"Tampoco nos engañamos; el agua está fría": primer día de playas llenas hasta los topes
En algunos puntos de la costa catalana el termómetro ha superado los 30 °C
BarcelonaNo son ni las 12 del mediodía y el termómetro marca ya 25 grados en muchos puntos de la ciudad de Barcelona. "Parece que sea 15 de agosto", asegura una mujer mayor, sentada en la terraza de uno de los primeros chiringuitosdel paseo marítimo de la Barceloneta. Dice esto mientras observa la playa que, aunque aunque estamos a finales de mayo, está llena hasta los topes. Ahora bien, la diferencia con un día de agosto cualquiera es que hoy la gran mayoría de los que han querido inaugurar el primer día de playa del año son vecinos de Barcelona, más que turistas, que también yacen en la arena, algunos con la piel rojiza, que revela cómo el de hoy no ha sido su primer día de rebozarse en las playas barcelonesas.
Los hombros rojos resaltan en medio de un mar de cuerpos más bien pálidos de muchos de los que hoy han sacado del armario, por primera vez este año, los pantalones cortos o los vestidos de verano. Aunque la arena está llena, los viajes al agua son constantes pero también breves. "Tampoco nos engañamos; el agua está fría", dice una chica a una amiga, que le escucha desde la toalla.
Todo ello hace que la mayoría de los valientes que apuestan por quedarse más rato en remojo lo hagan con el agua sólo hasta la cintura. De hecho, la escena de una mujer en el agua, pero con camisa, sombrero y una bolsa en la mano es la evidencia de que algunos que no tenían previsto mucho más que remojarse los pies, se lo han repensado por el calor del mediodía. También lo revela una chica holandesa que utiliza los shorts para taparse la cara mientras toma el sol o un hombre que moja el borde del pantalón en el agua intentando refrescar el máximo de pierna que puede.
El no estar en plena temporada alta también ha generado situaciones menos habituales. Si normalmente los principales clientes de los servicios que se ofrecen en las playas son los guiris, este sábado masajistas, vendedores ambulante de pulseras y pareos y también los que gritan "cerveza, beer, mojito" intentan convencer a los barceloneses para ganarse el sueldo de hoy. Lo intentan hacer con cierta discreción –y más bien con poco éxito–, mientras por la megafonía se repite en catalán, castellano, e inglés que está prohibido "ofrecer servicios" a las playas.
En un momento dado dos mujeres equipadas con una sombrilla y una tumbona lo dejan todo y se estiran en la arena. y que al poco rato todos vuelven para seguir haciendo negocio.
Refuerzo de seguridad en las playas
Esta semana ha entrado en funcionamiento el refuerzo de Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana en las playas de la capital catalana. La unidad encargada del litoral de la ciudad está formada por unos 80 agentes que patrullan por las 10 playas de la fachada marítima barcelonesa y estará desplegada hasta finales de septiembre. Los agentes patrullan a pie, con scooters, con vehículos de cuatro ruedas, con bicicletas, y con quads adaptados para circular por la arena. También habrá un refuerzo policial desde el agua con dos embarcaciones semirrígidas que permiten la vigilancia tanto de la playa como de los espigones.
Más allá de la seguridad, el Ayuntamiento de Barcelona también incrementa los servicios de limpieza para mantener las playas en buen estado. Se realizará con limpieza manual de las playas y cribado mecánico de la arena –la máquina que separa la arena de los residuos– en turno de noche. Además, se utilizará agua de mar para aumentar la eficiencia y la calidad de la limpieza, a la vez que se evitará generar polvo en suspensión durante las labores de mantenimiento.
Temperaturas de récord
El ascenso de las temperaturas que hemos vivido esta semana ha dado el pistoletazo de salida a la temporada de playas, con máximas que en algunos casos han superado los 28 o 30 °C en la misma línea de la costa, aunque la marinada y un mar relativamente fresco han hecho que el ambiente no fuera tan cálido como en el interior. Este sábado al mediodía, por ejemplo, los 24 °C del puerto de Barcelona contrastaban claramente con los 29 que se registraban en El Prat de Llobregat, a pocos kilómetros de distancia. Una situación similar a la que se ha vivido en Sant Pere Pescador (Alt Empordà), donde había cuatro grados menos que en el municipio adyacente de Torroella de Fluvià.
Esta diferencia entre los valores térmicos de la costa y de las zonas con menor influencia marítima se debe a la temperatura del mar, que a un metro de profundidad está alrededor de los 20 °C en el sector central del litoral, ligeramente por encima de la media y muy por encima de la temperatura que el agua tenía hace sólo una semana (17 °C). En el caso del Estartit, el observador oceanográfico Ramon Pascual ha medido una temperatura de 21 °C, superando en tres grados la media por la época del año y marcando un nuevo récord en un mes de mayo en los más de cincuenta años que lleva registrando datos.