«Tienes que admitir que tu hijo también hace 'bullying'»
Los casos de presunto acoso escolar detectados han crecido un 200% en los últimos tres cursos
BarcelonaDas asco, 'guarra', anormal, marginada, inútil... Son palabras gruesas, pero que a muchos alumnos pueden parecerles habituales y que probablemente también tuvieron que oír a Ari y Antonio, los actores protagonistas de los vídeos que desde este miércoles inundarán la televisión, las marquesinas del transporte público y, sobre todo, las redes sociales, principal medio de comunicación de adolescentes y jóvenes. Ari y Antonio interpretan a una adolescente y un niño que han sufrido acoso escolar ya quien las malas palabras se les aparecen continuamente, con la paradoja de que los actores, al igual que sus personajes, también sufrieron bullying. "Sufrí por ser diferente y porque tenía sobrepeso", recuerda Ari, y añade que fue víctima de un "bullying invisible", ya que no sufrió agresiones físicas ni verbales, pero sí un fuerte aislamiento social. "Había padres que me veían cada día sola sentada en las escaleras y nadie hizo nada", recuerda.
Estos dos jóvenes son sólo dos de los alumnos que han sufrido acoso escolar, pero según los datos del departamento de Educación, en los últimos tres cursos la Unidad de Apoyo al Alumnado en situación de Violencia (USAV) ha atendido a 2.206 casos de presunto acoso en la escuela . En estos tres cursos, el número de casos atendidos se ha disparado un 200%; un incremento que no sólo implica que haya crecido la violencia en los centros escolares, que también, sino que también hay una mayor sensibilización ante esta lacra.
Sin embargo, todavía hay muchos casos invisibles en los que el entorno del alumno acosado mira hacia otro lado. Es a ellos a quienes va dirigida la nueva campaña contra el acoso escolar de Educación, que fue ideada por el gobierno anterior y que con un coste de unos 700.000 euros se ha convertido en una de las campañas con un presupuesto más importante de la consejería.
A diferencia de otras acciones, en este caso la campaña también va dirigida a los adultos y no sólo a los alumnos, interpelándoles a "buscar las señales" para detener el acoso. "Son ellos quienes deben detectar la red flag", ha insistido la consejera de Educación y FP, Esther Niubó, durante la presentación de la campaña en el Instituto Teresa Pàmies de Barcelona. Para ayudar en la detección también se ha creado la web acosoescolar.gencat.cat, con ejemplos de señales que pueden indicar que un niño o joven está sufriendo acoso.
Las familias, la clave
"La violencia que como sociedad tenemos fuera se cuela en las aulas, por eso tenemos casos de grasofobia, racismo, machismo y capacitismo", denuncia la educadora social de la cooperativa Hilo en la aguja, Lídia Casanovas, acompañada de la coordinadora de coeducación, convivencia y bienestar (COCOBE) del Instituto Alto Foix, Patricia de Andrés, en la mesa redonda que se ha organizado en Teresa Pàmies ante una cincuentena de alumnos.
Ambas ponen énfasis en el papel de los adultos (docentes, pero también madres y padres) a la hora de poder prevenir, detectar y gestionar situaciones de bullying. "Las familias son clave, pero necesitamos ser conscientes de que el acosador no es alguien externo y que todos tenemos la capacidad de hacer daño. Es importante que las familias sean conscientes de que no sólo deben intentar proteger a sus hijos ante el acoso , sino que como padre debes admitir que tu hijo también puede hacer bullying y hablar de ello", insiste de Andrés. En este sentido, ambas profesionales explican que hay que crear una cohesión entre familias y escuela, pero también entre el equipo directivo y el claustro para que sepan diferenciar lo que es una situación de acoso y lo que es normal. "Tener conflictos no es malo, pero debe haber una línea roja que a veces es difusa", detalla la COCOBE.
A pesar de haber destacado el papel de las familias, Casanovas y de Andrés no olvidan al profesorado. "Si como docente notas que en la escuela el alumno no se siente como en casa, debes preguntarte por qué", dice la educadora social. Y sigue: "Si hay acoso es porque antes ha habido dinámicas de discriminación que han quedado impunes". Ahora bien, Casanovas reitera la necesidad de dar recursos a los docentes para hacer frente al bullying. "Deben tener una formación para tener una mirada que dé seguridad al alumno acosado para que tenga la confianza de explicarlo. No todo el mundo está capacitado para hacerlo y esta visión debemos tenerlo sobre la mesa", concluye. .
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En casa
- Problemas psicosomáticos, como dolor de estómago, problemas de sueño, ansiedad, angustia, trastornos alimentarios, etc.
- Evidencias físicas como heridas, marcas, azules, quemaduras, autolesiones, etc.
- Cambios de comportamiento, como no querer ir a la escuela ni a otras actividades sociales, mostrarse irritado o frustrado, distante, alienado/da y desanimado/a.
- Mostrarse en estado de alerta o alarma constantemente frente a los aparatos electrónicos, incluso cuando duerme.
- Mostrarse enojado/a, depresivo/ay/o frustrado/a después de utilizar el ordenador o después de un mensaje o una llamada.
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En la escuela o instituto
- Cambio drástico en el rendimiento y motivación académica.
- Alteración repentina emocional que se refleja en su comportamiento.
- Desaparición o ruptura de sus pertenencias personales.
- Exclusión por parte del grupo.Marcas físicas o autolesiones