42 ANIVERSARI DE LA CONSTITUCIÓ ESPANYOLA

Las promesas incumplidas minan una Constitución superada

La ley suprema del Estado ha dejado sus límites al descubierto 42 años después de haberse aprobado

Gerard Pruna
2 min
Exemplar de la Constitució Espanyola

BarcelonaSólo dos retoques en 42 años -para adaptarse al Tratado de Maastricht primero, y para consagrar la austeridad después- han resultado reformas insuficientes para mantener de pié la arquitectura que hace cuatro décadas levantó la Constitución. Las costuras de la ley suprema española han ido quedando a cuerpo descubierto al mismo ritmo que se amarilleaban sus páginas, y el paso de la teoría a la práctica ha ido deformando día a día el espíritu de un texto más ambicioso en su origen que en su interpretación posterior. Ahora, cuatro décadas después de haberse aprobado en el 1978, sus pilares se han agrietado e incluso la Corona -clave de todo- ya no puede esconder su desgaste.

La prevalencia del hombre sobre la mujer en la línea sucesoria de la Casa del Rey es quizás la muestra más clara de como el texto constitucional ha quedado superada. A esto se suma la inviolabilidad del rey, una traba judicial que, aun así, podría finalmente no ser suficiente para impedir que Juan Carlos I acabe sentado ante un tribunal.

Tampoco la inclusión del término nacionalidades a cambio de consagrar la “indisoluble unidad de España” ha resuelto el debate territorial. El Tribunal Constitucional ha hecho saltar por los aires la posibilidad de una ensambladura de las diferentes naciones del Estado, y la reanudación del debate de la autodeterminación -que ya se puso encima la mesa de los padres de la Constitución- ha acabado por ahora con los dirigentes independentistas catalanes en la cárcel.

El de la independencia judicial es, de hecho, otro de los pilares de la carta magna, ahora agrietados. Como también el frontispicio del paraguas social que prometía la Constitución y del cual el paso del tiempo ha hecho prácticamente imperceptibles los artículos sobre el derecho a la vivienda -con precios descontrolados y desahucios cada día-, a la educación -actualmente hay un 17,9% de fracaso escolar- y a la igualdad. Todo esto, promesas incumplidas que muestran, en el 42 aniversario, una Constitución superada, pendiente de una reforma laberíntica que nadie se ve capaz de empezar.

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