Violencia sexual

El violador de Igualada será juzgado por intento de asesinato: hasta 30 años de cárcel

El juez deja a un paso del juicio al detenido por la brutal agresión sexual a una adolescente el noviembre de 2021

BarcelonaUn año y medio después de la brutal violación de una adolescente de 16 años en Igualada, el juez del caso ha cerrado la investigación y ha dejado al agresor a tan solo un paso del juicio. El magistrado tiene claro que el detenido siguió expresamente a la víctima a la salida de una discoteca y la abordó "por sorpresa" cuando pasaba por una de las calles menos transitadas del polígono de Les Comes. Su intención no era solo violarla, sino que también quería matarla, asegura el juez en su resolución, a la que ha tenido acceso el diari ARA. Si no lo logró, dice el juez, es porque una persona acabó encontrando al poco tiempo a la joven inconsciente y malherida en el suelo y avisó a los servicios de emergencias. El ataque duró unos veinte minutos, pero el nivel de "fuerza y violencia" que utilizó el agresor fue tal que la chica habría muerto si no le hubieran atendido "de forma rápida y urgente". Por eso, el juez ha decidido procesar al hombre –que se encuentra preventivamente en prisión desde abril del año pasado– por un delito de agresión sexual y otro intento de asesinato.

La pena que podría caerle si le acabaran condenando por ambos delitos es de entre 20 y 30 años, valora la resolución judicial. El juez sitúa la pena por la violación en el máximo de la horquilla de condenas por este delito que marca el Código Penal, entre 12 y 15 años, teniendo en cuenta "el carácter particularmente degradante y vejatorio" de la agresión. Pero como al ataque sexual le siguió el intento de asesinato, la ley marca que la condena total pueda llegar hasta las tres décadas de prisión.

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Las cámaras y el teléfono señalan al autor

El ahora procesado siempre ha negado los hechos cuando se le ha interrogado como presunto autor de la violación. Pero el juez asegura que todas las pruebas le señalan: desde el hecho que los Mossos d'Esquadra localizaran ADN de la víctima entre la ropa que el hombre llevaba la noche de la agresión hasta su identificación en el exterior de la discoteca donde la chica había salido de fiesta, además de que las cámaras de seguridad del polígono donde se produjo la agresión lo captaron siguiendo a la víctima y que la posición de su móvil la noche de los hechos también le ubique en esta zona en el momento de los hechos.

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La secuencia de las cámaras de seguridad es una de las pruebas a las que el juez da más peso. Los Mossos revisaron hasta 155 cámaras del entorno del polígono. Cinco captaron cómo el agresor sigue a la víctima y cómo, poco a poco, se va acercando hasta que le pisa los talones. La primera cámara captó a la víctima y el ahora procesado en 47 segundos de diferencia. La segunda, en 40 segundos de diferencia. A partir de ahí, el violador acelera el paso. La tercera cámara los graba ya solo a 15 segundos de diferencia. La cuarta aún más cerca. En la quinta grabación la distancia entre la víctima y el agresor es solo de dos segundos. A partir de ahí, los sistemas de videovigilancia pierden la pista a ambos durante 20 minutos. El tiempo que el juez considera que duró el "brutal" ataque.

Una sexta cámara captó al procesado unos metros más allá después de ese lapso de tiempo, ya de camino a casa. De la víctima no hay otro rastro hasta que a las 07.25 h un peatón localiza a la menor malherida e inconsciente en la calle y avisa a los servicios de emergencias. Pero la información que proporcionan estos sistemas de videovigilancia no termina aquí: también captan la indumentaria que llevaba el agresor esa noche y que coincide con las prendas que intervinieron los Mossos en el registro en casa del detenido, en algunas de las cuales se halló material genético de la víctima. La geolocalización del móvil del arrestado también le ubica en el lugar y hora de los hechos. "Estos datos ya son por sí solos suficientes para procesar al detenido por los delitos de agresión sexual y tentativa de asesinato", concluye el juez.

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El titular del juzgado de instrucción número 4 de Igualada también ha fijado una fianza de 3.000 euros para el procesado, para asegurar una parte de las futuras indemnizaciones que pudieran derivarse del juicio. Ahora habrá que ver qué pena piden las acusaciones en sus escritos. En el caso no solo está personada la Fiscalía y el abogado de la víctima y su familia, sino también varias acusaciones populares, como el Ayuntamiento de Igualada, la Generalitat y la Federación de Locales de Ocio Nocturno, Fecasarm, que ya avanza que va a pedir la pena más alta posible para el procesado. "Es necesario un castigo ejemplar para este caso, para que también sirva como medida disuasoria", explica el secretario general de la entidad, Joaquim Boadas, quien también reclama que se siga velando por la seguridad en el ocio nocturno con más corredores seguros y una mayor red de transporte público en las zonas de discotecas.