Juntos da margen a Pedro Sánchez: "Somos gente responsable. No tomaremos medidas en caliente"
El presidente español rompe el tabú y se reúne con un expreso político en la Moncloa: se encuentra con Turull y Nogueras
Madrid / BarcelonaSuperada la primera reunión de la ejecutiva socialista tras el estallido del caso Santos Cerdán, Pedro Sánchez se centra estos días en sus socios parlamentarios. El líder socialista se conjuró con los suyos para resistir al frente del gobierno español y, por el momento, la mayoría plurinacional del Congreso está accediendo a darle aire. Es lo que ha ocurrido este martes en la reunión que ha mantenido el presidente del ejecutivo español con Junts. Pese a ser el aliado de la investidura que más quebraderos de cabeza le ha dado esta legislatura, los de Carles Puigdemont han abandonado en esta ocasión el tono duro y la amenaza empleada en otras ocasiones. "Somos gente responsable. Conocemos la gravedad de la situación. No tomaremos medidas en caliente, tomaremos pensando en lo mejor para Catalunya", ha afirmado el secretario general de Junts, Jordi Turull, a la salida del encuentro de hora y media en el Palacio de la Moncloa al que acudió con la portavoz al Congreso, Míriam Nogueras.
Turull ha explicado que Sánchez, inmerso en la crisis por el presunto caso de corrupción que le ha dejado sin número tres en el partido, les ha pedido tiempo. Juntos ha aceptado darle un cierto margen que, según ha dicho el dirigente independentista, su partido también necesita porque la pérdida de su interlocutor de confianza en el PSOE también ha sido un choque. "Nos ha pedido unos días para poder concretar la o las personas que formarán parte de la delegación [socialista que se reunía con Junts en Suïssa]", ha dicho Turull en una atención a los medios a las puertas del Congreso. En Junts tienen claro que no aceptarán cualquier nombre y quieren a un interlocutor que sea una voz autorizada con poder de decisión, como había sido hasta este jueves Cerdán en el PSOE. En este sentido, Sánchez les transmitió que tiene "la voluntad de continuar con la vigencia del acuerdo de Bruselas", que ahora quedó interrumpido. Turull y Nogueras le exigieron garantías para su cumplimiento si no quiere perder la confianza de los siete diputados junteros en la cámara española.
De momento, el terremoto del caso Cerdán ya ha provocado que el presidente español haya roto un tabú. Este martes ha recibido en la Moncloa, por primera vez, un expreso político del Proceso, como lo es Turull. Es la foto que los junteros habían reclamado a Sánchez para analizar si pueden seguir o no con su mandato: ante la gravedad de la situación había que hacerlo directamente con el máximo responsable de los socialistas y del gobierno español. De rebote se ha logrado así que por primera vez Sánchez se vea con un dirigente del Gobierno del 2017, después de haber sido indultado por su gobierno y aún pendiente de la amnistía. Fuentes de Junts consultadas por el ARA valoran positivamente el hecho de que el presidente español se haya avenido a hacer lo que le habían pedido. Ahora bien, Turull ha advertido de que harán falta más reuniones para que en este primer contacto, en el que han visto a un Sánchez tocado, "no se ha podido concretar nada" y ha remarcado que, pese al margen que dan, necesitan "mucha" concreción sobre las garantías exigidas.
De hecho, una de las fotos que planean desde el inicio del mandato del gobierno del PSOE-Sumar es el encuentro entre Sánchez y el expresidente Carles Puigdemont, que está por ver si acaba produciéndose o no tras el estallido del nuevo caso de corrupción que afecta al entorno de Sánchez. Asimismo, también está pendiente el encuentro entre Sánchez y el presidente de Esquerra, Oriol Junqueras. Con quien se verá al presidente español en el marco de la ronda de contactos con los grupos parlamentarios al día siguiente de la reunión con Turull y Nogueras es con el portavoz republicano en el Congreso, Gabriel Rufián, también en la Moncloa. Rufián preguntará previamente a Sánchez sobre el caso Cerdán en la sesión de control en el Congreso. "Pediremos explicaciones y, sobre todo, que tome medidas, en especial contra los corruptores", ha dicho el republicano en declaraciones en los pasillos de la cámara baja. Mañana también será el turno del PNV y EH Bildu.
Aprovechar el momento
En las últimas horas, fuentes de Junts sólo transmiten un mensaje: su intención es aprovechar el "momento de crisis" que vive Sánchez para sacar más rédito de su relación con el gobierno español. A Junts le queda pendiente la carpeta de la amnistía, que el Tribunal Constitucional debe resolver la próxima semana, además de la oficialidad del catalán en Europa, el traspaso de competencias de inmigración (que veta a Podemos en el Congreso de los Diputados) y también la carpeta del concierto económico, que también incluyeron en su pacto de investidura. Otros grupos de la mayoría plurinacional, en cambio, aprietan sobre carpetas relacionadas con la corrupción a raíz del caso Cerdan.
Es el caso de ERC y también de Sumar, que también ha exigido medidas contra los corruptores y la creación de una oficina estatal contra la corrupción que funcione de forma "independiente y autónoma". Ahora bien, por el momento ya la espera de si aparecen más indicios contra el PSOE, sin amenaza de ruptura. La voz más dura ha sido la de Ione Belarra, líder de Podemos, que no se reunirá con Sánchez y le sitúa como "parte del problema". También subieron el tono Compromís y la Xunta Aragonesista, integrados en Sumar, así como el BNG, que anunció que tampoco asistirá a la reunión en la Moncloa porque rechaza "blanquear" al PSOE.
Sánchez comparecerá el 9 de julio
Paralelamente a la ronda de contactos con sus socios parlamentarios, el Congreso ha puesto fecha a la comparecencia de Sánchez para dar explicaciones por el caso Cerdán, una de las medidas que anunció ayer lunes junto con la comisión de investigación por el caso Koldo para salir de la crisis, que los socialistas han registrado este martes. que fuera antes. Solo el PSOE ha defendido esta fecha. El PP, de hecho, ha tratado, de momento sin éxito, de forzar que tenga que comparecer esta semana en un pleno extraordinario, pero que se convoque depende de la presidencia de la cámara baja, en manos de Francina Armengol, que se ha negado a debatirlo. el martes por la tarde con abucheos con Armengol para exigir esta comparecencia inmediata.
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El PSOE se escuda en la agenda internacional de Sánchez y en que también necesita "tiempo" para mantener la ronda con los grupos y digerir lo que hable. El jefe de filas de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, ha criticado la decisión en X: "Nos dicen que el presidente del gobierno no puede comparecer ya en el Congreso porque debe cumplir con su agenda internacional. Debería entender que para seguir cumpliendo con esta agenda debe seguir siendo presidente del gobierno". La crítica de los socios por retrasarlo fue unánime y Sumar le pidió a Sánchez que haga un "esfuerzo" para comparecer antes.