. También habrá que ver cómo el que fije el código ético de Barcelona en Comú dialoga con lo que ya establece el de Catalunya en Comú –formalmente, son dos partidos distintos–. En este último caso, el código establece un límite de dos mandatos "en uno mismo o en distinto cargo" (o el equivalente a ocho años, si hay elecciones anticipadas), con posibilidad de realizar un tercero con aval del Consejo Nacional. Ambos partidos cuentan los mandatos desde que existen los Comunes. Quedan fuera los hechos con ICV o Catalunya Sí que es Pot.
El segundo elemento determinante para la candidatura son los requisitos de paridad de género: la lista debe estar encabezada por un tándem donde haya, al menos, una mujer. La nueva ponencia también incorpora dos rondas de primarias: la primera, del tándem de número 1 y 2 (que elegirán los cinco primeros puestos de la lista) y la segunda, para escoger del sexto al decimoquinto puesto, respetando también criterios de paridad. Esta fórmula permite evitar que sea el tándem ganador el que confeccione toda la candidatura.