El 'president' que no consiguió la independencia

En el año 1999 la serie Los Soprano rompió moldes al plantear un argumento ciertamente original en ese momento: el jefe mafioso Tony Soprano necesita la ayuda de una psicóloga para hacer frente tanto a sus problemas familiares como para dirigir su organización. Más de 20 años después, el ex president Quim Torra explica en Les hores greus (Símbol Editors) cómo, en los tiempos más duros de la pandemia, cuando estaba aislado en Canonges y las noticias eran cada vez más oscuras y no podía dejar de llorar, una psicóloga lo ayudó a salir del pozo con un consejo muy práctico: "No es malo llorar, pero, president, dosifique los llantos". En la presentación del libro este lunes en la librería Ona de Barcelona, Torra animó a todo el mundo a explicar "su verdad" sobre lo que había pasado durante la pandemia, incluso los detalles más íntimos. "Esta es la mía", sentenció. Esta es, también, una nueva manera de hacer política en primera persona que ya inauguró Carles Puigdemont en sus dos últimos volúmenes y que también caracteriza a la nueva presidenta del Parlament, Laura Borràs.

En el acto, que reunió a una cincuentena de asistentes debido a las restricciones sanitarias, no faltaron los miembros de su círculo político más próximo, conocido como la war room: Laura Borràs, Josep Costa, Jaume Alonso-Cuevillas y Francesc de Dalmases. Y dos miembros del Govern: la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, y el de Empresa, Ramon Tremosa, un fichaje suyo para sustituir a Àngels Chacón. Ninguna otra cara conocida de Junts ha hecho acto de presencia, y menos todavía de ERC, con el que Torra es especialmente crítico en el libro. El presentador del acto, Antonio Baños, se ha presentado como "amigo personal" del president –él colgó la pancarta que reivindica la libertad de expresión del balcón del Palau de la Generalitat–, y ha destacado sobre todo la valía literaria del texto: "Usted ha sido el mejor president, como mínimo el que mejor escribe y el más intelectual", ha arrancado Baños en un acto que se ha acabado convirtiendo en un pequeño homenaje al ex president.

Torra desgranó su desesperación cuando no podía convencer al presidente Sánchez de imponer un confinamiento total o cuando intentó que lo hicieran los sindicatos y la patronal por su cuenta pero le dieron "excusas que no comprendía como no sé qué de la seguridad jurídica". "Es una ironía que un president que tenía por misión la independencia acabe siendo valorado por la gestión de la pandemia", ha dicho Torra antes de declararse "decepcionado" por no haberla conseguido.

Y es aquí cuando el ex president parece lanzar una crítica velada a los que lo promovieron para el cargo a sabiendas de cómo pensaba: "Todavía no me han explicado los motivos por los que decidieron que yo podía ser president". Y es que él en el libro afirma: "No estaba preparado para la crueldad de la política catalana. Quizás tampoco tenía ni la ambición ni la fuerza que hacen falta. Pero yo pensaba que íbamos a hacer la independencia y no la guerra entre nosotros". Quim Torra aparece como alguien que no ha acabado de entender (ni de compartir) la decisión de Puigdemont y Junqueras de no oponer más resistencia al Estado en octubre del 17 pero que piensa que las cosas se pueden retomar en el punto donde lo dejaron. Y donde algunos pueden ver una manera naif de afrontar la acción política, otros ven la honestidad y sinceridad de alguien que no es político. En todo caso, un libro imprescindible para entender los últimos tres años de política catalana.