Ana Adan: "El horario de invierno nos hace funcionar mejor a nivel físico y mental"

BarcelonaA pocos días de entrar en el horario de invierno, el gobierno español ha propuesto este lunes en la Unión Europea acabar con el cambio de hora, aduciendo que no supone un ahorro energético significativo y que tiene efectos nocivos para la salud de las personas. En el ARA hablamos con Ana Adan, catedrática del departamento de psicología clínica y psicobiología de la Universidad de Barcelona (UB) y experta en cronobiología.

¿Es una buena idea acabar con el cambio horario?

— Es una buena idea si mantenemos el horario de invierno. Es el más sincronizado con el ciclo solar, el horario ambiental que mejor nos hace funcionar a nivel de rendimiento físico y mental. Lo importante es que a la hora de levantarte haya luz, porque la luz nos activa, y que a la hora de dormir haya oscuridad, que nos desactiva.

La comisaria española Teresa Ribera, de hecho, ya ha apuntado hacia ese horario.

— Es lo mejor. Ahora nos asegurará que por la mañana tengamos luz, pero también que en verano, cuando el fotoperiodo se alarga, no exista un exceso de luz hacia la hora de cenar y para conciliar el sueño. El horario de verano nos sobreexpone a luz al atardecer, lo que nos dificulta ir a dormir, pero el despertador suena a la misma hora por la mañana y la gente descansa menos.

¿Cómo nos afecta el cambio horario?

— Nos desajusta los ritmos biológicos, pero cuando el cambio es de una sola hora tiene menores efectos. En adultos sanos supone una incomodidad, que quizás se traduce en tener hambre o sueño a la hora antigua. Algunos datos sí apuntan a que con el cambio horario se ha visto un incremento de la prevalencia de accidentes cardiovasculares en personas con trastornos previos, especialmente en el sexo masculino.

¿El efecto cambia en función de la edad?

— Hay estudios que indican que el cambio de hora tiene mayor efecto en las criaturas y en las personas mayores. Las personas que tienen el envejecido reloj biológico, o que lo tienen muy joven y que todavía se está organizando, tienen mucha más dependencia de la información del ambiente. Esto hace que les cueste más reorganizarse con el cambio de hora, aunque el efecto sigue siendo menor. Los niños, por ejemplo, pueden estar más irritables o con somnolencia en la hora concreta de desajuste.

¿Podemos llegar a sufrir problemas de salud?

— De efectos que nos puedan generar una alteración o trastorno sólo encontramos en casos de jet lag, cuando existe un cambio horario a partir de las tres o cuatro horas. Entonces sí que podemos tener problemas gastrointestinales, afectaciones sobre la atención y la concentración...

¿Y trastornos del sueño?

— El cambio horario no es un factor que provoque trastornos del sueño. Quizás los niños y las personas mayores pueden notar al principio que no duermen tan bien. Pero es algo puntual.

¿Mantener siempre el mismo horario nos ayudaría a descansar mejor?

— Lo facilitaría, pero lo que realmente nos ayudaría a descansar más y mejor sería cambiar nuestros hábitos. La recomendación desde la cronobiología es levantarnos por la mañana y exponernos a la luz ambiental, que nos da energía para funcionar a nivel físico y mental, y después no cenar tarde e ir a dormir a una hora adecuada. Y sobre todo hacerlo sin sobreexposición a la luz desde dos horas antes, porque si no estamos engañando al cerebro y eso no nos permite descansar.

¿Y eso sí tendría efectos sobre la salud?

— Enormes. No dormir lo suficiente o no descansar bien son factores de envejecimiento precoz y aumentan el riesgo de enfermar.