"Los hombres no saben cuál es su rol"

Elena Puig Guitart es psicóloga y divulgadora en las redes: hablamos con ella sobre una 'pandemia de ansiedad', el sesgo de género en terapia y la adicción a las pantallas

¿Quién va a terapia? Elena Puig Guitart explica que no toda la gente que quisiera o debería ir: "No tenemos recursos a escala pública. Ir al psicólogo es un lujo, y debería ser universal". Puig es psicóloga, pero también ha encontrado pasión al dar consejos en las redes, donde ha logrado tener miles de seguidores que, precisamente, no pueden ir a terapia y piden ayuda sobre relaciones de pareja, gestión emocional o salud mental.

Puig descubrió su vocación bien entrada en el mundo laboral: cuando llevaba 20 años trabajando en una consultoría y ya tenía tres hijas, hizo un cambio radical de vida. La preocupación por la falta de acceso público a la psicología ha sido un asunto recurrente a lo largo de su carrera. Pero no sólo: el sesgo de género con el que se encuentra también le preocupa. Son mayoritariamente mujeres las que acuden a Elena. Y no es casualidad.

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Hombres que "no saben cómo ponerse"

"Tenemos una cultura que determina. A las mujeres nos educan para cuidar, para ser complacientes, por no poner límites". Y eso quiere decir que las mujeres piden más ayuda y hablan más de emociones, algo que también les da "más atributos por ser más competentes", aunque el mundo esté "montado de acuerdo con el patrón masculino". Ahora bien, ellas van a terapia, pero ¿y ellos? Puig afirma que todavía hay una gran cantidad de hombres que "no saben cómo ponerse y no ven necesario" acudir al psicólogo. Hay que "tener paciencia y fe": "Desde un punto de vista sociológico, los hombres no saben cuál es su rol. Ahora las mujeres exigen que el hombre se comunique, que tenga emociones, que participe en los cuidados..." Unas reclamaciones con las que nunca se habían encontrado.

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Cambiar ese marco mental tradicional sexista pasa por la educación y la terapia, defiende Puig. Unos factores todavía muy ligados al privilegio: "Hay unas bolsas de pobreza, precariedad, de estigmas y no podemos pensar que personas de estos entornos vean a la mujer como un ser de luz, porque apenas tienen recursos para sostenerse".

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Una pandemia de ansiedad

Aunque parece que el tabú en torno a ir al psicólogo va desapareciendo, "la salud mental está muy mal, y la perspectiva es que irá a peor". No son buenas noticias las que da la psicóloga. Quizás por eso son cada vez más las personas que recurren a las redes para resolver sus problemas y sentirse escuchadas y comprendidas. Esto es lo que intenta hacer Puig a través de Instagram (@latevapsicologa): "La gente consume [contenido en las redes] porque no tiene dónde ir".

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Las redes pueden ser espacios en los que expresarse y recibir ayuda, pero también forman parte del problema: la sobreestimulación de las pantallas no ayuda a calmar nuestro cerebro, y hace que estemos "hiperalerta". "Vivimos una pandemia de ansiedad", anuncia Puig. Y esto es causado por nuestro estilo de vida y el contexto social, que nos lleva a vivir angustiados y sentirnos amenazados. Como cuando vivimos un peligro real, por ejemplo, si nos encontramos cara con un oso, se activa nuestro sistema nervioso para ponerse en modo supervivencia: "Hay una gran cantidad de gente que vive como si tuviera el oso cada día en su casa".

Con todo, el consejo es "no limitar las horas que pasamos con el móvil, sino intentar aumentar el contacto con la naturaleza, estar con los amigos, leer... No forzarnos a dejar el móvil, sino forzarnos a hacer otras cosas y como consecuencia dejar de mirarlo". También es importante no caer en los discursos que nos desenpoderan o culpabilizan: "No debemos incorporar el discurso de «Soy débil». Es que realmente te lo ponen muy difícil".

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Incorporar la terapia como un recurso universal todavía parece inalcanzable, pero es evidente que es un recurso que la sociedad pregunta si tantas personas ven la necesidad de pedir ayuda y consejo a Instagram, por muy distópico que parezca.