Barcelona

El boom de los chiringuitos en los parques de Barcelona

La ciudad apuesta por estas instalaciones como solución a la falta de lavabos públicos y para combatir el incivismo

BarcelonaBarcelona ultima la instalación de hasta siete nuevos chiringuitos en parques y plazas. Algunos sustituirán instalaciones que ya existían y que habían visto caducar la concesión y otros son nuevas incorporaciones, como el que hace tiempo que reivindican los vecinos del Poble-sec para dar un uso más diurno al degradado Parc de les Tres Ximeneies, en Paral·lel. Con los que se tienen que sumar ahora, la ciudad pasará a tener 39 entre los que gestiona Parques y Jardines y los cinco que dependen de la empresa Barcelona: Serveis Municipals, y cuatro más que están pendientes de retirar o cambiar de lugar. Es la cifra más alta de los últimos años, como confirman desde el Ayuntamiento, que confía en este tipo de bares para paliar un poco la falta de lavabos públicos en muchos puntos de la ciudad (aunque sea con el mismo horario que los parques): las nuevas concesiones estipulan que no hay que consumir al chiringuito para poder hacer uso de estos servicios de forma gratuita.

Los chiringuitos en parques y plazas de Barcelona
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También se confía en los chiringuitos, en algunos casos, para generar sensación de seguridad y combatir problemáticas de incivismo cuando lo plantean los distritos. Es lo que se busca, por ejemplo, en parques como el de las Tres Ximeneies o el de la Espanya Industrial, los dos en Sants-Montjuic y pendientes de dar de alta los suministros para poder empezar a funcionar. Y los responsables de Parques y Jardines no se cierran a sumar más, siempre que las condiciones lo permitan, porque a veces no es fácil llevar todos los suministros y canalizaciones al medio de los parques.

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De hecho, una encuesta organizada por el consistorio a los usuarios de las zonas infantiles –de la cual todavía no se han hecho públicos los resultados– ofrecía como opción de mejora de los parques la instalación de chiringuitos. "Estamos dispuestos a hablar", admite Francesc Jiménez, gerente de Parques y Jardines. Explica que lo que hacen es atender las demandas que llegan de los distritos, que son los que saben en qué puntos puede ser beneficioso para la dinamización de los espacios que haya una instalación así y en qué puntos, en cambio, se podría retirar la que hay porque no se considera beneficiosa. Son ejemplos de este segundo supuesto las que hay alrededor de la Sagrada Familia, un espacio ya muy saturado de terrazas y donde ya hay lavabos públicos. Aquí ya se ha quitado uno de los dos chiringuitos que había y no se descarta hacer lo mismo con el que queda en la plaza de la Sagrada Familia.

Ahora mismo hay cuatro locales más que tienen fecha de caducidad: el de los Jardins de Rubió i Lluch, en el Raval y con la concesión ya vencida; el que hay detrás del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) por la renuncia del concesionario (desde antes de que trascendiera la noticia que se usaba como tapadera para blanquear dinero del tráfico de armas); el de los Jardines de Aclimatación, en Montjuic, que se podría reubicar, y el que queda junto a una zona deportiva en la plaza de las Glorias, que se tiene que mover por las obras de reforma de la plaza.

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Muchas de las concesiones de los chiringuitos están vencidas, algunas desde hace muchos años, y ahora uno de los retos del consistorio es adquirir dentro de lo posible las instalaciones para que sean de titularidad municipal y no se desmonten cuando acabe cada concesión. Esto también facilita que entidades sociales puedan optar a gestionarlas sin tener que hacer frente a la inversión inicial y con cánones mucho más reducidos que los 350.700 euros al año que se llegan a pagar en las zonas más turísticas, como la Sagrada Familia.

Los últimos en salir a concurso, como el de las Tres Ximeneies y el de la Espanya Industrial, lo han hecho con cánones de unos 4.300 euros anuales y con el reto de dinamizar los espacios que ocupan. También se renuevan ahora los dos que hay en la plaza Carles Buïgas, justo detrás de la Font Màgica, que cambian de concesión, y se instalan nuevos a los jardines de la Villa Amèlia, en Sarriá-Sant Gervasi, y en los parques de la Pegaso y Santiburcio, en Sant Andreu.

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De propiedad municipal

El consistorio ya es propietario de una veintena de chiringuitos, algunos con la estructura tradicional de estos espacios y otros construidos como locales, como los que hay en el Park Güell o a los Jardins de Sentmenat. Las concesiones suelen alargarse durante cuatro años y el objetivo del plan municipal es que, además de lavabos públicos, también haya chiringuitos que ofrezcan propuestas que dinamicen la zona, como las barbacoas del Parc de la Trinitat.