La ayuda psicológica a los afectados por la DANA también recae en los voluntarios
Equipos autoorganizados de psicólogos y entidades sociales hacen los "primeros auxilios" a supervivientes y equipos de rescate
Barcelona / PaiportaDos semanas después de que la gota fría arrasara con todo lo que encontró por delante, muchos vecinos de los sesenta municipios valencianos devastados siguen casi en el mismo punto que aquella fatídica noche del 29 de octubre. El resultado de la suma por el dolor de los fallecidos, la desesperación por los desaparecidos, el retraso en la ayuda para la limpieza y la pérdida de propiedades es tan doloroso que los psicólogos que se han desplazado a la llamada zona cero detectan que, por lo general, están entrando ya en "una bajada emocional" que normalmente llega más tarde, afirma Juan Rodríguez, portavoz de emergencias del Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana (COPCV). Él es uno de los psicólogos voluntarios sobre el terreno. "Eso va a empeorar", asegura convencido. "Ahora todavía se mantiene un poco el estrés, que nos permite avanzar, pero después se hundirán. Los afectados, los voluntarios y también los bomberos que están recogiendo a los muertos", dice.
Algunos municipios afectados como Benetússer o Alfafar denuncian que, en un inicio, desde la Generalitat Valenciana les prometieron que desplegarían equipos de psicólogos especializados en catástrofes. Sin embargo, fuentes municipales aseguran que la ayuda no ha llegado y la mayoría de los profesionales que trabajan sobre el terreno son voluntarios. Pasados los primeros días, en los que toda la atención se centraba en poder acceder a los pueblos y auxiliar físicamente a las víctimas de los aguaceros, los especialistas en salud mental empezaron a organizarse, tanto con los consistorios como de manera independiente. Esta situación ejemplifica en buena forma todo lo ocurrido en la Comunidad Valenciana: la respuesta de los voluntarios ha llegado antes que la institucional.
"Después de la experiencia de la pandemia ya supimos que se tardaría mucho en crear un espacio de atención psicológica", explica Sandra López, que tiene una consulta privada en Paiporta. Con esta certeza se plantó en el centro de mando donde se encuentran los diferentes equipos de emergencia que gestionan la tragedia de la DANA para reclamar un espacio desde donde poder ofrecer este servicio. Su impulso activó al COPCV, que hizo organizar el aterrizaje de una veintena de psicólogos voluntarios.
La tarea de los voluntarios es hacer lo que se llama "primeros auxilios psicológicos" para identificar y hacer un primer tratamiento de las personas que más necesitan un acompañamiento. "Los intervinientes [equipos de rescate] te dicen que no lo necesitan y les ofreces un café y te cuentan que mientras trabajaban han pisado algo y después han visto que era un cuerpo que estaba un metro bajo el barro", explica esta psicóloga . También atendieron a una madre que había estado cinco horas pensando que su hija había muerto ahogada tras ver cómo se la llevaba la corriente. Por suerte, la criatura fue rescatada. El drama es tal que la mayoría de los damnificados están en una fase de "negación y rabia", señala Paco Túnez, de la Unidad de emergencias de Cruz Roja, que indica que los profesionales también deben trabajar el sentimiento de "culpa" que muchos presentan.
El Colegio también ha habilitado teléfonos de ayuda a la ciudadanía que también servirán para canalizar a los psicólogos voluntarios que quieren echar una mano. El problema es la inaccesibilidad por carretera en las localidades más afectadas. De momento, el golpe se para como se puede y se encuentra algún espacio que se haya salvado de la voracidad del agua para poder hacer esta primera atención, que a menudo sirve para que las personas que tienen sufrimiento emocional se puedan simplemente "desahogar" . A partir de aquí, se les debe realizar un seguimiento y, si así lo requieren, un tratamiento. Sin embargo, las fases en emergencia marcan un período de seis meses en que los afectados por una catástrofe logran reponerse emocionalmente por sí mismos, con la ayuda de su red social y sin tener que hacer terapia ni medicarse.
Cruz Roja ha desplegado equipos de apoyo psicosocial para dar una respuesta integral: están integrados por profesionales sanitarios, instalados en pequeños hospitales de campaña para tratar afecciones o síntomas leves, así como psicólogos. "Para una herida en el dedo hay parches, pero para una herida psicológica no hay y hay que acompañar a estas personas en el duelo", afirma Túnez.
Tanto él como Rodríguez coinciden en que tras la catástrofe de la DANA, vendrá la necesidad de invertir en el cuidado de la salud mental de estos vecinos. En estos momentos, afirma el representante de Cruz Roja, no se les puede plantear volver a empezar desde cero porque es tanto el desastre que "no hay quien tenga capacidad emocional para soportar" que se necesitarán años para la reconstrucción. "Han perdido el pasado, el presente lo ven complicado y no se plantean el futuro. Ya no viven al día, sino al minuto", ilustra.
Mucha atención a los niños
Los niños son claramente uno de los colectivos que más preocupa a estos profesionales. "Hemos atendido a niños que aún no sabían si sus padres estaban vivos", explica Fernando Pérez. "Los niños han perdido su rutina y están sufriendo mucho", añade. Ester Martínez es psicóloga sanitaria y también se encuentra en el centro de mando. "Es muy difícil que los niños se sientan seguros en cualquier sitio, porque ellos entendían que su casa era un lugar seguro y han comprobado que no lo era", explica.
"Llegarán a la conclusión de que, se lleven bien o mal, puede llegar otra DANA y romperlo todo". La sensación es que las consecuencias llegarán a medio plazo. "Se manifestará a partir de pesadillas, comportamientos anómalos e incluso violencia", dice Martínez. Y concluye: "Esto va a durar meses y años, ya lo hemos visto con la cóvida. Antes de esta tragedia en Valencia había una lista de espera de cuatro meses para que te atendiera un psicólogo".