Con huertos urbanos y con caganera: el primer pesebre de Collboni no escapa a la polémica
La estructura, de 7,5 metros de altura y 15 de largo, permitirá no tener que hacer colas
BarcelonaBarcelona ha descubierto este lunes uno de los secretos mejor guardados de la ciudad cada vez que se avecina Navidad: el pesebre. En el primer año de Jaume Collboni como alcalde, el Ayuntamiento había apuntado a un modelo más "tradicional" que el de los últimos años, pero después de la presentación hecha pública esta mañana ya puede decirse que, como mínimo, hay una tradición que seguro se mantendrá: la de la polémica. El pesebre, diseñado por el escenógrafo Ignasi Cristià y que se podrá ver a partir del viernes en la plaza Sant Jaume, será como un gran escenario teatral donde, con Barcelona de fondo, se podrán ver unas setenta fotogramas que –situados a diferentes niveles y profundidades– serán las figuras de un pesebre que tendrá en la imagen de una chica leyendo en un lavabo su propia caganera.
Consciente ya cuando ganó el concurso municipal que difícilmente podría escapar del habitual polémica pesebrista, en rueda de prensa Cristià ha anticipado que seguro que su propuesta tendrá partidarios y detractores y les ha dado a todos la bienvenida: "Considero que la polémica es buena porque crea debate. Esto nos hace vivos y nos hace vibrar" , ha opinado. Pese a que a primera vista pueda no parecerlo, Cristiano ha defendido su proyecto como un "pesebre tradicional", porque incluye las tres escenas clásicas -anunciación, nacimiento y Reyes Magos-. Eso sí, quien se acerque a la plaza Sant Jaume a partir del viernes no debe esperar encontrar a los clásicos Niño Jesús con su ángel, el buey y la mula.
¿Qué encontrarán, pues, los visitantes? Situado en un extremo de la plaza, el belén será como un escenario teatral en semicircunferencia que tendrá 15 metros de largo, 7,5 de altura y 10 de profundidad. Un formato de grandes dimensiones que permitirá a todo el mundo que acceda a Santiago verlo sin necesidad de hacer colas como otros años. El fondo estará formado por un skyline de siete grandes imágenes de Barcelona donde Montjuïc será Occidente y el escenario de la anunciación; el Tibidabo, la Pedrera y el Parque de la Ciutadella acogerán la escena del nacimiento, y las tres chimeneas de Sant Adrià simbolizarán Oriente y los tres Reyes Magos.
Ante este fondo, se desplegará un retablo de personajes que en paneles de dos dimensiones situados a diferentes niveles intentarán trasladar las escenas típicas del pesebre a la ciudad de hoy. Así, una pareja joven con un niño en brazos representarán el nacimiento, los ángeles serán operarios trabajando en el teleférico o unos vecinos en un huerto urbano harán de pastores.
Ignasi Cristià, que se ha inspirado en los belenes napolitanos donde las figuras representaban a la burguesía de la ciudad del siglo XVIII, ha explicado que el objetivo es que, con Barcelona de fondo, el pesebre de este año pueda ser "un espejo donde la ciudadanía se vea reflejada" y que todo el mundo pueda "identificarse con los personajes que aparecen". En total, el coste del pesebre es de unos 100.000 euros, de los que 20.000 responden a gastos artísticos y 80.000 a costes derivados de la producción y el mantenimiento.
Otros pesebres clásicos en la ciudad
Como no siempre llueve a gusto de todos, para tranquilidad de los amantes de los belenes clásicos la ciudad sí dispondrá de dos belenes más convencionales que se podrán visitar en el patio del Museu Frederic Marès –muy cerca de la plaza Sant Jaume– y en el Monasterio de Pedralbes. En este último caso, el belén estará centrado en las escenas del nacimiento y la anunciación.