Psicología

¿Los libros de autoayuda pueden ser perjudiciales?

Dan pautas sencillas y prometen grandes resultados, pero hay expertos que creen que pueden ser contraproducentes

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BruselasLos libros de autoayuda normalmente se anuncian como bestsellers que, al menos, ya han cambiado la vida en medio mundo y aseguran que, si sigue los pasos que marcan, usted puede ser el siguiente: empezará a vivir el presente, valorará lo que tiene, encontrará buenos amigos y la pareja perfecta, dejarán de sentirse vacío y solo, será más simpático y eficiente y alcanzará el éxito profesional y, en definitiva, todo lo que se proponga. Es decir, por unos 20 euros como máximo que puede valer el libro, será feliz de una vez por todas y para siempre, sin matices.

Ahora bien, ¿hay trampa? "Según qué libros de autoayuda y según qué autores, sí pueden llegar a ayudar, pero es evidente que no basta leer cuatro pautas grandilocuentes, ambiguas y, a menudo, vacías de contenido", responde el psicólogo Eduardo Bertomeu . De hecho, pueden incluso ser contraproducentes. "Pueden dar falsas esperanzas a personas que están en situaciones muy complicadas y postergar o complicar su curación. También hay muchos libros que vienen a decir «Anímate, va, que la vida son cuatro días». Precisamente, lo que seguramente quiere a la persona que lee el libro es animarse y no lo consigue. Esto aún puede generar más culpabilidades, presión y angustia", añade Bertomeu.

Lo más peligroso, advierte David Bueno, profesor e investigador experto en genética y neurociencia de la Universidad de Barcelona, es cuando se leen los libros de autoayuda "ciegamente y de forma acrítica" y resalta que es muy importante fijarse con quién es el autor. "Si es un buen profesional, ya procurará no convertir nada con una serie de efectos dogmáticos", afirma Bueno. "En muchos sectores hay competencia desleal y es un tema delicado, pero más en el ámbito de la salud. Muchos se hacen pasar por terapeutas y no lo son; pasa un poco lo mismo con los libros", añade Bertomeu.

Por otra parte, Mònica Cunill, profesora de psicología de la Universidad de Girona, considera que los libros de autoayuda no son perjudiciales por sí mismos. "Depende del lector. Hay gente que el positivismo banal le genera rechazo y le ve demasiado superficial, pero quizás hay personas a las que en ese momento las puede animar y serle útil". Cunill también considera que este tipo de libros "ayudan a luchar contra el analfabetismo emocional y son el primer paso hacia el autoconocimiento y, según cómo, para acabar yendo a terapia".

Sin embargo, evidencia Bueno, no todos los lectores tienen la misma capacidad crítica y de discernimiento de lo que les puede ser conveniente o claramente perjudicial. "Hay una facultad que se llama flexibilidad cognitiva que permite adaptarnos y razonar sobre diferentes situaciones, planteamientos y creencias. Hay gente que es muy rígida y es incapaz de ser crítica, que por ejemplo lee que debe ser feliz siempre y puede llevarlo al extremo", explica el experto en neurociencia.

Bueno también subraya que es necesario diferenciar entre los libros de autoayuda y los que hacen divulgación, por ejemplo, sobre inteligencia emocional o neurología. "Precisamente, uno de los últimos libros que he publicado puede parecer que sea de autoayuda porque se titula el Arte de persistir pero no doy órdenes directas ni pretendo sacar a la luz ninguna receta mágica; sencillamente explico cómo funciona el cerebro en determinadas situaciones", explica Bueno.

En todo caso, los expertos coinciden en que los libros de autoayuda ni los de divulgación pueden sustituir a la terapia. "El psicólogo va más allá de diagnosticar la situación, ya que asesora y acompaña al paciente en todo el proceso. Además, nos puede hacer ver cosas que nosotros mismos obviamos, los puntos ciegos", destaca Cunill. En la misma línea, Bertomeu apunta que un buen libro puede ayudarnos a tener más información y más conocimientos sobre cualquier tema que nos preocupe en general, cosa muy positiva, pero no hay ningún caso igual y la terapia tiene la capacidad de adaptarse a cada situación y persona en concreto.

¿Por qué se venden tanto?

Basta con mirar la lista de los libros más vendidos: los libros de autoayuda son un negocio redondo para editoriales y autores. Una de las claves de su éxito –apunta Cunill– es el gran desconocimiento que existe sobre la gestión de las emociones, y como ir al terapeuta todavía está bastante estigmatizado, se intenta encontrar las respuestas a los libros de autoayuda. Bertomeu también considera que "hay un aumento del sufrimiento global" y que el positivismo de estos libros es muy goloso. "¿Quién no quiere ser feliz? Además, te dicen que no es demasiado complicado y que sólo tienes que seguir diez pasos. Y, claro, los resultados tampoco son fáciles de evaluar, porque son bastante intangibles", señala Bertomeu. En este sentido, Oriol Ponsatí-Murlà, doctor en filosofía por la Universidad de Girona, apunta que la autoayuda cumple con "la fantasía de la solución fácil a pesar de que la vida sea necesariamente compleja y cambiante".

Bueno también destaca que existe gente que tiene una "cierta dependencia" del consumo de libros de autoayuda. Se siente bien leyendo y tiene la sensación de que está solucionando los problemas, como una especie de efecto placebo. "Hay estudios que demuestran que el hecho de que algo sea predictivo nos genera confianza y nos da tranquilidad", asegura Bueno.

De hecho, Ponsatí-Murlà explica que la literatura de autoayuda podría emparentarse con la tradición milenaria de la literatura pensada para el crecimiento personal o de consejos que se remonta a la edad antigua y recuerda que, a partir de entonces , siempre ha habido. Pone de ejemplo Ética a Nicómaco, un tratado de Aristóteles sobre la virtud y la moral, o El príncipe, un ensayo de Nicolás Maquiavelo sobre política, y asegura que actualmente el nivel de este tipo de libros, en general, se ha degradado de forma importante. "Hay más alfabetizados que nunca y se editan para un público mucho más numeroso. Ahora, el objetivo es tener muchas ventas y estos libros se han vuelto más simples y efectistas, hechos más desde un punto de vista de publicista que para hacer una reflexión profunda", explica Ponsatí-Murlà.

Sin embargo, desde el punto de vista del sistema editorial, el filósofo celebra que se vendan tantos. "Está bien que el catalán se expanda en todos los flancos, también en el de los libros de autoayuda. Además, ayuda a las editoriales a financiar libros de alta literatura que quizás no se venden tanto". En cambio, hay libreros, como Carlota Freixenet y Laia Salvador, de La Carbonera (del barrio del Poble-sec de Barcelona), que se niegan a venderlos. "Somos conscientes de que los libros tienen unos efectos sobre los lectores y por eso vigilamos. No compramos nada a ciegas; se nos puede escapar una novela muy mala, pero no un libro de autoayuda", asegura Freixenet.

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