Medio ambiente

¿Por qué Bellprat, con 13 habitantes, no deja que entre nadie?

Los vecinos restringirán el acceso a la población para denunciar la "destrucción del municipio en nombre de las energías renovables"

Júlia Claramunt Pi
y Júlia Claramunt Pi

BarcelonaLos vecinos de la villa de Bellprat (Anoia) han decidido cerrar el municipio. Literalmente. A partir de este viernes, y de manera indefinida, la entrada al pueblo estará restringida "con unas barras, como si fuera un paso a nivel" para poder "decidir quién entra y quién no", explica Maite Pérez, vecina de Bellprat. ¿Por qué hacen esto los vecinos?

Los aldeanos de Bellprat pretenden denunciar, con esta acción reivindicativa, que les quieren "destruir el municipio en nombre de las energías renovables". El pequeño pueblo, con unas 50 casas a pesar de que durante el año solo viven unas 13 personas, tendrá que acoger –critican los vecinos– varios proyectos que pretenden fomentar las energías renovables, como un macroparque fotovoltaico de 65 hectáreas a 500 metros del pueblo, 10 aerogeneradores de 200 metros de altitud y –la gota que ha colmado el vaso– el proyecto de una línea de muy alta tensión (MAT) que está proyectada solo a 200 metros del casco urbano. "Si se hace todo esto, Bellprat desaparecerá. Nadie querrá vivir aquí", lamenta Pérez. "Hemos hecho alegaciones, pero es una lucha de David contra Goliat", añade.

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Dicen que todo ello es un "expolio" al cual se han visto abocados y avisan a las administraciones que no están dispuestos "a soportar el agravio y la humillación" que implica ser testigo de la destrucción del municipio. El paisaje de Bellprat está catalogado como espacio de interés natural.

Ahora a la entrada de Bellprat han colocado unos letreros donde se declaran "soberanos" para decidir "cómo quieren hacer las cosas en su municipio", dice Pérez: "¿Qué podemos hacer? No nos hacen ni caso". Son precisamente la falta de recursos y la "indefensión absoluta" que dicen que sienten ante multinacionales y empresas lo que ha conducido a los habitantes de Bellprat a adoptar estas medidas, sobre todo "simbólicas", puesto que la vecina de Bellprat reconoce que "los vendrán a echar" y que la policía ya "ronda por allí". "Es desproporcionado, el pueblo no nos podemos defender", critica Pérez: "Y todo esto lo hacen en nombre de las renovables. Nos parece bien, pero esta no es la manera de hacer las cosas. Solo buscan el beneficio económico y el resto no les importa".