Educación

Los alumnos que aprueben bachillerato con materias pendientes se duplican en cuatro años

Con la pandemia se permitió sacarse el título con una asignatura suspendida y la medida ha acabado consolidando

Estudiantes realizando una prueba de evaluación en un instituto de Gràcia, en Barcelona, en una imagen de archivo.
25/01/2025
4 min

Barcelona"Es algo que se ha hecho siempre de forma interna; lo que ocurre es que ahora se permite hacerlo de forma legal", reconoce Oriol Blancher, director de la Escuela IPSI del Eixample de Barcelona, ​​un centro concertado que también tiene ESO y bachillerato. "Hasta ahora no estaba escrito en ninguna parte, pero se acordaba dentro del claustro si veías que un alumno se había esforzado mucho", admite el profesor de secundaria de un centro público, Rubèn Pineda. Ambos hablan de un hecho que, siendo bastante habitual en los institutos, hasta antes de la pandemia era un secreto de dominio público: el hecho de aprobar un curso de bachillerato u obtener el título pese a tener una materia suspendida.

Desde el curso 2019-2020 este tipo de situaciones se han incrementado de forma muy considerable en Cataluña: si justo el año en que estalló la pandemia había un 7% de los estudiantes de bachillerato que superaban el curso con una materia suspendida, en el curso 2022-2023 –el último del que se tienen datos de los resultados en bachillerato–, la proporción de alumnos se encaramó hasta el 13,5%. Este porcentaje equivale a unos 6.600 estudiantes que, paradójicamente, es la misma cifra del incremento de alumnos de bachillerato que ha habido entre uno y otro curso.

Evolució dels estudiants que aproven o obtenen el títol de batxillerat amb una matèria pendent
En percentatge per curs

Más allá del incremento de alumnado, entre el curso 2019-2020 y el 2022-2023 también existen diferencias sustanciales. En 2020, a raíz de la pandemia, tanto el gobierno español como el departamento de Educación catalán aprobaron una medida para adaptar los contenidos educativos a la crisis de la covid y, a nivel estatal, se aprobó un decreto que afirmaba que la titulación de un alumno "no quedará supeditada a la no existencia de materias sin superar" para aprobar la ESO o el bachillerato, como sí había ocurrido hasta entonces.

Con esta base, el gobierno catalán también aprobó una instrucción que fijaba que los institutos podrían aprobar a los estudiantes de bachillerato con asignaturas no superadas siempre que la nota media fuera un aprobado. Este cambio abría un nuevo escenario, ya que, hasta ese momento, sí se preveía que en primero de bachillerato se pudiera pasar de curso con alguna materia suspendida, pero en ningún caso se preveía que se pudiera obtener el título con asignaturas oficialmente suspendidas ( aunque de forma extraoficial sí estaba aceptado acordarlo dentro del claustro de docentes en ocasiones excepcionales).

Complejidad en las aulas

La modificación se implementó en el curso 2020-2021 y la proporción de estudiantes que aprobaban primero de bachillerato o se graduaban en segundo creció hasta el 11,1%. Pero, pasada la pandemia, la medida, aparentemente excepcional, se consolidó en el nuevo decreto de bachillerato del año 2022. De este modo, hoy en día, la normativa catalana tiene en cuenta exactamente el mismo artículo que el decreto español y que, a grandes rasgos, permite aprobar el bachillerato con una materia suspendida, siempre que los docentes consideren que se han alcanzado los objetivos del título, que no ha habido una inasistencia continuada y que el alumno se ha presentado en todas las evaluaciones.

"La lectura que hago yo es positiva porque, si legalizas una práctica que ya se hacía, dejas algo menos de margen a la arbitrariedad", defiende Pineda. Mientras que Blancher, aunque también lo ve con buenos ojos, advierte que si la medida "se lleva al extremo, si a un alumno el claustro la aprobaba de forma informa con dos asignaturas suspendidas, ahora puede tener todavía una más de suspendida formalmente y que graduarse igualmente".

Ahora bien, aunque el incremento de alumnos que aprueban el bachillerato con materias pendientes ha coincidido con la entrada en vigor de esta medida, lo cierto es que la mayoría del incremento viene de los alumnos que pasan de primero a segundo con una asignatura suspendida, una situación que ya estaba aceptada antes de modificar la normativa. En el curso 2019-2020 (antes de la introducción de la medida), 6.479 estudiantes aprobaron primero de bachillerato con una asignatura suspendida, mientras que en el curso 2022-2023 esta cifra se encaramó hasta los 10.212 estudiantes. Aquí Blancher insiste en recordar que uno de los motivos puede ser el incremento de la complejidad en el aula, con un importante aumento de alumnado vulnerable en las aulas catalanas.

Caída de repetidores

El aumento de estudiantes que aprueban con asignaturas pendientes ha ido acompañado de un bajón de alumnos que repiten. En la última década la proporción de repetidores en el bachillerato catalán ha caído siete puntos.

Evolució dels estudiants que han repetit el batxillerat de l'última dècada
En percentatge per curs

El hecho de que esta evolución lleve tiempo en este sentido, y que no se haya acelerado, muestra que no está directamente relacionada con el hecho de que haya más manga ancha al aprobar con materias suspendidas. De hecho, los dos docentes ponen sobre la mesa el cambio de visión que ha habido sobre esta práctica en los últimos años. "La repetición en la gran mayoría de casos no funciona; así lo dice la búsqueda y la experiencia", defiende Pineda. "Es cierto que los docentes hemos aprendido a realizar programas individualizados mucho más efectivos, lo que permite que la solución no siempre tenga que ser repetir lo que no le ha funcionado", añade Blancher.

Más casos en la pública

Aunque el fenómeno de aprobar bachillerato con asignaturas suspendidas se da tanto a la pública como a la privada o concertada, los últimos datos de Educación dibujan un escenario muy diferente en función de la titularidad. En el curso 2022-2023, la proporción de estudiantes que aprobaban o pasaban de curso con una materia pendiente fue más del doble de mayor en la pública (16%) que en la privada y concertada (7%).

En este punto Blancher, que también es el presidente de la Agrupación Escolar Catalana (AEC), la patronal de las escuelas concertadas laicas de Catalunya, advierte que no hay un motivo claro que explique esta diferencia entre unos centros y los otros. "Quiero creer que tanto unos como otros lo hacen lo mejor que pueden. Algunos pueden decir que en la concertada les aprueban más y otros que en la pública el nivel es más bajo, pero ambas hipótesis son generalizaciones sin un fundamento claro ", afirma. El docente también plantea que puede haber quien piense que la pública acuden alumnos con más problemáticas que a los privados. "Pero al final todos terminan haciendo la selectividad, que es la misma prueba para todos", concluye.

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