Guerra Israel-Palestina

El viaje de Sánchez a Oriente Próximo termina con una crisis diplomática con Israel

El presidente español abre la puerta al reconocimiento unilateral del estado palestino al margen de la UE y enerva a Tel-Aviv

4 min
Sánchez saluda a un cooperante en el paso fronterizo de Rafá entre Egipto y Gaza.

MadridEl presidente español, Pedro Sánchez, ha aprovechado su viaje a Oriente Próximo en calidad de presidente de turno de la UE para alejarse un paso más del apoyo que Occidente está brindando a Israel en su campaña en Gaza, y que está provocando una catástrofe humanitaria, hasta el punto de crear una furibunda reacción por parte del gobierno de Benjamin Netanyahu en lo que ya es la principal crisis diplomática desde hace años entre ambos estados. Cuando el gobierno israelí aún no había digerido las palabras del jueves ante el propio Netanyahu, en el que el español recordó al israelí las muertes de niños palestinos a causa de los bombardeos, Sánchez ha ido hoy más allá y, desde el paso fronterizo de Rafah, entre Egipto y Gaza, ha abierto la puerta a reconocer al estado palestino al margen de lo que haga la UE. Y lo ha hecho acompañado del primer ministro belga, Alexander De Croo, con quien conforman una especie de eje propalestino dentro de la UE. "Ha llegado el momento de que la comunidad internacional, y en especial los países europeos, tomen una decisión sobre el reconocimiento del estado palestino", ha dicho Sánchez, a continuación apostillar: "Pero si esto no ocurre, España tomará sus propias decisiones".

Estas palabras han caído como una bomba en Tel Aviv y las consideran un alineamiento no con la causa palestina y el derecho internacional, sino con el terrorismo. El ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, lo ha dicho con estas mismas palabras a través de un comunicado: "Condenamos las declaraciones de los jefes de gobierno de España y Bélgica, que apoyan el terrorismo". El ministerio israelí ha convocado a los embajadores español y belga "para una dura conversación de reprimenda", según el comunicado. El propio Netanyahu también ha insistido en esta línea haciendo una "condena enérgica" de las declaraciones y lamentando que ambos países no atribuyan toda la responsabilidad de lo que está ocurriendo en Hamás. "Creo firmemente que debemos llamar a Israel para que cumpla con sus obligaciones en materia de derecho internacional", dijo Sánchez desde Rafah. Sin embargo, la versión oficial de Israel es que ellos están cumpliendo con el derecho internacional y utilizando el derecho a la autodefensa para responder a los ataques de Hamás del 7 de octubre, aunque ello comporte la muerte de miles de civiles palestinos , casi 14.000 según datos de las autoridades de Gaza.

Respuesta de Albares

El choque diplomático ha continuado con la respuesta del ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, quien ha dicho que las acusaciones de Israel, en el sentido de que España apoya el terrorismo "faltan a la verdad y son inaceptables", y que Madrid dará la respuesta "oportuna" a Israel. El choque diplomático entre ambos países, pues, está servido. Israel teme que la posición española y belga se acabe imponiendo en el seno de la Unión Europea, que en un primer momento se alineó con Israel pero que después, en vista del curso de la invasión israelí de Gaza, ha ido matizando su posición, con evidentes discrepancias internas. Así, por ejemplo, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha tenido desde el inicio del conflicto una postura más crítica con Israel que la presidenta de la Comisión, la alemana Ursula von der Leyen. El belga De Croo ha insistido hoy, en línea con la postura de Sánchez, en que "no habrá una solución militar" al conflicto entre israelíes y palestinos.

Por su parte, el paso de Sánchez también ha provocado la reacción de la oposición de derechas en España, más alineada con Israel que la izquierda en este conflicto. El PP ha dicho que considera a Sánchez un "imprudente en política exterior" porque ir a Israel para "ofenderlos" es lo contrario de la diplomacia. "Para ir el último y crear un conflicto mejor no haber ido", insistieron fuentes populares tras recordar los volantazos de Sánchez en cuestiones como el Sáhara y las relaciones con Marruecos o Argelia. En cambio, el paso de Sánchez fue aplaudido por su socia al ejecutivo y líder de Sumar, Yolanda Díaz, y otras formaciones de izquierdas del Congreso, que en el debate de investidura ya resaltaron su crítica a las operaciones militares israelíes. En su discurso de investidura Sánchez se comprometió, según consta también en el acuerdo de gobierno con Sumar, a "trabajar en Europa y por supuesto en España" para lograr el reconocimiento del estado palestino.

Con este movimiento Sánchez marca un perfil propio a nivel internacional como líder occidental crítico con Israel y confirma su intención de aprovechar este mandato para desempeñar un papel en este ámbito. Eso sí, como represalia Israel no participará en el 8º Foro de la Unión por el Mediterráneo que se celebrará el lunes en Barcelona y que debe reunir a los ministros de Exteriores de 43 países. Sánchez quería convertir el acto en una cumbre por la paz en Oriente Próximo pero habrá uno de los dos contendientes que no participará. En diplomacia, tener una posición clara en ocasiones es incompatible con hacer de mediador.

stats