Ley de amnistía

El PP ve a Sánchez acabado: "Junts le ha roto el relato, así no puede gobernar"

La euforia se instala en Génova mientras el PSOE intenta quitar hierro a la crisis

MadridEn sólo 10 semanas, 76 días concretamente, el PP ha pasado de la depresión más absoluta, cuando Pedro Sánchez fue investido presidente del gobierno, a una situación que se asemeja mucho a la euforia tras la jornada del martes en el Congreso y el voto contrario de Junts en la ley de amnistía. El motivo es que ni en el mejor de sus sueños hubieran podido prever un guión tan catastrófico para el PSOE en el inicio de la legislatura. Y ahora deben hacer verdaderos esfuerzos para disimular las sonrisas en los despachos de la calle Génova. "Juntos le ha roto el relato a Sánchez, se demuestra que así no se puede gobernar", explica un miembro de la dirección popular. "Nosotros ya dijimos que era una locura intentar gobernar con Junts y ERC a la vez, cuando son dos partidos que compiten en Catalunya, con Bildu y el PNV, que lo hacen en Euskadi, y con Sumar y Podemos en plena guerra civil" , afirma visiblemente satisfecho este dirigente.

El análisis que hacen los populares es que la gobernabilidad se ha hecho insostenible para el PSOE tras la imagen de caos parlamentario de estas primeras semanas de legislatura, en la que el gobierno tuvo que salvar dos decretos in extremis negociando con Junts, vio cómo Podemos le tumbaba uno en Yolanda Díaz y ahora ve cómo Carles Puigdemont le bloquea la amnistía. "La gente perdona un gobierno ideológicamente contrario, pero lo que no soporta es el enredo constante, la imagen de desbarajuste", dicen. El plan del PP ahora es revalidar la mayoría absoluta en las elecciones gallegas y conseguir una victoria muy contundente en las europeas de junio. Para ello, además, cuentan con un factor extra para ayudarles: los problemas de Vox. En Génova están convencidos de que el partido de extrema derecha ha entrado en proceso de desintegración y que, si bien no va a desaparecer, quedará reducido a un apoyo de menos del 10% de los votos. "Será lo que era Izquierda Unida para el PSOE", consideran. De confirmarse esta doble victoria electoral y el PSOE sigue sufriendo un calvario con la amnistía (algo para el que confían en el brazo judicial), en el PP están convencidos de que la presión para convocar nuevas elecciones será muy fuerte en verano y otoño. Y en todo caso, un buen resultado de los populares en las catalanas, creen, sería la guinda del pastel.

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Nervios en el PSOE

¿Y cómo lo ven en el PSOE? Pues los socialistas intentan sacar hierro a la crisis con Junts y rezan para que pueda reconducirse sin que tengan que hacer concesiones. Fuentes socialistas aseguran que en esta ocasión son ellos quienes tienen la sartén por el mango y que Junts no tendrá más remedio que ceder, porque creen que sería un suicidio para Carles Puigdemont renunciar a una amnistía como la que ahora acepta el PSOE y que beneficiaría cientos de personas. "El PP ya puede esperar sentado, porque no se lo pondremos tan fácil", sostienen. "Junts necesita dar carnaza a su público y distanciarse de ERC, eso lo entendemos, pero no creemos que rompan la pelea", insisten. La idea es introducir algún cambio cosmético en el redactado para que Junts pueda justificar su voto afirmativo, pero sin cambiar nada importante. Y de cara afuera insistir en una idea: quedan tres años y medio de legislatura y mucho trabajo por hacer "para mejorar la vida de la gente".

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Pero lo cierto es que hay malestar y nerviosismo en las filas socialistas. El PSOE confiaba en que Junts iría entrando poco a poco en la dinámica de pactos pero ahora ven un punto de imprevisibilidad que ha encendido las alarmas. Recordemos que cuando se presentó el texto de la ley de amnistía, Junts dijo que era impecable y que no consideraban siquiera necesario presentar enmiendas, mientras que ERC mostraba dudas. Ahora la situación se ha dado la vuelta y ERC votó a favor (consideran, al igual que el PSOE, que los cambios que quiere introducir Junts pondrían en peligro la aplicación de la ley en Europa) y Junts en contra.

Los socialistas debaten ahora qué hacer con los presupuestos. Por ahora la idea es posponer el debate hasta que se resuelva la cuestión de la amnistía. Un diputado de la mayoría plurinacional expresaba el miércoles el temor de que si Sánchez se ve acorralado decida prorrogar los presupuestos y paralizar la tramitación de la amnistía. Ahora mismo no parece que esta opción esté sobre la mesa, pero el PSOE sí necesita recibir un mensaje claro desde Waterloo en el sentido de que la situación se puede reconducir en breve.