La receta del éxito en catalán de una escuela del Raval
Los resultados de catalán fueron los peores en más de una década
BarcelonaLos alumnos de 4º de ESO tienen el peor nivel de catalán desde 2012. Ésta es la principal conclusión de las últimas pruebas de competencias básicas que han pasado los alumnos catalanes y que muestran hasta qué punto hay un problema con el conocimiento y uso del catalán entre los más jóvenes. De hecho, los alumnos que este junio terminaron la ESO, de media, obtuvieron 70,7 puntos, superando por muy poco el umbral que el departamento de Educación considera “óptimo”, es decir, los 70 puntos sobre 100.
En plena batalla judicial por la inmersión lingüística, con un goteo de recursos en varios centros del país para reclamar la aplicación del 25% del castellano y con un decreto para proteger el catalán en las aulas suspendido judicialmente, la realidad de la lengua es preocupante. Sólo uno de cada cuatro alumnos de 4º de ESO identifica el catalán como su primera lengua, tal y como muestra el último estudio sociolingüístico del Consejo Superior de Evaluación de Cataluña. La proporción es la misma que el porcentaje de docentes del sistema educativo catalán que tienen el C2 de catalán, un requisito que debe ser indispensable –según el acuerdo vigente– para acceder a la docencia a partir del curso 2025-2026. A esta poca presencia del catalán en las aulas hay que sumarle un problema más: la falta de profesorado, que ha hecho que en el último curso hayan quedado sin cubrir un 40% de las sustituciones de docentes de catalán, según el recuento del sindicato USTEC.
Con este escenario, valorar y reflejarse en lo que ocurre en una escuela –pero no la única– de la yema del huevo del Raval es aún más necesario. La escuela Vedruna Àngels tiene alumnos de casi una treintena de nacionalidades diferentes y es un centro de alta complejidad que, en cambio, destaca por su éxito a la hora de enseñar y transmitir la lengua catalana. Los datos avalan esta reputación: han conseguido despuntar en las pruebas de competencias básicas sacando mejores resultados que la mayoría de los centros con las mismas características en los exámenes de este 2024.
"Tenemos un claustro que se cree mucho que la lengua vehicular de la escuela es el catalán y no salimos de aquí", describe la jefa de estudios, Maria Gajas. Asegura que todos los maestros –y no sólo los de lengua– hablan catalán en todas partes y con todos, independientemente de si los estudiantes son de Barcelona, de la India o de Bangladesh. "Si un alumno se nos dirige en castellano, siempre le pedimos que primero lo intente en catalán... la clave de todo es ser constante".
Ahora bien, más allá de hacerlo todo en catalán, en la escuela tienen un aula de acogida muy potente. "Hacen un trabajo intensivo muy bien hecho", asegura Gajas, quien también destaca cómo, entre otras muchas cosas, "se corrige un texto tantas veces como sea necesario hasta que no tenga ningún tipo de falta de ortografía". Para conseguirlo, se busca la complicidad de los alumnos haciendo que corrijan textos cortos de sus compañeros porque así también aprenden. "Cuando me llega a mí el texto quizás ha pasado por cuatro correcciones diferentes", dice la jefa de estudios, que también es profesora de lengua catalana. La escuela también cuenta con un grupo de voluntarias de Òmnium –la mayoría maestros jubiladas– que vienen a hacer lectura en catalán con los alumnos a los que más les cuesta. A pesar de estos buenos resultados, Gajas hace una advertencia muy clara: "El catalán es la lengua de la escuela, pero cuando estos chavales salen del centro pueden vivir al 100% sin necesitar el catalán. Ahora, éste es el reto, hacer que fuera se comuniquen en lengua catalana".