Collboni saca pecho de sus dos años de alcalde: "Vamos en la buena dirección"
El socialista confía en que la aritmética variable le ayude a sacar adelante la segunda parte del mandato
BarcelonaA punto de llegar al ecuador del mandato, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha comparecido este miércoles en el Saló de Cent del Ayuntamiento para hacer balance de la actuación de su gobierno hasta ahora. Un balance que ha considerado "satisfactorio" y que, ha presumido, comienza a dar resultados en algunas de las principales preocupaciones de los barceloneses, como la seguridad, la limpieza y la vivienda. "Las políticas que hemos puesto en marcha van en la buena dirección", ha dicho.
Collboni ha querido sustentar este análisis de sus dos primeros años de mandato en algunos datos, como la rebaja de un 4,9% de los delitos en la ciudad en 2024, el hecho de que la limpieza ya sea sólo la principal preocupación de un 5% de los alquileres en el 6%. El alcalde también ha presumido de que "la salud económica de la ciudad es muy buena", y ha celebrado que su PIB haya crecido un 3,8% en 2024.
Durante más de una hora, Collboni ha hecho bandera de alguno de sus proyectos insignia de su mandato, como el Plan Endreça o el Pla la vivienda, con la declaración de la ciudad como zona tensionada, la movilización de solares para intentar que se construyan 1.000 viviendas públicas cada año o la apuesta por dejar que en noviembre del 2028 se extingan las licencias de 10.000 pisos turísticos en la ciudad.
El alcalde, que reconoció que le gustaría optar a la reelección en 2027, admitió que hay "problemas muy estructurales" de la ciudad que necesitan entre dos y tres mandatos para ser resueltos. Sin embargo, ha presumido que en dos años su gobierno ya tiene un 85 por ciento de su plan de acción "acabado o en marcha", y ha sorteado cualquier referencia a que no haya podido aprobar ningún presupuesto por la vía ordinaria, tampoco el Plan de Actuación Municipal (PAM).
Deberes pendientes
Durante su extensa presentación, Collboni tampoco ha hablado de algunos de los compromisos que todavía no ha podido cumplir, como el proyecto de reformar interiores de manzana, la modificación de la reserva del 30% de vivienda protegida o la modificación de la ordenanza de convivencia. No ha sido hasta el turno de preguntas que ha hablado de ello, y lo ha hecho para pedir a la oposición que le ayude a sacar adelante las dos reformas. La posibilidad de alcanzar acuerdos en los grandes debates –uno de los hándicaps de esta primera parte de mandato– será una de las piedras de toque que definirán ese tramo final del mandato.
Por eso, el alcalde ha aprovechado su comparecencia para extender públicamente la mano a Junts. Si bien reiteró que como alcalde progresista su prioridad sigue siendo llegar a acuerdos con los grupos de Esquerra y también de Barcelona en Comú, Collboni también quiso dirigir unas palabras al grupo que lidera Jordi Martí Galbis, con quien celebró que ya estén dialogando sobre la posibilidad de reformar la normativa de la reserva del 30% de vivienda protegida.
El empuje de la Generalitat
Dentro del gobierno de Collboni está la convicción de que, pese al lastre que supone tener sólo 10 concejales –el gobierno más minoritario de la historia de la ciudad– y la dificultad para sacar adelante algunas votaciones en el pleno, han logrado "desencallar" carpetas que llevaban años arrastrando en la ciudad. "Una ciudad como Barcelona no podía permitirse, con la poca cantidad de suelo que tenemos, tener proyectos parados desde hacía 10, 15 o 20 años", ha dicho Collboni, que ha enumerado casos como el del traslado del Hospital Clínic –y su repercusión en espacio para equipamientos en el Eixample- de la Eixample-, la Eixample Teixonera, la rambla de Badal –aún pendiente de cerrar los últimos flecos– o la isla Citroën.
El hecho de tener también gobiernos socialistas en la Generalitat y en el Estado ha ayudado a compensar la soledad. Collboni ha exprimido esta sintonía en este segundo año de mandato y ha arrancado anuncios en infraestructuras –como el metro–, salud –con la construcción de nuevos CAP como elemento destacado– o vivienda. Collboni ha enaltecido esta capacidad de su gobierno de hablar con otras instituciones, también las europeas, donde en los últimos meses él ha querido jugar un papel importante.
Durante su exposición, Collboni se ha hecho suyos también triunfos como el consenso sobre que Barcelona ha tocado techo en cuanto a visitantes y que ahora lo que hace falta es "gobernar el turismo". En esta línea, ha reivindicado medidas como los planes para la gestión de los puntos de la ciudad donde la masificación turística es insostenible –los llamados espacios de gran afluencia– o la apuesta por reducir el número de cruceros de escalera que llegan a la ciudad; una negociación que el Ayuntamiento todavía tiene abierta con el Puerto.
Crítica unánime de la oposición
Durante estos dos años de mandato, Collboni tampoco ha logrado sumar a ningún grupo a su gobierno, como se ha hecho notar en la crítica unánime de los grupos a la comparecencia del alcalde. El líder de Junts en el consistorio, Jordi Martí Galbis, ha llegado a dar "oficialmente el mandato por terminado" porque no cree que el alcalde pueda reactivar la ciudad si no lo ha hecho hasta ahora. Sin embargo, no ha cerrado la puerta a llegar a un acuerdo con el PSC para la reforma del 30% de vivienda protegida.
Desde Barcelona en Comú, también su líder, Janet Sanz, ha sido dura con el trabajo realizado hasta ahora por el ejecutivo municipal, que ha considerado más una "gestoría" que un gobierno. En este sentido, ironizó con la cifra del 85 por ciento de acción de gobierno "acabada o en marcha", y haciéndose suya una de las críticas más habituales del PSC en la reserva del 30 por ciento aseguró que "el 85 por ciento de cero es cero".
También el portavoz adjunto de ERC, Jordi Coronas, ha desconfiado de ese nivel de ejecución en sólo dos años, que ha atribuido a dos posibilidades: "O lo que está explicando no es cierto o el plan de mandato era muy poco ambicioso", ha dicho. Desde el PP, Daniel Sirera ha dicho que "la ciudad está igual o peor que antes" y que "lo único que ha mejorado es el propio Collboni".