1 de cada 5 hombres valencianos reconoce haber pagado por sexo alguna vez a lo largo de su vida
Las universidades de Valencia y Elche denuncian que la cifra de mujeres prostituidas oscila entre las 10.000 y las 13.000
ValenciaUno de cada cinco hombres valencianos mayores de 18 años (el 19,5%) afirma haber pagado por sexo alguna vez a lo largo de su vida. Es uno de los datos más destacados de los estudios hechos por la Universitat de València (UV) y la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) con el apoyo de la consejería de Justicia, Interior y Administración Pública sobre la situación de la prostitución en el País Valenciano y sobre la percepción sobre este fenómeno que tiene la ciudadanía. El primero ha sido elaborado por el catedrático de sociología de la UV Antonio Ariño, y el segundo por el catedrático de derecho penal y director del Instituto Crímina de la UMH Fernando Miró.
El documento alerta de que la cifra de mujeres prostituidas oscila entre las 10.000 y las 13.000 y que corresponderían al perfil de una mujer joven, con poca formación educativa, proveniente de clase social baja, de entornos familiares humildes y vulnerables y mayoritariamente extranjera. En cuanto a los hombres que son clientes, en la mayoría de casos, además de prostitución, consumen pornografía.
Ariño ha denunciado la existencia de lo que ha bautizado como Corredor Mediterráneo de la Prostitución 2.0, donde se pueden encontrar "más de 52.000 anuncios, de solo seis portales web, que referencian más de 1.700 pisos que se suman a los 164 prostíbulos" que las fuerzas y los cuerpos de seguridad del Estado tienen identificados en el País Valenciano.
Por su parte, Miró ha destacado que el 37,2% de los 1.480 entrevistados aceptan la existencia de la prostitución, a pesar de que 7 de cada 10 son conscientes de que, si pudieran escoger, las mujeres no elegirían ejercerla y 8 de cada 10 asumen que las víctimas de prostitución sufren abusos y no tienen control sobre la actividad que hacen.
Los estudios también detallan que, por grupos de edad, el segmento que más repulsa expresa hacia la prostitución son las personas de más de 65 años y que el que muestra más aceptación es lo de los adultos de entre 35 y 44, dentro del cual solo el 36% están en contra. Por otro lado, a pesar de que la prostitución de calle o en espacios públicos es la que más rechazo general genera (81%), el porcentaje se reduce sensiblemente cuando se ejerce o contacta en pisos o mediante internet, cosa que evita que sea visible.
Cambios en la legislación estatal, autonómica y local
La consejera de Justicia, Interior y Administración Pública, Gabriela Bravo, ha asegurado este martes que el País Valenciano "ha asumido el compromiso de liderar el proceso para abolir la prostitución en España" y que el Consejo ya prepara una serie de propuestas elaboradas desde el Foro para la Abolición de la Prostitución para adoptar cambios en la legislación estatal, autonómica y local "que sancionen el consumo de sexo pagado y garanticen la atención integral a las mujeres prostituidas".
Bravo ha lamentado que "el sistema prostitucional haya conseguido que una parte importante de la sociedad crea que invisibilizar el problema es equivalente a resolverlo" y ha subrayado que los dos estudios "no son un fin en sí mismos, sino las herramientas con las que hay que construir el marco legal y político que coadyuve a abolir la prostitución".
La consejera también ha enfatizado que el 95% de las víctimas de la prostitución son mujeres y que el 99,7% de los consumidores de sexo pagado son hombres, datos que permiten concluir, según su opinión, que se trata de una actividad "machista". En este sentido, ha añadido que "el hecho de que la prostitución lésbica sea inexistente es la prueba de que estamos ante una institución donde convergen todas las injusticias y violencias contra la mujer". "La prostitución supone un mecanismo de control social sobre la mujer y de dominación de una sexualidad masculina especialmente agresiva y humillante contra ella", ha enfatizado.
Para Gabriela Bravo, una sociedad democrática "no puede aceptar" que haya "mujeres que se vean obligadas a vender su cuerpo para poder sobrevivir". Por eso "hay que acabar con las posiciones regulacionistas y negacionistas" y hacerlo "con los datos contrastados por estudios rigurosos", ha concluido.