12 de Octubre

Todos los soberanismos que plantan cara a la Hispanidad

El 12-O tiene oposición en territorios del Estado, más allá de los Países Catalanes, Euskadi y Galicia, y en América Latina

BarcelonaLa Hispanidad es un día marcado en rojo en el calendario del españolismo. Entidades y partidos aprovechan la fecha que conmemora la llegada de Cristóbal Colón a América para reivindicar la "patria madre" y los lazos que unen a España y América Latina. Bajo el lema "Nada a celebrar", los movimientos políticos soberanistas en los Países Catalanes, Galicia y el País Vasco han liderado la oposición a esta celebración, que consideran caduca y representativa de una España que ni reconoce ni permite el derecho al autodeterminación de los pueblos. Pero las tres comunidades históricas no están solas. Aunque menos conocidos, existen corrientes soberanistas en otros territorios del Estado, como Canarias, Andalucía, Extremadura, Asturias, Cantabria o, incluso, Castilla que se revuelven contra esta fiesta y alzan la voz contra el centralismo de Madrid. También en Latinoamérica, los movimientos indígenas y progresistas claman por dejar de celebrar (o resignificar) un hito en el que ven una clara impronta colonial.

Precisamente, y según explica Tomás Quintana, presidente del Consejo para la Descolonización y Transición Nacional por el Archipiélago Canario (CDTN), el independentismo canario es, ante todo, un movimiento anticolonialista. Quintana denuncia que la incorporación de Canarias al estado autonómico se hizo de espaldas al pueblo canario, donde sostiene que existe un fuerte sentimiento nacional, aunque poco organizado y, ahora mismo, más centrado en el activismo. En el CDTN hay anarquistas, comunistas, libertarios y socialdemócratas que voluntariamente, explica, han renunciado a presentarse a ninguna elección convocada por la "metrópoli", pese a apostar por la vía democrática y desmarcarse de la lucha armada del extinta MPAIAC. Quintana recuerda una Diada en la que estuvo en Catalunya y distribuyeron un mapa de las colonias europeas en África: "Muchas familias descubrieron entonces que Canarias están en el continente africano. Cualquiera que coja un mapa o una enciclopedia lo puede ver" , expone en el ARA.

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Los nuevos andalusismo y extremeño

El sur de la Península vive el resurgimiento de unos movimientos soberanistas, que alcanzaron su momento álgido en los años 70 y 80 –cuando el andaluzismo llegó incluso a tener dos diputados en el Parlament de Catalunya en 1980, con el Partido Socialista de Andalucía–, y tampoco quieren saber nada de celebrar la Hispanidad. Aunque no son los únicos, Adelante Andalucía es quien enarbola ahora mismo esa bandera en las instituciones: oficialmente el partido es soberanista, aunque dentro hay también militantes independentistas, aseguran fuentes de la formación consultadas por el ARA. Un soberanismo que, según el partido, no es solo territorial, sino también social y económico, que quiere que Andalucía se defienda con "voz propia" y deje de ser el "patio trasero" de España.

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En Extremadura, el recién fundado partido Nuevo Extremeño reivindica las singularidades del territorio y sus lenguas (tiene tres: el estremeñu o castúo, emparentado con el asturleonés; la fala, una variante del galaicoportugués, y el portugués rayano), inspirados por las revueltas campesinas de los jornaleros extremeños en la Segunda República y la Transición. Lo ha impulsado una generación de jóvenes que han estudiado en capitales como Madrid o Barcelona. Todos ellos quieren promover un frente común contra los "megaproyectos extractivos ilegales" en el territorio y las políticas que -según lamenta uno de sus dirigentes, Ángel Andreo- han convertido a Extremadura en proveedora de "mano de obra precaria" en una España que , a su juicio, les da trato de colonia. "El extremeños es una corriente que no nace ahora, sino que tiene grandes referentes históricos como Antonio Elviro Berdeguer o Víctor Chamorro, que piden que Extremadura sea soberana de sí misma y haga justicia ante el maltrato del Estado español", añade Alain Presentación también miembro del partido.

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En las vecinas Castelles, el recuerdo de las luchas campesinas inspira a los soberanistas Esquerra Castellana y sus juventudes, Yesca, herederos de la tradición comunera pasada por el filtro del socialismo y el feminismo. Ahora bien, la delimitación territorial que Esquerra Castellana hace de Castilla –que incluye Cantabria, Castilla y León, Madrid, La Rioja y Castilla-La Mancha– choca con el nacionalismo cántabro. En Asturias, el soberanismo ha ido históricamente ligado a la defensa de la lengua asturiana y hoy tiene en Andecha Astur uno de sus principales exponentes, que aprovecha el 12 de octubre para conmemorar la Revolución Asturiana de octubre de 1934 en lugar de la Hispanidad.

América Latina

En Latinoamérica, la mayor parte de los países han pasado de conmemorar la Hispanidad bajo el nombre de Día de la Raza a hacerlo bajo otras denominaciones que ponen en valor los lazos entre todos los pueblos del continente. Desde 2020, México celebra el Día de la Nación Pluricultural, un cambio cuyo objetivo era "no celebrar el sometimiento y eliminación de los pueblos indígenas" y que fue decretado por López Obrador. Desmarcándose completamente de la celebración clásica de la Hispanidad, Venezuela y Nicaragua aprovechan el 12 de octubre para celebrar el día de la resistencia indígena, mientras que Chile y Argentina, a medio camino, celebran el Día del Encuentro entre Dos Mons y el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, respectivamente. En Ecuador, en el 2011 el expresidente Rafael Correa cambió la denominación por el Día de la Interculturalidad y Plurinacionalidad con la idea de desterrar "discursos racistas" de esa fecha, según recuerda la excónsul ecuatoriana Narcisa Soriano, vinculada al partido de Correa. Soriano reivindica los nuevos valores que existen detrás de esta forma de entender el 12-O desde la diversidad con la que se celebra en cada país: "Nos permite comprender y visibilizar el proceso de colonización sufrido por los pueblos indígenas de América durante más de 500 años", relata.