Presión unánime a Borràs para que se explique por el caso Juvillà

La presidenta asegura que no sabía los movimientos de los funcionarios para dar de baja el escaño

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La presidenta del Parlamento , Laura Borràs, antes de la Junta de Portavoces del Parlamento .

BarcelonaEl día después de que el Parlament constatara que el diputado de la CUP Pau Juvillà ha perdido el escaño, la jornada no ha sido mucho más tranquila. Desde las 9.30 de la mañana y hasta las 14 horas se han sucedido las reuniones de órganos como Mesa, Mesa Ampliada y la Junta de Portavoces con el caso del diputado cupaire de nuevo como tema del día. Este viernes la atención se ha centrado en la presión que los grupos han ejercido a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, para que dé explicaciones sobre todo el asunto. Consideran que hay demasiados interrogantes por resolver. Y esta vez ha sido una presión unánime que ha llegado tanto de la parte no independentista –PSC y comunes– como de la independentista –ERC y la CUP–.

El objetivo confesable de los grupos para presionar Borràs es querer tener información sobre si la presidenta sabía el jueves cuando empezó el pleno del Parlament que Juvillà ya no era diputado y, aun así, lo escondió. Entonces no era público, pero la cámara ya había decidido no convocar al diputado cupaire para el pleno; la secretaria general preparaba la orden de retirarle el escaño con efectos retroactivos desde el 28 de enero y, finalmente, este viernes se ha publicado oficialmente su baja en el Butlletí Oficial del Parlament. El objetivo más inconfesable de estos mismos grupos es que saben que el caso Juvillà se ha convertido en una cuestión que desgasta a Borràs, que había prometido defender el escaño hasta que, al menos, hubiera una sentencia firme –y todavía no ha llegado–. Las dudas no solo son sobre el pleno de jueves, sino que los grupos se preguntan si Borràs ya sabía el 28 de enero que Juvillà dejaba de ser diputado. "¿Renunció a su cargo en la mesa cuando ya no era diputado?", cuestiona más de una voz parlamentaria.

Según varias fuentes consultadas por el diario ARA, en las reuniones parlamentarias de esta mañana Borràs ha trasladado que no sabía nada y que todas las decisiones que han llevado a Juvillà a perder el escaño habían sido estrictamente de los funcionarios sin rendirle cuentas a ella. "Nos ha dicho que no lo sabía", explicaba más de un diputado. La mayoría, sin embargo, no se creen su versión. "No se aguanta nada", decía una otro parlamentario. ¿Cuál es la versión de la presidenta? Pues este viernes en el Parlament ha sobrevolado varias veces la posibilidad de que hiciera algún tipo de declaración. Finalmente, no ha pasado nada.

La única respuesta pública de la presidenta es prometer que la habrá. Y lo ha hecho desde Twitter: "No he dicho mi última palabra", ha contestado Borràs a un usuario de la red social que le pedía explicaciones. El principal argumento de Borràs para no aceptar el jueves el voto delegado de Juvillà era que podría haber un conflicto de intereses porque la votación era sobre un dictamen que afectaba al cupaire. Este mismo dictamen, sin embargo, se votó el día antes em el Estatut del Diputat. Hubo 135 votos ponderados, uno de estos el de Juvillà. Es decir, se contabilizó su voto ponderado aunque hubiera –según Borràs– este conflicto de intereses y no se supiera del todo si continuaba siendo diputado.

El precedente de Torrent

Uno de los partidos que quieren explicaciones es Esquerra. Lo ha dicho este viernes en una entrevista con Tv3 la secretaria general adjunta de los republicanos, Marta Vilalta. "Estamos pidiendo que se aclare toda la secuencia y que, llegados a este punto, se asuma que si ya sabíamos que llegaríamos aquí, esto se podría haber explicitado", ha dicho. Indirectamente, lo que los republicanos reclaman es que JxCat admita que han hecho "lo mismo" que Roger Torrent cuando, siendo presidente del Parlament, desposeyó del escaño a Torra. "Se fue injusto con Torrent y ahora Borràs tiene que dar la cara", explica una voz republicana.

También ha trascendido un detalle nuevo. Tal como ha adelantado eldiario.es y ha podido confirmar el ARA, Borràs habló del caso Juvillà el sábado pasado con el president de la Generalitat, Pere Aragonès, antes de un acto en el cual coincidieron en Manresa. Lo hizo en la línea que había planteado JxCat en los días anteriores: que si se optaba por la desobediencia, que no fuera solo cosa suya, sino de los tres partidos independentistas. Fuentes de la Generalitat confirman la conversación y aseguran que Aragonès le ofreció "todo su apoyo", pero le recordó que en este caso quien tenían que tomar "las decisiones" era el Parlament.

El PSC, que no comparte Govern con JxCat como sí que lo hace ERC, ha podido ser más contundente. "Nos ha engañado. No ha dicho la verdad a los miembros de la mesa, a los diputados, y a los ciudadanos de Catalunya", ha proclamado la portavoz socialista, Alícia Romero. La tesis del grupos es que Borràs sabía que no había marcha atrás y que Juvillà no era diputado, pero intentó esconderlo. Los comuns también han pedido explicaciones a la presidenta en las reuniones matutinas, y también han salido decepcionados.

Cuevillas carga contra la CUP

La voz cantante de JxCat este viernes la ha llevado el diputado Jaume Alonso-Cuevillas. La línea de defensa de Junts es que todo es culpa de la CUP, que pidió que Juvillà pudiera delegar su voto en el pleno de este jueves únicamente para comprometer a Borràs y situarla en la desobediencia. "La querían enviar a la papelera del Código Penal", ha concluido. Fuentes de Junts explican que están "muy decepcionados" con los otros dos partidos independentistas porque –consideran– que se ha dejado sola a la presidenta del Parlamente para que "desobedeciera en solitario". Incluso habían hecho cábalas de qué delitos estaría cometiendo Borràs si decidía hacer ella lo que los funcionarios no querían hacer, como pagarle la nómina a Juvillà o facilitarle el voto: desobediencia, prevaricación, usurpación de funciones o incluso coacción.

Los CUP, por otro lado, ha mantenido un perfil bajo. El jueves ya habían criticado a la presidenta por "no garantizar" los derechos de su diputado, y hoy el mismo Juvillà ha decidido tomárselo con humor y en tercera persona: "Ahora parece que a Juvillà lo han jubilado (Y sin licencia de edad)". Con explicaciones de Borràs o sin ellas, este viernes en el Parlament solo había una idea en la que coincidía todo el mundo: Juvillà ya no es diputado.

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