Varios expertos afirman que los gestores del Castor sabían desde 2005 que la falla de Amposta estaba "activa"
Destacan que se hacía "muy difícil" establecer un protocolo de inyección que evitara la incertidumbre sobre la respuesta de la zona
ValenciaLos gestores de la plataforma Castor sabían que en la zona había una falla activa. Así lo han asegurado en sede judicial Rubén Juanes y Bradford H. Hagen, dos de los responsables del informe del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y de la Universidad de Harvard encargado por el gobierno español y que sirvió para anunciar el cierre de la plataforma Castor en 2017. Según su declaración, desde 2005, tres años antes de obtener la concesión y ocho antes del inicio de la inyección de gas en periodo de pruebas, la empresa impulsora del almacén submarino, ESCAL UGS, disponía de los resultados de un análisis sísmico que ya constataba la presencia de fallas activas en la zona.
Según Hagen, el documento revelaba que "existía movimiento en la falla [de Amposta]" y que esta era "activa". "No sabían lo rápido que se movía, pero quedaba claro que había deslizamiento, con terremotos o sin ellos", ha añadido. Es por eso que el científico ha destacado que la administración y la compañía eran conocedoras de que "las inyecciones se hacían en una zona activa y que podían provocar movimientos". Los dos expertos han declarado en la Audiencia Provincial de Castellón en el juicio que pretende aclarar si ESCAL UGS y sus dos máximos ex altos cargos, Recaredo del Potro y José Luis Martínez Dalmau, tuvieron alguna responsabilidad en los terremotos que sufrió la costa del Montsià y del Baix Maestrat en otoño de 2013.
Prueban que la inyección de gas causó los terremotos
Por su parte, Juanes ha explicado que "la gran incertidumbre" sobre la respuesta del suelo en una zona de fallas "tectónicamente activa" hacía "muy difícil" establecer un protocolo de inyección y operación que lo evitara. En la misma línea, Emilio Carreño, José Manuel Martínez Solaries y Juan Vicente Cantavella, autores del informe del Instituto Geográfico y Minero de España que solicitó el ministerio de Industria para evaluar la viabilidad del proyecto Castor, han explicado que, aunque al principio no disponían de certezas, posteriormente pudieron comprobar que existía una relación causa-efecto entre los seísmos y la inyección de gas. Los expertos han reconocido que en un primer momento "había más dudas" y que "no había relación evidente", pero que se siguieron analizando los datos y se constató que existía una relación entre la actividad sísmica y la inyección de gas.