Partidos políticos

Yolanda Díaz se aferra al movimiento ciudadano para reinventar la izquierda

La vicepresidenta española da el pistoletazo de salida a su "proceso de escucha" e insiste en que no va "de siglas ni partidos"

MadridHa costado varios aplazamientos, pero finalmente Yolanda Díaz ha encontrado día, hora y lugar para lanzar oficialmente su proyecto político que, por ahora, lleva el nombre de Sumar. Ha sido esta tarde en Madrid, en un centro cultural Matadero que ha quedado pequeño con la asistencia de más de 5.000 personas. La izquierda del PSOE se reinventa y busca un nuevo horizonte alrededor de la vicepresidenta española y ministra de Trabajo para intentar reimpulsar un espacio que hace meses que está desorientado fruto de las divisiones internas, los cambios de liderazgo y el rumbo poco claro del gobierno de coalición. Díaz quiere dar un mensaje "de esperanza", hacer que la ciudadanía sea partícipe de su proyecto y generar un nuevo "contrato social" con vistas a la próxima década que sirva para hacer frente a la derecha. Por eso ha querido reiterar que su proyecto "no va de siglas ni de partidos", sino de un "movimiento ciudadano" que reconecte a la clase política con la sociedad civil y con las banderas tradicionales de la izquierda: el feminismo, la sanidad y la educación públicas, y la "democracia económica", así como la plurinacionalidad.

Hace siete años que Podemos intentó canalizar las reivindicaciones políticas del movimiento ciudadano del 15-M. En un momento de declive del partido lila, Yolanda Díaz tiene en sus manos volver a acercar el electorado de izquierdas a la política ante el auge de la derecha en las encuestas. "No tienen que gobernar las derechas, no tenemos que tener miedo", ha afirmado Díaz, que ha hecho un llamamiento al público a no "resignarse". Ha puesto en valor, en este sentido, la plurinacionalidad del Estado ante "el enfrentamiento" lingüístico que promueven, ha dicho, los partidos conservadores. "Tenemos un país maravilloso con muchas lenguas y es precioso poder hablar y escribir con diferentes lenguas", ha defendido.

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La vicepresidenta segunda empieza, así, un "proceso de escucha" que tiene que durar unos seis meses, hasta finales de año. Será entonces cuando decidirá si acaba liderando la plataforma que tiene que surgir de este proceso. "Si queréis, me sumo, pero el protagonismo es ciudadano", ha acabado diciendo. El acto de esta tarde ya ha querido ser una muestra de lo que Díaz quiere que sea Sumar. La atención la ha querido focalizar en representantes de la sociedad civil: había activistas en defensa del clima, de la educación y la sanidad públicas, de los riders o de las personas migrantes, la mayoría mujeres. Entre el público los escuchaba el pianista James Rhodes o también la escritora y una de las caras visibles del movimiento trans Elisabeth Duval, habitual en los últimos actos de Díaz. De hecho, justo el día que la vicepresidenta segunda ha presentado Sumar, varias personalidades del mundo de la cultura le han expresado su apoyo a través de las redes sociales, como por ejemplo los escritores Santiago Alba Rico y Elvira Sastre o los actores Itziar Castro y Antonio de la Torre.

El papel de los partidos

En la segunda fase del proyecto es donde las cosas se pueden envolver un poco, porque es donde entrarán los partidos políticos. Esta semana, de hecho, se ha vuelto a visibilizar la tensión que ya hace unos meses que dura entre el equipo de la vicepresidenta y Podemos. En el acto no había ningún líder político de los partidos que conforman el espacio a la izquierda del PSOE (Podemos, Izquierda Unida, En Comú Podem, Más País o Compromís) porque así se los pidió la propia Díaz, a pesar de que había una representación de cada formación. Así, de los comunes, por ejemplo, estaban una de las coordinadoras del espacio, Candela López; el portavoz en el Parlamento, David Cid; el eurodiputado Ernest Urtasun, y los diputados en el Congreso Aina Vidal, Joan Mena y Mar García Puig.

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Por parte de Podemos, se ha sentado en las primeras filas uno de los ideólogos del partido lila, Juan Carlos Monedero, y la eurodiputada lila Maria Eugenia Palop. Del PCE sí que estaba su líder, Enrique Santiago, que es también secretario de Estado de la Agenda 2030 y, de hecho, ha sido de los únicos miembros del Gobierno español que ha asistido al acto. Díaz les pidió que no estuvieran para dar todo el protagonismo a la sociedad civil, pero tanto la vicepresidenta como el partido lila se volvieron a enguillotar públicamente sobre quién estaba invitado y quien no al acto. Las ministras lilas, Ione Belarra e Irene Montero, excusaron su presencia por la petición que les había hecho Díaz.

De hecho, Podemos fue el único partido del espacio que no expresó su apoyo a la vicepresidenta cuando la semana pasada lanzó el vídeo de presentación de Sumar. Sí que lo hicieron Izquierda Unida y los comunes, por ejemplo, los dos aliados más fieles de Díaz. En el partido lila hay nerviosismo por cómo la vicepresidenta acabará de concretar su proyecto político y, de hecho, hay voces que admiten que el partido se siente menospreciado. Aun así, Díaz no se ha cansado de decir que contará con todas las voces del espacio. Es a partir de ahora cuando lo tendrá que demostrar.