Una escuela de alta complejidad que triunfa por el amor a la lectura

En Cataluña sólo un 3% de los alumnos tiene un nivel avanzado de comprensión lectora

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2 Comprensión lectora web
Dosier Siete retos, siete escuelas

BarcelonaAntes de que la alarma por los resultados de pruebas de lectura PIRLS y PISA hiciera poner el foco en la necesidad de mejorar la comprensión lectora de los alumnos catalanes, la escuela Mas i Parera ya hacía una apuesta clara para que la lectura y la biblioteca fueran eje principal de este centro de alta complejidad. Hace tres años esta escuela del barrio de L'Espirall -uno de los más vulnerables de Vilafranca del Penedès- ya ganó el Premio Nacional de buenas prácticas que otorga el ministerio de Educación precisamente por su biblioteca.

Desde entonces las cosas han cambiado mucho y ahora la necesidad de mejorar los niveles de comprensión lectora y de impulsar el amor por la lectura de los estudiantes se ha convertido en uno de los grandes retos del curso que empezará de aquí a poco más de una semana. Según el último estudio PIRLS, publicado el pasado año, sólo un 3% de los alumnos catalanes tiene un nivel avanzado de comprensión lectora y, teniendo en cuenta los datos generales, Cataluña está a la cola del Estado en esta materia.

A esto hay que sumar el descenso en catalán (y, por tanto, también en comprensión lectora) a las competencias básicas de los últimos cuatro años, y aún otras dos malas noticias: según datos del departamento de Educación hay un 60% de los alumnos de 4º de ESO que no ven casi nunca a nadie leyendo un libro en casa y, en Cataluña, casi la mitad de las escuelas e institutos (44%) carecen de biblioteca, y muchos de los que tienen funcionan sin un bibliotecario que se haga cargo. Además, la caída de resultados también ha puesto sobre la mesa la duda de si la formación inicial que reciben los maestros es suficiente para conseguir que los alumnos dominen la comprensión lectora, una base para poder desarrollarse en cualquiera de los ámbitos escolares.

"Desgraciadamente, casi veo como algo positivo que estos resultados hayan hecho saltar las alarmas y pongan de manifiesto una necesidad que, por suerte, desde la escuela priorizamos desde hace muchos años", admite la directora del Mas Parera , Yolanda Bertran. De hecho, explica que la biblioteca ha sido "el corazón de la escuela" alrededor del cual se ha construido toda la actividad del centro desde su creación en 1980. "Como equipo directivo y docente, siempre hemos pensado que la biblioteca es una fuente de cultura y de conocimientos que ayuda a todos en los aprendizajes; por eso pensamos que teníamos que mantener la idea de que éste fuera el corazón de la escuela y que a partir de ahí fueran surgiendo todos los otros aprendizajes", detalla entusiasmada Bertran.

La clave de este éxito, como de costumbre, incluye la complicidad de las familias, y más en una etapa tan temprana. "En la escuela decimos que se deben contar cuentos en casa porque yo como madre no sólo puedo contarle el cuento a mi hija, sino que puedo jugar a través de los libros, buscar nuevo vocabulario o hacer que se cuenten cuentos entre hermanos. Todo para hacer que la lectura sea algo natural y habitual en la vida del niño, al igual que lo son las pantallas hoy en día", dice Bertran. Por eso desde la escuela crean guías de lectura para las vacaciones y tienen un blog que van actualizando con actividades para que los alumnos sigan conectados a la lectura fuera del horario lectivo.

Como a la hora de la verdad la escuela es pequeña y, por tanto, la biblioteca también, han impulsado un proyecto de "biblioteca abierta" con diversas bibliotecas de aula y rincones de lectura comunes. La directora explica que intentan que haya variedad de tipologías de libros: "No hace falta que todo sea un libro; pueden haber revistas, cómics, cualquier contenido que ellos puedan leer y con los que se sientan cómodos para ir creando el gusto por la lectura". Por eso tampoco hablan de lecturas obligatorias, pero sí de lecturas comunes más allá de las individuales que elige cada niño. "No nos gusta decir que es una obligación, pero sí que es necesario que todos lean el mismo libro para realizar determinadas actividades, que funcionan como si fueran clubes de lectura, o si está planificado recibir la visita del autor del libro que hemos trabajado".

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