De Pujol a Illa y de Maragall a Rull: una bandera de 54 metros en el Parlament para reconciliar el catalanismo
Dirigentes del PSC, Esquerra, Comuns y Junts exhiben buena sintonía en el pistoletazo de salida de la Diada en el Parlament, con la ausencia de la CUP
BarcelonaLa reunión entre el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y el expresidente de la Generalitat en el exilio, Carles Puigdemont, ha marcado un antes y un después en la relación entre dos mundos, el del constitucionalismo y el del independentismo, enfrentados (o al menos, bien separados) desde 2017. Si el encuentro entre ambos líderes supondrá o no un cambio en las relaciones entre socialistas y junteros está por ver, pero lo que sí parece anunciar es una reconciliación entre dos espacios lengua, la cultura y la identidad nacional catalana dentro del catalanismo político. Esta imagen de unidad es la que se ha vivido este miércoles, víspera del Día Nacional de Catalunya, en el acto solemne de izada de la bandera en el Parlament. También en la recepción posterior, con más de 400 invitados, una tradición que este año recupera la cámara catalana y que se celebró entre 1980 y 2008.
La bandera que se ha izado en el Parlament de Catalunya no es una bandera cualquiera: tiene nada menos que 54 metros cuadrados –seis por nueve–, en un palo de 25 metros. Ha costado 93.000 euros y viene acompañada de un ingenioso mecanismo que evita que el viento lo envuelva, como ha quedado patente cuando la bandera ha llegado a lo más alto del palo, mientras el Orfeó Català interpretaba El canto de la bandera. El acto ha estado presidido por Salvador Illa; el presidente del Parlament, Josep Rull, y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, los tres con igual protagonismo. También estaban los expresidentes Pere Aragonès, Artur Mas, José Montilla y Jordi Pujol, que, sentado en una silla, se ha quedado conversando enérgicamente con los asistentes al finalizar el acto. Incluso ha tenido unas palabras cariñosas para unas periodistas en la última fila. La buena sintonía que habitualmente muestran en público Illa i Rull –ambos presidentes elogian el sentido de la institucionalidad del otro– se ha hecho extensiva a otros dirigentes políticos de Junts, Esquerra, Comuns y el PSC. La CUP, en cambio, ha optado por plantar un bloque que en el Parlament la pasada legislatura ya escenificó por primera vez la unidad en la defensa del catalán en la escuela frente al 25% de castellano. Tampoco había nadie del PP, Vox y Aliança.
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El espíritu de Maragall
La izada solemne de la Diada da este año el pistoletazo de salida a los actos institucionales del Onze de Setembre en el Parlament, y ha sido una iniciativa de Rull. Si Salvador Illa ha abrazado el legado de Pujol, el presidente del Parlament ha subido la apuesta y ha querido acercarse al de Pasqual Maragall. La idea de abrir el Parlament al pueblo viene, precisamente, del primer presidente de la Generalitat del PSC, que en el 2004 ya quiso dar un carácter solemne al acto de izada de la bandera. El acto, con participación de la guerrilla de honor de los Mossos, ha terminado con una interpretación deEl canto de los pájaros a cargo de Gemma Humet, Los Segadores y una glosa de la historia de la bandera: una bandera "nacida de un escudo y de un linaje" –el primer registro gráfico que se tiene es de 1150, en un sello de Ramón Berenguer IV– que bajó a las calles y plazas y acabó siendo el símbolo "de un pueblo". A partir de ahora ondeará permanentemente en el Parlament.