Las seis expediciones a Madrid para explicar el momento catalán

Aragonès hará una conferencia en la capital española siguiendo la estela de sus predecesores

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Raül Romeva, Manuela Carmena, Carles Puigdemont y Oriol Junqueras en la conferencia en Madrid del 2017.

BarcelonaEn plena polémica sobre la fecha de la mesa de diálogo, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se plantará este miércoles en Madrid para pronunciar una conferencia en el Club Siglo XXI. Presentado por la exalcaldesa de la ciudad Manuela Carmena, seguirá así la estela de sus seis predecesores de la Generalitat restaurada, que, también en algún momento u otro, hicieron camino hacia la capital de España para explicarse en el mismo formato. En todos los discursos, un hilo de continuidad: el conflicto entre Catalunya y España con todas sus modulaciones. Desde el clamor contra el café para todo el mundo al planteamiento nítido de la independencia.

Jordi Pujol (1996)

Catalunya quiere ser algo más que un land alemán

También en el Club Siglo XXI –una asociación cultural de carácter transversal fundada en 1969–, Pujol reivindicó el hecho diferencial catalán. En su caso para reclamar una lectura flexible de la Constitución que respetara Catalunya como nación y no la asimilara al resto de autonomías. “No queremos ser un land alemán. No nos conformamos con esto, queremos más”, expresó. Pocas advertencias, pero una relevante: si no se producía este reconocimiento, habría “conflicto”. Entre los asistentes al acto, una extensa representación de ministros del gobierno español del PP, como Rodrigo Rato, Mariano Rajoy, Josep Piqué y Esperanza Aguirre. Eran otros tiempos: los votos de CiU acababan de hacer presidente a José María Aznar.

Pasqual Maragall (2003)

El Estatut como paso necesario para una “España plural”

Aún no era presidente, pero el entonces líder del PSC fue a Madrid acompañado de José Luis Rodríguez Zapatero para empezar a vender la reforma del Estatut como “el primer gran paso hacia el reconocimiento de la España plural”. También desde el Club Siglo XXI, lanzó una diatriba contra Aznar, que entonces ya gobernaba con mayoría absoluta. Su diagnóstico era que si el presidente popular continuaba en el cargo una legislatura más, “España estallaría”.

José Montilla (2007)

Alerta con la “desafección” de los catalanes hacia el Estado

La intervención de José Montilla es recordada por una expresión que entonces todavía era poco popular, pero que en los siguientes años haría fortuna: la “desafección” política, en este caso de los catalanes hacia el Estado. Con el conflicto del Estatut en carne viva, el presidente socialista dijo que si el gobierno español no se ponía las pilas, corría “el riesgo de un alejamiento irreversible” de Catalunya. Del arraigo de un sentimiento de "adiós a España" que ya había escrito el poeta Joan Maragall. Todo un aviso, viniendo de un presidente alejado de las tesis soberanistas.

Artur Mas (2012)

Del pacto fiscal a “necesitamos un estado”

Aún estaba en la pantalla del pacto fiscal, pero desde los salones del Hotel Ritz Artur Mas fue el primer presidente en ir a Madrid para poner sobre la mesa que “Catalunya necesita el instrumento de un estado”. No estaba todavía el 9-N en el horizonte y ni siquiera mencionó la palabra independencia, pero el discurso sirvió para avisar de que la Generalitat renunciaba a intentar reformar España: “Hay un sentimiento de fatiga mutua”. 16 años más tarde de la conferencia de Pujol, aquel día el gobierno español no envió a ningún representante. Tampoco fue ningún miembro de la dirección del PP o del PSOE.

Carles Puigdemont (2017)

“Diálogo sincero” pero referéndum o referéndum

El Procés quemaba etapas rápidamente y Puigdemont fue a Madrid cuando la proa ya marcaba una única dirección: referéndum o referéndum. Lo más recordado es que no utilizó la conferencia para dar ningún golpe sobre la mesa –era la duda que sobrevolaba el ambiente–, sino para expresar que apostaba por un “diálogo sincero” con el Estado pero sin renunciar en ningún caso a la consulta. La entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, facilitó las instalaciones del Ayuntamiento para que se pudiera hacer la conferencia. Entre el público, el entonces líder de Podemos, Pablo Iglesias. En el exterior, una manifestación de 300 falangistas.

Quim Torra (2019)

Confrontación democrática a las puertas de la sentencia

Cuando faltaba muy poco para la sentencia del 1-O, Quim Torra fue a Madrid para advertir de que la condena del Supremo lo llevaría “a tomar la iniciativa para trazar el camino firme hasta culminar la independencia”. No descartó ni una huelga general ni un nuevo referéndum como respuesta al veredicto, pero no hizo muchas concreciones porque todavía no había acuerdo entre el independentismo sobre cómo había que reaccionar. Aquel acuerdo no llegaría nunca. De hecho, aquel mismo día ya se visualizaba la divergencia estratégica entre ERC y JxCat: los primeros apostaban por facilitar un gobierno del PSOE. Torra decía que no veía “ninguna razón” para hacerlo.

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