La cirugía robótica abdominal que evita nuevos abortos

El Vall d'Hebron opera a mujeres que quieren quedarse embarazadas y han perdido un bebé prematuramente por complicaciones en el cuello uterino

G.G.G.
y G.G.G.

BarcelonaTodavía con el luto por la pérdida fetal de dos hijos, Sílvia Latorre se sometió a una cirugía robótica en el Hospital Vall d'Hebron para suturar el útero y evitar que se repitiera la tragedia. Ella es una de las muchas mujeres embarazadas que han sufrido incompetencia cervical uterina, una patología que puede tener consecuencias fatales para el feto y que se produce durante la gestación, cuando el feto empieza a pesar y el cuello uterino se dilata y se debilita en exceso antes de tiempo. Entre un 5% y un 10% de las mujeres sufren esta complicación, que conlleva un parto prematuro –entre las semanas 20 y 28 de embarazo– y, en la mayoría de los casos, la pérdida del bebé.

Hasta ahora, a las mujeres que expresaban su deseo de ser madres y habían sufrido un aborto muy prematuro se les practicaban cerclajes vaginales, es decir, se suturaba con un hilo sintético o una banda de poliéster el cuello uterino por vía vaginal para que quedara cerrado y reforzado de cara a un nuevo embarazo. Sin embargo, había mujeres con el cérvix uterino tan débil que la intervención no les evitaba nuevos abortos. Este fue el caso de Sílvia, que tuvo dos embarazos normales. A partir del tercero, sin embargo, todo se torció: después de tener el segundo hijo le diagnosticaron incompetencia cervical uterina y, a pesar de que le hicieron un cerclaje vaginal en la semana 13 de gestación para reforzarle el cérvix, seis semanas después lo perdió.

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Después de este golpe tan duro, y dado que Sílvia quería volver a intentar quedarse embarazada, el Vall d'Hebron optó por hacerle un cerclaje abdominal con el famoso robot Da Vinci, que si bien es una cirugía más compleja porque la incisión se hace en la parte central del útero, una zona con más vasos sanguíneos, permite obtener mejores resultados. Y, esta vez, el embarazo llegó a término. La hija de Sílvia recibió el nombre de Maria en honor a la responsable de la unidad de prevención del parto pretérmino del Vall d'Hebron, María Goya, que la ayudó cuando expresó su deseo de quedarse embarazada a pesar de las complicaciones previas. Maria nació a la semana 35, antes de plazo, pero no por la incompetencia cervical uterina, sino por una cuestión derivada de cesáreas anteriores. "Si lo hubiera sabido antes, quizás el tercero no habría acabado así", dice Sílvia.

Cirugía menos invasiva pero compleja

El cerclaje abdominal se practica desde hace dos décadas: primero con una cirugía abierta, después por vía laparoscópica y, ahora, con el Da Vinci. Esta máquina dispone de una consola que permite al cirujano ver la zona donde tiene que operar en tres dimensiones. “En el Vall d'Hebron hemos decidido dar un paso adelante y empezar a hacerlos por vía robótica, y ya hemos hecho cinco utilizando el Da Vinci. Se trata de una técnica mínimamente invasiva, que ofrece más precisión y evita complicaciones”, explica el doctor Antonio Gil-Moreno, jefe del servicio de ginecología.

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Ahora bien, también es una intervención con un nivel de dificultad más alto que el cerclaje vaginal, y para poder definir exactamente dónde se tiene que entrar con la cirugía hace falta un equipo experto de cirujanos, puesto que se tienen que ir separando bien los tejidos y las estructuras para evitar lesionar las arterias uterinas, la vejiga o el intestino. El resultado es una cirugía muy poco invasiva, con lo cual se consigue una sutura en el útero que es "muy resistente", capaz de evitar el riesgo de un aborto, explica el ginecólogo.

Sin embargo, no es una técnica que se haga habitualmente y sobre todo se hace en casos muy concretos, cuando un cerclaje vaginal ha fracasado o no se puede hacer técnicamente y se tiene que hacer abdominal. De hecho, es recomendable hacerlos antes de que la mujer se quede embarazada para garantizar una gestión adecuada desde el inicio. En caso de que la incompetencia cervical se diagnostique durante el embarazo, hay que hacer el cerclaje durante las primeras semanas.

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"De los cinco casos en los que lo hemos practicado [el cerclaje abdominal robótico], dos pacientes ya están gestando después de practicarles esta intervención y una de ellas ya ha dado a luz sin ninguna complicación ni durante la gestación ni durante el parto, que se ha hecho por cesárea porque la sutura se deja de manera permanente”, explica Goya. La recuperación también es más rápida, según Sílvia, que lo compara con una cesárea. Ella se sometió en noviembre pasado a esta operación antes de quedarse embarazada otra vez, que es lo más recomendable para empezar la gestación con todas las garantías.