El PP cede a las tesis xenófobas y negacionistas de Vox para salvar su poder autonómico
Génova niega sentirse incómodo y ve opciones de desbloquear otros presupuestos tras el preacuerdo en la Comunidad Valenciana

MadridEl debate sobre la inmigración que provocó la ruptura de los gobiernos autonómicos entre PP y Vox hace ocho meses y que mantenía bloqueada la negociación presupuestaria en las comunidades gobernadas en minoría por los populares ha dejado de suponer una distancia insalvable entre los de Alberto Núñez Feijóo y la extrema derecha. Para cerrar el preacuerdo que permitirá aprobar las cuentas en la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón asumió las tesis xenófobas de Vox en esta materia –también su negacionismo climático– y Alberto Núñez Feijóo lo bendijo escudándose en el beneficio que supone para "la estabilidad" de los valencianos. Desde Génova, además, niegan que se trate de un giro y aseguran que el posicionamiento del PP "no ha cambiado en nada". Por el contrario, el partido de Santiago Abascal aprovechó para sacar pecho y celebró que el presidente valenciano haya "rectificado públicamente" y "reconozca que Vox tenía razón".
"Estamos muy cómodas", insisten fuentes de Génova, que aunque aseguran haber sido informadas de la negociación, no han participado directamente en las conversaciones que ha pilotado Mazón. La dirección estatal del PP tiene como mantra defender la autonomía de las comunidades autónomas, incluso cuando se trata de una decisión estratégica que marca el paso al propio Feijóo. De hecho, el presidente valenciano ya fue quien, en plena precampaña de las elecciones generales del 23-J, se adelantó al resto de varones y cerró un acuerdo con Vox para formar gobierno en julio del 2023. En ese momento, el líder popular también se hizo suyo el pacto y lo justificó pese a que meses más tarde admitió que le perjudicó en la carrera electoral contra Pedro Sánchez.
En esta ocasión, Feijóo también defiende el preacuerdo y desde su equipo niegan que el PP esté cediendo a ningún chantaje (ni de Vox ni del propio Mazón) pese a que en el momento en que la extrema derecha amenazó con romper los ejecutivos con el espantajo de la inmigración, entonces sacaba pecho de no haber aceptado. Según Génova, es Vox quien ha cambiado porque tiene un "problema reputacional" por el vínculo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y porque en las encuestas va a la baja –en el CIS de este lunes cae un punto y medio–. El movimiento de Mazón, dicen a la dirección popular, "puede acercar" que se desbloqueen las cuentas en el resto de autonomías y pongan de ejemplo los casos de Murcia y Aragón.
"No sabemos cuál puede ser su reacción", decía el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, en rueda de prensa este lunes sobre el resto de presidentes autonómicos del PP, y les advertía que "ya saben cuál es la dirección en la que van a encontrar Vox para tener unos presupuestos". En todo caso, Génova deja claro que, al igual que ha avalado el movimiento de Mazón, también avalará a quienes puedan hacer el resto. Con presupuestos a las autonomías y sin cuentas en el Estado, el PP consolidaría su poder territorial aunque el precio a pagar sea ese giro discursivo, que a su vez niegan haber hecho.
Mazón, patata caliente
Sin embargo, por no agarrarse por completo los dedos, desde la dirección popular remarcan que avalan los parámetros generales expuestos por Mazón, pero no la letra pequeña del pacto porque aún no la conocen. Con este movimiento, además, Feijóo tiene un argumento menos para forzar la salida del presidente valenciano, cada día más cuestionado, aunque la dirección popular asegura que su futuro político no depende de las cuentas. El portavoz del PP, Borja Sémper, ha criticado que no haya sido un acuerdo "transversal" por la falta de predisposición del resto de la oposición -refiriéndose básicamente a los socialistas- y les ha invitado a sumarse a las cuentas "de la reconstrucción".
Sémper negó el cambio de tesis afirmando que, sobre el pacto verde, Feijóo hace más de un año ya dijo estar a favor de la transición ecológica pero en contra de la "dictadura activista" en esta materia. "Abogamos por reducir la burocracia y la hiperregulación", dijo en rueda de prensa. Sobre inmigración, el portavoz se escudó en que el pacto europeo de inmigración y asilo habla "expresamente de la posibilidad de expulsión de inmigrantes irregulares".