Protagonista colateral

El profesor de secundaria que podría conseguir que Junqueras se presente a las elecciones

La Fiscalía ha aceptado defender las inhabilidades del Proceso gracias a las peticiones de Jordi Miralda Iñigo

Daniel Valdemoro
y Daniel Valdemoro

BarcelonaJordi Miralda Iñigo (Puig-Reig, 1961), profesor de secundaria jubilado, podría ser quien consiguiera que Oriol Junqueras se presentara a las elecciones. Y también Jordi Turull, Dolors Bassa y Raül Romeva, porque es el impulsor de la nueva petición de indulto que la Fiscalía ve con buenos ojos. Estudió geografía e historia en 1978 porque "estaba a la moda cuando murió Franco", y en 1995 se graduó en sociología porque juntaba sus grandes aficiones: la política y analizar cómo vive la gente, especialmente la del extranjero; ha estado más de siete veces en París, aunque considera que la sociedad es más cohesionada en Copenhague; "lástima del clima", añade en tono de broma.

Jordi también es aficionado a buscar setas, a escuchar debates políticos, pero, sobre todo, a "ayudar a la gente de Sallent" –donde vive con su mujer–. Fue concejal de Unión de Colonias y Barrios (UCB) en Puig-reig entre 1987 y 1995. Él nació en L'Ametlla de Merola, una colonia de 190 habitantes que pertenece a Puig-reig, y con veinte e-seis años fundó la UCB para representar a las colonias como la suya. Desde allí, explica riendo, aprobaron una proposición para la independencia de Catalunya, que "no llegó a nada, claro, pero ya era toda una declaración de intenciones". En 1995 se alejó de la política, pero regresó hace diez años, cuando se afilió a ERC, porque cree en los ideales del partido. Se considera un militante de base, que no quiere "ningún cargo ni sueldo".

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Cuando encarcelaron a los dirigentes del Proceso iba a las puertas de la cárcel de Lledoners por solidarizarse con ellos y "sentía que tenía que hacer algo". Por eso ya impulsó en secreto una primera solicitud de indulto en el 2020: "Ni siquiera se lo conté a mi mujer", explica riendo. Pese a las bromas que hace al respecto, la condena le afectó mucho y afirma que tras la sentencia no pudo dormir durante dos noches. Gracias a la primera solicitud, pudo encontrarse con Junqueras, que le agradeció su esfuerzo.

Mientras espera respuesta del gobierno español, continúa con su vida, disfrutando del tiempo con su mujer, buscando setas y escuchando tertulias políticas, pero sin perder la esperanza de volver a votar a aquellos que, como dice, pusieron el cuerpo por el pueblo que representaban.