22 edificios del Eixample se alían en una cooperativa energética fotovoltaica

La primera Illa Eficient en Barcelona combina la rehabilitación y el autoconsumo para abaratar un 30% la factura de la luz

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Trabajos de rehabilitación de la Isla eficiente

BarcelonaPoner de acuerdo a una comunidad de vecinos para arreglar la fachada o instalar un ascensor puede volverse a veces una misión imposible. El proyecto Illa Eficient del Eixample de Barcelona, una idea pionera que combina rehabilitación y ahorro energético, ha conseguido ir mucho más allá: coordinar 22 bloques para renovarlos y promover a la vez el autoconsumo a través de la instalación de placas fotovoltaicas. La iniciativa empieza a andar después de seis años desde el primer anuncio y de superar un proceso farragoso que ha abierto un camino hasta ahora inexplorado en España: los propietarios de las fincas o los pisos se han constituido en cooperativa y serán la primera comunidad energética formada por comunidades de vecinos.

Joan Anton Cano es uno de los propietarios del bloque 469 de la Gran Via, en la esquina con Calàbria, la primera que ya luce la lona que indica que ha empezado la rehabilitación. Explica que se hará nueva la fachada, que tiene protección patrimonial, se cambiarán todas las ventanas, se renovará la azotea y se instalarán las placas de autoconsumo. La idea es que todas las mejoras supongan un ahorro energético para los vecinos del 30% de media, según los cálculos de Celia Galera, que es la consejera delegada de Habitat Futura, la empresa impulsora de la idea, que ha sido el enlace entre comunidades y que gestionará todo el despliegue del proyecto.

Como este, habrá siete bloques más que se reformarán en una primera fase, todos en la misma isla –la que forman las calles Gran Via, Viladomat, Diputació y Calàbria–, a pesar de que el objetivo es sumar 22 fincas donde viven más de 700 personas. Galera sostiene que los gastos de consumo eléctrico de la comunidad de vecinos quedarán cubiertas al 100% con la energía que salga de las azoteas –a través de placas y baterías– y que el excedente que se genere podrá abaratar (ya se verá en qué medida porque dependerá de cada caso) las facturas particulares de los vecinos. Además, ha insistido, la apuesta por las renovables va en línea con reducir las emisiones de CO₂.

Uno de los pisos desde donde empiezan los trabajos de rehabilitación de la Illa Eficient.

Las administraciones públicas –Generalitat, gobierno español y Ayuntamiento de Barcelona– se han sumado al proyecto, y el contexto, con la llegada ya próxima de los fondos europeos Next Generation que quieren impulsar la eficiencia energética a las viviendas y los nuevos modelos participativos de gestión, ha sido el empujón definitivo, según reconoce Galera. Las subvenciones especiales ligadas a la instalación de placas fotovoltaicas (requisito indispensable) que recibirá la Illa Eficient del Eixample cubrirán el 50% del coste de las obras de rehabilitación.

Joan Anton explica que en su caso, en el que el edificio de 12 pisos es todo propiedad de su familia, la subvención quiere decir pasar de un millón de euros a medio millón que han pagado los propietarios. "Ha sido un proceso largo, pero es una buena idea para la conservación necesaria de la ciudad", explica. Toda la primera fase del proyecto tiene un coste de 3,4 millones de euros, que saldrán a partes iguales de los propietarios y de las administraciones.

La responsable de Habitat Futura admite que coordinar a los propietarios ha sido difícil, especialmente en los bloques donde, a diferencia del de Joan Anton, hay muchos propietarios diferentes, pero que al final se trata de edificios que necesitaban obras urgentes y que hacerlo con criterios de eficiencia suponía beneficios: "El mensaje es que cuanto más eficiente seas más subvención obtendrás". Además, la solución de crear una cooperativa también tiene ventajas fiscales, como la subvención tributa vía impuesto de sociedades y no a través del IRPF de cada propietario.

Un modelo reproducible

A pesar del nombre del proyecto, que hace referencia a una isla, el objetivo de las administraciones es que esto no se quede en un experimento solitario. "Hay que estimular a los vecinos y este modelo puede ser un ejemplo a reproducir", ha confiado el secretario de Vivienda de la Generalitat, Carles Sala, que ha recordado que en las convocatorias de ayudas públicas orientadas a la eficiencia energética hasta ahora no se llegaba a cubrir ni el 5% de la línea de ayudas. En cambio, ha insistido, el parque de viviendas en Catalunya está "muy envejecido" y se remonta a épocas en las que la construcción a menudo no incorporaba la variable de la eficiencia ni en las técnicas ni en los materiales.

Los fondos europeos, según Sala, forzarán un "cambio de paradigma" que se tiene que extender a todos los municipios. "En los futuros planes de barrio, los que emanan de la ley de barrios, la vivienda pasa a ser el protagonista, y no tanto el espacio público como había sido hasta ahora", ha apuntado, y ha recordado dirigiéndose a los ayuntamientos que reducir la demanda y el consumo energético será un requisito esencial para recibir la subvención.

Las comunidades energéticas locales, como la que impulsa la Illa Eficient del Eixample, son parte del modelo energético del futuro que quiere impulsar la Unión Europea, ha recordado el director de ahorro y eficiencia del Instituto de Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE), Pedro Prieto, que también ha puntualizado que el ministerio de Transición Ecológica se ha comprometido en su Plan Clima a rehabilitar 1,2 millones de viviendas en España con estos criterios de eficiencia antes de 2030.

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