La casa real desmiente que Juan Carlos I esté en estado grave
La periodista Pilar Eyre dice que la familia valora el traslado del rey emérito a España y la Zarzuela asegura que esta información no tiene "ningún fundamento"
MadridLa periodista y escritora Pilar Eyre ha anunciado que Juan Carlos I está en estado grave de salud, pero fuentes de la casa real aseguran que estas informaciones "no tienen ningún fundamento". Eyre ha explicado en las redes que la Zarzuela se plantea trasladarlo a España y que sus hijas Elena y Cristina ya se han desplazado hasta Abu Dabi.
La última información sobre el estado de salud del emérito era la contracción del coronavirus –avanzada por el ARA– a mediados de diciembre pasado. La Zarzuela se limitó a informar de que no estaba ingresado en la clínica Cleveland de Abu Dabi, pero no desmintió que se hubiera contagiado. Este sábado el medio digital El Español ya avanzó que se temía por el estado de salud de Juan Carlos I.
El exmonarca, de 83 años, se sometió en agosto de 2019 a una operación quirúrgica cardíaca, programada después de la revisión anual a la que se sometió en junio y en la que se le colocó un triple bypass aortocoronario. Era la última de una larga lista de visitas al quirófano, ninguna tan mediática como la de abril del 2012 por una fractura de tres fragmentos de la cadera derecha a raíz de una caída durante el viaje de cacería a Botsuana. El mismo año también fue operado de la cadera izquierda y en 2013 de una hernia discal. Antes se le había intervenido una rodilla y en 2018 se le sustituyó la prótesis que llevaba. Los problemas de movilidad son los que se han hecho más visibles en sus últimas apariciones públicas. En la última imagen, andando por un muelle en Abu Dabi, se lo pudo ver con dificultades y necesidad de asistencia para tenerse en pie.
En los últimos años ha sido constante ver a Juan Carlos I con bastones, y se constató que su deterioro físico iba más allá a la Pascua Militar del 2014, cuando fue incapaz de pronunciar el discurso con fluidez. El episodio precipitó su abdicación, que se produjo el 2 de junio de ese año. La célebre frase "Lo siento mucho. Me he equivocado, no volverá a pasar" después del viaje a Botsuana resonaba y la figura del monarca ya se veía sumida en el descrédito, y dejó paso para preservar la institución. Los siguientes movimientos de protección de la Corona llegaron este pasado 2020, en el sentido de preservar la figura de Felipe VI aunque fuera a expensas de desterrar a Juan Carlos.
Las informaciones sobre el presunto cobro de 64,8 millones de euros provenientes de Arabia Saudí en comisiones por las obras del AVE de Medina a la Meca, con una gestión opaca de este patrimonio incluida, provocaron que el hijo renunciara a la herencia de su padre y le retirara la asignación económica de 194.323 euros que percibía como emérito. Felipe VI aparecía como segundo beneficiario del fondo offshore de casi 65 millones y el movimiento fue también una manera de reconocer el ilícito, a pesar de que en un comunicado negó conocer la existencia de este dinero.
La fuga a Abu Dabi
El goteo de informaciones motivó una investigación de la Fiscalía que se mantiene todavía abierta en el Tribunal Supremo y se activó la opción de la fuga. El 3 de agosto la Casa del Rey comunicó que Juan Carlos I se había marchado de España, sin dar detalles del destino. Se especuló que había ido a Portugal, pero al cabo de unos días se conoció que su destino era Abu Dabi, donde ha estado desde entonces. Algunos medios apuntaron que quería volver a España para pasar las fiestas de Navidad con su familia, pero finalmente no fue así y la infanta Elena lo visitó este invierno.
En paralelo, estos últimos meses se han ido conociendo más escándalos, algunos por los cuales ya se lo podría perseguir, porque habrían sido delitos supuestamente cometidos cuando ya no era inviolable: el uso de tarjetas opacas en 2016, 2017 y 2018. La Fiscalía lo incorporó a la investigación. En noviembre la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, explicó en un encuentro con periodistas que el ministerio público estaba estudiando un informe de inteligencia del Sepblac, el organismo de blanqueo de capitales, vinculado al emérito. Se trataría de una cuenta activa de 10 millones de euros que el rey emérito tendría en la isla de Jersey, un paraíso fiscal del canal de la Mancha, a pocos kilómetros de la costa de Francia.