Emergencia social

Un particular acoge en su casa a personas que habían ocupado el antiguo cuartel de la Guardia Civil en Sabadell

En el recinto sólo quedan una quincena de la cuarentena de individuos que se instalaron allí

TerrazaDe forma altruista y sin condiciones, Àlex Puy Ampurdanés, de 55 años, ha acogido en su casa a cuatro de las personas que habían ocupado el antiguo cuartel de la Guardia Civil en Sabadell. "Si a mí me hubiera ido siempre bien a la vida, quizás no se me hubiera ocurrido acoger a nadie. Pero con mi experiencia, no podía decir que no", argumenta. Àlex también vivió durante años en la calle y si lo logró es porque alguien le ayudó, asegura.

La asociación Nadie sin Techo Sabadell también ha ofrecido alojamiento a otras dos personas. Y el Ayuntamiento de Sabadell ha trasladado a un hostal a las dos familias con hijos menores que también se habían instalado en el antiguo cuartel. Otras personas se han ido por su propio pie ante la amenaza de un desalojo inminente, después de que el lunes un juzgado de instrucción diera 48 horas a los ocupantes para abandonar las instalaciones.

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Actualmente, en el antiguo cuartel, sólo quedan una quincena de personas de la cuarentena que llegaron a ocupar el recinto, formado por cuatro edificios de viviendas públicas que han sido abandonadas nada menos que 25 años por un litigio entre el ministerio del Interior y el Ayuntamiento de Sabadell.

Encantados con la nueva casa

Han pasado dos días desde que los subsaharianos Elvis, Tom, Gilbert y Erik viven en casa de Àlex, y todavía no se saben porvenir que alguien les haya ofrecido alojamiento de forma altruista. Y no es que Álex sea ningún apoderado. Vive en Terrassa junto a su mujer, en un piso antiguo que era de los padres. De aquellos que tienen un pasillo larguísimo y apliques de hace décadas. Pero que, eso sí, es bastante grande: tiene cuatro habitaciones, aunque no en todas hay cama.

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Tom, Gilbert y Erik duermen de momento en el suelo, sobre una esterilla o en un colchón hinchable. Elvis es el único que tiene cama y, además, de matrimonio. "Le he dado la mejor habitación porque está enfermo", justifica Àlex. El hombre, de 41 años y originario de Camerún, sufrió un ictus y tiene reconocida una discapacidad permanente del 66%.

"Al menos aquí podemos ducharnos y cargar el móvil, y la policía no nos molesta", dicen los cuatro subsaharianos, que se muestran encantados con su nueva casa. En el antiguo cuartel, no había agua ni electricidad, y los agentes locales iban a menudo.

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Este viernes por la mañana Erik rozaba diligente el suelo del largo pasillo. "Por supuesto ayudamos en los trabajos de la casa y también contribuiremos a pagar las facturas del gas y la electricidad", asegura Elvis. Lo que más les preocupa hoy por hoy es regularizar su situación lo antes posible y encontrar un trabajo. Tom, de 52 años y originario de Nigeria, es el único que tiene papeles. Elvis lleva un año esperando que les renueven y ya no sabe a cuál lleva llamar para acelerar el trámite. Y Gilbert y Erik, también cameruneses de 35 y 36 años respectivamente, llegaron a España hace pocos meses. Por el momento se ganan la vida recogiendo chatarra.

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Los cuatro hombres dicen que Àlex les ha dado de plazo hasta abril para vivir en su casa. "Yo sé qué es dormir en la calle con frío y estar días sin comida", asegura Àlex, que estuvo enganchado a las drogas y vivió en la calle unos seis años hasta que la asociación Nadie sin Techo Sabadell le ofreció un alojamiento y así pudo enderezar su vida. De eso hace ya una década.

Nadie sin Techo

Precisamente, Nadie sin Techo Sabadell es la entidad que también ha ofrecido alojamiento a otras dos personas que estaban en el antiguo cuartel de la Guardia Civil: un hombre que hacía tiempo que les solicitaba ayuda, y una mujer que tampoco tenía dónde vivir y que acaba de someterse a quimioterapia y radioterapia por un cáncer de mama.

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Por su parte, el Ayuntamiento de Sabadell ha proporcionado "alojamiento temporal" en un hostal de Terrassa a dos familias peruanas con hijos menores. Nueve personas en total. "Se trabaja en una alternativa más permanente. Están en Terrassa por la falta de recursos en Sabadell", han argumentado fuentes del consistorio. Desiré Silva, la madre de una de las familias, explica por teléfono que ahora sus hijos, de 16, 13 y 5 años, tardan casi hora y media en llegar a la escuela o al instituto en transporte público. Sin embargo, se muestra agradecida: "Doy gracias a Dios que nos han dado un techo". Llevan más de un año y medio buscando piso sin éxito, aunque tanto ella como su marido tienen trabajo. Ella en un salón de uñas, y él en una barbería.

En cuanto a las personas que continúan en el antiguo cuartel de la Guardia Civil, el Ayuntamiento afirma que "están en marcha los procesos para poder atenderlos y se actuará según la situación de cada uno". Pero ya ha aclarado que "no tiene recursos para todos". Tino Ferreira, de 47 años, es uno de ellos y se queja de que ni a él ni a sus compañeros les han ofrecido un alojamiento porque son gitanos. "Aguantaremos aquí mientras podamos", asegura.

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El desalojo del antiguo cuartel no tiene fecha, pero es cuestión de días o de horas. La gran incógnita es saber qué va a pasar después con el recinto. ¿Seguirá años abandonado?