Vecinos de la Sagrada Familia estallan contra Colau por las incertidumbres sobre los derribos
Denuncian que el Ayuntamiento les había presentado alternativas que les gustaban pero que no convoca las reuniones pactadas
BarcelonaEl conflicto de intereses entre la Sagrada Familia y los vecinos que viven en bloques amenazados de derribo por el posible crecimiento del templo hacia la calle Mallorca (y los de la cercanía por el impacto que esto tendría sobre el barrio) viene de lejos y se hace más tenso a medida que avanzan las obras en la basílica. Los vecinos vieron con esperanza los últimos movimientos del Ayuntamiento, que el febrero pasado les puso sobre la mesa tres alternativas que minimizaban las expropiaciones y los citó a un nuevo encuentro antes de Semana Santa. El problema es que esta reunión no se ha llegado a producir y sospechan que este silencio se puede deber o al contexto electoral o al hecho de que el patronato de la Sagrada Familia rechace todas las propuestas. Por eso, hoy tanto la asociación de vecinos de la Sagrada Familia como la asociación de afectados por la construcción del templo han estallado contra el gobierno municipal.
El vicepresidente de la Asociación de Afectados por la Construcción de la Sagrada Familia, Francesc Pla, ha explicado que el problema sigue siendo el de siempre: que el patronato del templo “lo quiere construir todo” y que esto implicaría la expropiación de más de 3.000 familias para poder construir la gran escalinata y liberar una avenida ante la fachada de la Gloria, en la calle Mallorca. A pesar de que todavía no hay un plan urbanístico aprobado que detalle cómo quedarán los alrededores de la Sagrada Familia, los vecinos temen que pueda acabar incluyendo estos derribos y hoy han subido el tono para exigir concreciones.
Hoy han denunciado en rueda de prensa que en marzo del 2020 se reunieron con el Ayuntamiento y el templo para explorar alternativas que no impliquen el derribo. De aquella reunión salió un acuerdo de mínimos, que era garantizar el derecho a la vivienda y también la finalización de las obras del templo, y la voluntad de hacer un grupo de trabajo y un calendario que diera forma a este acuerdo. La pandemia, sin embargo, lo paró todo. Y la negociación quedó en un cajón hasta febrero, cuando en un encuentro con representantes del consistorio el arquitecto municipal les tendría que trasladar tres propuestas de resolución del problema.
Tres alternativas que gustaban
Los representantes vecinales han dicho que no podían revelar nada de cómo son estas alternativas por un acuerdo de confidencialidad con el Ayuntamiento, pero han reconocido que la música les gustaba: “Estaban muy trabajadas y eran respetuosas con los vecinos. Nos gustaron mucho”. Sí que han precisado que uno de los tres escenarios no implicaba ninguna expropiación y que los otros dos sí que preveían algunas, pero daban a los afectados viviendas de calidad en el barrio, como recoge la ACN.
De aquella reunión, los vecinos salieron con el compromiso de trabajar aquellas tres propuestas y con la promesa de volverse a reunir antes de Semana Santa para empezar a poner hilo a la aguja. Y esto es lo que ahora denuncian que no ha pasado. “Entendemos que es una patata caliente muy difícil de gestionar en una situación preelectoral, pero los vecinos tienen derecho a saber qué pasará con su casa. Solo pedimos una reunión para saber qué pasará, pero no hay manera”, ha recalcado el presidente de la Asociación de Afectados por la Construcción de la Sagrada Familia, Salvador Barroso.
"Yo no quiero que derrumben mi casa"
Las asociaciones han insistido en la angustia de los vecinos respecto al futuro. “Debajo de mi casa vive una señora que no se quiere reformar la cocina porque no sabe si pasado mañana le derribarán la casa”, ha expuesto Barroso. “Y yo tampoco quiero que derrumben mi casa”, ha completado.
Del templo, por su parte, no han sabido nada más desde aquella reunión de febrero del 2020, en que se comprometieron a hacer un grupo de trabajo con los vecinos. Fuentes de la Sagrada Familia aseguran que siempre han acudido a los encuentros a los que les ha convocado el Ayuntamiento y que actuarán del mismo modo cuando haya una fecha para el encuentro anunciado. Fuentes municipales, por ahora, no han dado ninguna explicación por el atraso del calendario.