Barcelona buscará vías para combatir la compra especulativa de vivienda
Los comunes lo habían puesto como condición para mantener la negociación de los presupuestos
BarcelonaEl Ayuntamiento de Barcelona ha acordado este viernes abrir un nuevo camino en la lucha por intentar resolver la crisis de la vivienda en la ciudad. El pleno municipal ha aprobado con los votos de PSC, ERC y Barcelona en Comú una proposición de estos últimos para que el gobierno municipal se comprometa a desarrollar "los instrumentos urbanísticos necesarios" para limitar las compras especulativas en la ciudad. El Ayuntamiento sigue así los pasos del presidente de la Generalitat, Salvador Isla, que la semana pasada también abría la puerta a prohibir la compra especulativa de vivienda.
Detrás de este movimiento de piezas se encuentra el informe que el experto en derecho administrativo urbanístico Pablo Feu hizo para el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona (PEMB) en el que defendía la viabilidad de limitar la compra de viviendas cuando éstas no se destinen a residencia habitual de la persona compradora. Ese estudio ha precipitado el debate en las instituciones catalanas, abiertas ahora a llevar adelante una regulación que hasta ahora no había estado sobre la mesa.
Ha sido, de hecho, la vicepresidenta del PEMB y líder de Barcelona en Común en el consistorio, Janet Sanz, quien ha llevado el debate al pleno. Sanz ha denunciado que una de cada tres compras de vivienda en la capital catalana se hace para especular, y ha defendido que es necesario seguir el ejemplo de otras ciudades como Amsterdam y limitar este tipo de compras. La concejala de Comuns ha asegurado que el Ayuntamiento tiene margen competencial a través de un plan especial urbanístico para hacerlo en solitario sin esperar a que la Generalitat o el Estado lo regulen.
Aunque han votado a favor de la medida, tanto el PSC como ERC se han mostrado escépticos sobre la posibilidad de que el Ayuntamiento pueda sacar adelante la regulación en solitario. La primera teniente de alcalde, Laia Bonet, avisó de que el consistorio no puede permitirse "improvisaciones ni ocurrencias" y que cualquier medida debe ser "jurídicamente muy sólida". Por eso, ha dicho que los técnicos de la casa estudiarán el informe del PEMB y lo evaluarán rigurosamente para ver cómo aterrizarlo en el consistorio. "La línea es clara: intervenir el mercado para cambiar las reglas del juego. Queremos un mercado dominado por pequeños propietarios y no por especuladores", aseveró.
Más crítica ha sido la concejala de ERC en el Ayuntamiento Eva Baró, que ha acusado a los comunes de "empezar la casa por el tejado", y ha opinado que el Ayuntamiento no es competente para regular por sí solo la compra especulativa y que hacerlo requiere la implicación de varias administraciones. "Ojalá fuera tan sencillo", dijo, y expresó sus dudas sobre la posibilidad de que un plan especial urbanístico pueda incidir en la titularidad o la finalidad del uso de las viviendas. "Si el Ayuntamiento pudiera hacerlo solo, habrían podido hacerlo durante los ocho años que llevaron Urbanismo", espetó.
La negociación de los presupuestos
A pesar de los recelos, la propuesta ha prosperado y mantiene viva la negociación entre el gobierno municipal y Barcelona en Comú por los presupuestos. Este jueves Sanz había avisado al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, de que si no se abría a regular la compra especulativa de vivienda no podría contar con sus votos. De momento, este viernes el alcalde ha logrado también aprobar provisionalmente las ordenanzas fiscales con el apoyo también de Comuns y ERC.
Ha sido el punto positivo para el gobierno municipal en un pleno en el que, una vez más, la oposición le ha infligido varias derrotas. Por ejemplo, se ha tumbado un intento del PSC de aprobar una declaración institucional instando al gobierno español a subir la fiscalidad a los extracomunitarios que compren vivienda si no es para vivir en ella. También ha prosperado una proposición de Junts que condena el uso "partidista y propagandístico" de la comunicación institucional por parte del ejecutivo de Jaume Collboni. Una "debilidad" del gobierno municipal en la que ya habían hurgado a los grupos antes y durante el debate sobre el estado de la ciudad. Uno tras otro, los grupos de la oposición han acusado al alcalde de hacer un discurso "triunfalista" sobre la situación de la ciudad y de no tener un "rumbo claro".