Las bicicletas también llegarán a la Via Augusta

BarcelonaHay un distrito en la ciudad de Barcelona que se ha resistido como ningún otro a la expansión de los carriles bici. Se trata de Sarrià-Sant Gervasi. De entre los seis barrios que forman este distrito acomodado, el de Sant Gervasi-Galvany es uno de los que menos carriles bici tiene. Si sus habitantes en quieren ver uno, se tienen que conformar con la empinada subida de la calle Ganduxer o con el de Bori i Fontestà. Si no tienen bastante, tienen que cambiar de barrio. Esta singularidad, sin embargo, tiene los días contados. El gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha tardado en dar el paso, pero ya ha decidido hacerlo y de qué manera. La gran arteria de este barrio, la Via Augusta, perderá un carril de circulación en cada sentido y en su lugar pondrán dos carriles bici segregados, uno a cada lado, y uno será de subida y el otro de bajada.

"Es un despropósito", pronostica Jordi, vecino del barrio. "Estoy a favor de la bici, pero esto será una mierda", reitera. Sobre el papel, tiene bastantes números para acertar: por la Vía Augusta pasan cada día 33.500 vehículos. Muchos de ellos son padres y madres que llevan a los niños a la escuela (es uno de los barrios con más escuelas de la ciudad), pero también hay muchos que lo usan como vía de entrada en Barcelona. Además, también hay que tener en cuenta que los habitantes de este barrio son los que tienen más devoción por los coches: tienen 778 por cada 1.000 habitantes (la media en toda la ciudad es de 493), según los datos del Ayuntamiento. "Aquí necesitamos los coches más que las bicis", aclara Rosa, otra vecina. Lo corrobora Carlos, que vive en Rubí, pero cada mañana viene a trabajar de portero en una finca del barrio con los FGC. "Se liará gorda. Aquí hay mucha gente que va en coche", dice.

Todos los vecinos consultados coinciden en que la pérdida de carriles para los coches provocará el caos circulatorio, pero a algunos les parece bien que las bicicletas tengan un espacio por donde circular. "En la mayoría de barrios hay carriles bici, ¿por qué aquí no?" se pregunta Olga. "Representa que aquí somos todos ricos y todos tenemos coche", dice de broma, y recuerda que "la lucha contra la crisis climática depende de todos", no solo de los vecinos de los barrios obreros. Ella se mueve en bicicleta desde hace un año y medio, pero le parece demasiado peligrosa la Vía Augusta y le ha prohibido a su hijo de 13 años pisarla sobre dos ruedas. "Cuando haya carril bici, sí que lo soltaré", promete.

Obras en septiembre

Actualmente, en la Vía Augusta ya hay un pequeño tramo de carril bici que nace en Diagonal y muere en la calle Laforja. Con el cambio, el carril se alargará hasta llegar a la calle Ganduxer, atravesando la plaza Molina. Cada carril será unidireccional y estará segregado para proteger a los ciclistas de los coches. También habrá que poner semáforos específicos para las bicis. Las obras ya se han licitado y está previsto que empiecen este septiembre para que los primeros ciclistas puedan estrenarlo en febrero del año que viene. De hecho, el nuevo carril llegará un año más tarde de lo previsto, puesto que era una de las condiciones que ERC puso al gobierno municipal (BComú y PSC) a cambio de aprobarles el presupuesto del 2021. Quedará pendiente la última fase, que alargará todavía más el carril bici para hacerlo llegar hasta la plaza Borràs, en lo alto de la Vía Augusta. Esta ampliación todavía no tiene calendario.

Uno de los principales motores para que este carril bici se haga realidad es la Plataforma Bici Augusta. Su impulsor, Jaume Llansó, está convencido que será un éxito: "No será un carril bici cualquiera porque es una arteria de entrada en Barcelona", defiende. Llansó recuerda que desde la plataforma han ido sumando apoyos con las asociaciones de vecinos, los Castellers de Sarrià, casales de gente mayor y que también se han hecho diferentes acciones reivindicativas para que este carril se construya. Tanto trabajo hicieron desde la plataforma, que el carril bici de Vía Augusta fue la opción más votada en el distrito en los presupuestos participativos. "Yo no lo usaré, pero me parece bien. Este es un espacio que han acaparado los coches", dice Clara, vecina de 22 años. A Imma, de 19 años, también le parece bien porque va a estudiar en bicicleta, pero reconoce que cuando se saque el carné de conducir irá a la universidad, que está en Barcelona, en coche.

Los defensores de la bici de este distrito, espoleados por la victoria de Vía Augusta, piden también otro carril bici que pase por los túneles de Vallvidrera, aprovechando el túnel de servicios actual.