Dinero a cambio de imágenes sexuales: una explotación que afecta a uno de cada cuarenta menores
Save the Children alerta de que las plataformas como OnlyFans blanquean la explotación sexual y la pornografía infantil
BarcelonaLas plataformas de contenido sexual se presentan casi como un rasca y gana, una forma cómoda y rápida de ganar dinero. A través de un buen marketing, el soporte deinfluencers y elopaco algoritmo de internet, redes como OnlyFans o las webs de sugar de addías –las relaciones asimétricas entre un hombre y una joven a cambio de regalos o dinero– se han posicionado no solo como una opción para la población adulta, sino que también captan a adolescentes, a los que les llega publicidad y llamas para que compartan contenido sexual como si se tratara "de una iniciativa propia". Una encuesta elaborada por Save the Children a un millar de jóvenes españoles indica que uno de cada cuarenta –el 2,5%– ha recibido una compensación económica, regalo o favor si enviaba material erótico cuando era menor de edad. Un 15% afirma además conocer casos que han accedido a enviar este tipo de imágenes.
A La Trampa de la autoexposición, la entidad alerta de la poca conciencia que existe entre adolescentes y jóvenes de que estas plataformas ejercen explotación sexual cuando se trata de menores de edad. La trampa del título de este informe, que complementa al de Redes que atrapan, es la promesa del dinero fácil y una estrategia comercial dirigida a captar a las chicas para que pongan el cuerpo y a los chicos para que sean consumidores. El estudio subraya la diferencia entre autoexposición sexual digital y explotación sexual. El primer término se refiere a las situaciones en las que parecen ser las propias criaturas o adolescentes las que toman la iniciativa, libremente, de registrarse practicando actividades sexuales a cambio de un beneficio percibido, sea económico, material, emocional o simbólico.
En realidad, las plataformas potencian esta autopercepción de libertad cuyas estrategias son capaces de invisibilizar las presiones, desigualdades y dinámicas de poder para "blanquear la pornografía y la explotación infantil", explica Ona Lorda, responsable de políticas de infancia de la entidad en Catalunya. Así, la autoexplotación o sobreexplotación digital son formas de explotación sexual y, en el caso de menores, en ningún caso existe consentimiento lícito hasta los dieciséis años, porque se trata de "una relación de poder asimétrica", continúa.
"Estoy con quien quiero y gano lo que quiero. Estoy aceptando e, incluso, puedo enamorarme", afirma una adolescente entrevistada por Save the Children. Otra que utiliza OnlyFans asume su capacidad de decidir: "Es algo que yo he escogido y si ocurre algo que no quiero, como lo he aceptado, me aguanto". Esta normalización que verbalizan a estas dos chicas también se expresa en porcentajes: un 71% de los jóvenes encuestados no identificaba la venta de contenido como explotación sexual y, por tanto, no se consideran víctimas. Uno de cada tres jóvenes ve legítimo ganar dinero compartiendo imágenes íntimas.
Creadoras y consumidores
¿Cómo lo hacen estas plataformas? Invierten tecnología y esfuerzos en plantear dos vías según el género. A las chicas les vienen que compartir imágenes sexuales y eróticas les da "empoderamiento y ascenso social". Por eso, las buscan como "creadoras" de contenido erótico. En cambio, el mensaje a los chicos es diferente y se dirigen a ellos interpelándolos como consumidores de ese contenido o, incluso, como mentores y agentes. Según Lorda, de esta forma se reproduce el patrón de la prostitución, en el que los hombres actúan de proxenetas y las mujeres aportan el cuerpo. "Se trata de proxenetismo digital", subraya la experta.
Las plataformas valen que el hecho de colgar imágenes en internet da a las adolescentes "una falsa sensación de seguridad", incide Lorda, aunque, en contraposición, la realidad es que el peligro es real: una cuarta parte de las víctimas deexplotación sexual empezaron en OnlyFans, según datos policiales. En este punto, los Mossos d'Esquadra y el departamento de Derechos Sociales se han conjurado para detectar pederastas en las redes y en verano se anunció la creación de una comisión mixta para barrer internet.
El algoritmo publicitario
Jóvenes y adolescentes no llegan a OnlyFans oa páginas de citas con adultos directamente sino que interviene el algoritmo publicitario. Casi la mitad de los encuestados por la ONG en favor de los derechos de la infancia asegura haber recibido mensajes o anuncios sexuales mientras navegaban por redes como TikTok o Instagram.
Ante estas situaciones, Save the Children pide que el proyecto de ley de protección de menores de edad en entornos digitales restrinja la capacidad de este tipo de redes para acabar con el actual "vacío de información de los riesgos" que conllevan. Para Lorda es imprescindible regular elementos tan importantes como la de la verificación de la edad para evitar engaños, al tiempo que valora la "prevención" para concienciar a familias, escuelas y los propios adolescentes y la importancia de la educación sexoafectiva. Y apunta que las imágenes compartidas hoy "no se borran fácilmente" y pueden perseguir a los usuarios y provocar un gran impacto en la salud mental dentro de unos años.