Montcada i ReixacPodría haber sido una desgracia, una más. "En lugar de 30 evacuados podrían ser 30 muertos", dice Bartolo Egea, alcalde de Moncada i Reixac en las afueras del asentamiento de chabolas y huertos junto al río Besòs, donde esta madrugada ha habido un incendio. Es la misma zona donde en enero de 2022 murió una pareja asfixiada por el fuego de una estufa en el interior de su precario vivienda. A raíz de esas dos muertes las administraciones catalanas se conjuraron para hacer un plan para limpiar el área, que empezó a ocuparse en la década de los 70 con casitas y huertos, pero que por la necesidad social y la pasividad pública se ha convertido en un barrio precario, sin luz ni agua. Dos años después el fuego no causó víctimas mortales, pero sí puso en evidencia la lentitud a la hora de poner manos a la obra. De ahí el grito del alcalde de la ciudad vallesana: "La Generalitat debe ponerse las pilas", ha reclamado, porque la problemática social, urbanística y medioambiental que confluyen en este asentamiento supera la capacidad del municipio, asegura.
El aviso del incendio lo dieron los propios vecinos, que alertaron a los Bomberos y no tuvieron tiempo para nada más. Han salido corriendo, vestidos con los pijamas y han ido hacia la carretera de la Roca para resguardarse de las llamas. "Mira, Juan no ha podido coger ni unos calcetines, todo ha ido muy rápido", afirma una vecina a primera hora de la mañana, tapada con una de las mantas que les han ofrecido para resguardarse del frío, intensificado por el viento persistente. La mayoría de los afectados rechazaron el ofrecimiento de pasar la noche en un polideportivo de la ciudad y prefirieron quedarse allí, pendientes de las noticias que les hacían llegar. Quienes han tenido más suerte o han pensado han cogido los coches, que también sirven de refugio. Hasta las puertas del asentamiento han llegado los servicios sociales municipales, Cruz Roja y personal del CUESB, el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona, para hacer una primera atención de lo básico: comida, caldo caliente, agua , etc.
Pero más que para comer a los vecinos están nerviosos porque ya hace horas que han dejado su casa. Una vez extinguido el fuego y con la garantía de que no existía riesgo, las familias afectadas han regresado a su casa y, según el Ayuntamiento, ninguna de ellas necesitará ser realojada. Aún no se ha determinado la causa ni el origen del incendio, pero no se descarta que se hubiera iniciado en unos coches aparcados en uno de los patios de las casas y se hubiera esparcido gracias al viento ya la gran cantidad de materiales inflamables que se ha encontrado a su paso, como neumáticos o plásticos.
En un círculo improvisado, un puñado de vecinos comentan lo que han vivido horas antes. No quieren identificarse y aseguran que están hartos de "vivir como ratas" y que "a nadie le importe". Del plan del 2021 saben poco. Hace un año los técnicos llegaron al poblado y preguntaron para saber quién vivía en cada barraca, si eran propietarios del terreno y qué necesidades tenían. La fotografía de ese estudio censó a 142 personas, entre ellas 25 menores de edad, y 420 barracas, entre las que se utilizan como vivienda habitual y las de fin de semana. "Estos datos pueden haber quedado desfasados y seguramente ahora hay más gente viviendo", apunta el alcalde.
También ha venido a visitar la zona el delegado de la Generalitat en Barcelona, Joan Borràs, que ha confirmado que los cinco estudios comprometidos entre todas las administraciones (Generalitat, Área Metropolitana de Barcelona, Consorcio del Besòs y Ayuntamiento de Montcada) ya se han terminado y ahora se está pendiente de la aprobación del plan de trabajo, que debe plantear "las soluciones", y que apenas se prevé encargar la próxima semana. El proyecto tiene como objetivo final la eliminación del asentamiento, entre el cauce del Besòs y la carretera de la Roca del Vallès, para recuperar la zona como corredor ecológico. Sólo para la limpieza de las barracas y descontaminación del terreno se calcula que harán falta tres millones de euros.
Pero antes de la limpieza habrá que encontrar una solución para los residentes de las barracas, algunos de los cuales llevan años empadronados. Sin los suministros básicos, los vecinos han ido acondicionando las casas como han podido, así que junto a una barraca precaria puede haber una con mayores comodidades. Además, también hay personas que tienen en esta zona terrenos de su propiedad para hacer huertos, o tienen almacenes.
A primera hora de la tarde, todos los residentes
87 avisos por el viento durante la noche
Hasta las siete de la mañana los Bomberos han recibido 87 avisos a causa del viento que afecta a Catalunya. La mayoría corresponde a árboles o elementos urbanos caídos. La mayoría de las llamadas han llegado desde la demarcación de Barcelona. La región de emergencias metropolitana norte ha recibido la mayoría de los avisos, 42, y 26 se han realizado desde la sur. La región de emergencias central ha recibido 8 avisos, 7 se han realizado desde la de Tarragona, 3 desde Girona y una desde las Terres de l'Ebre.
El temporal de viento se prevé que siga afectando al país hasta el domingo. Por este motivo, Protecció Civil mantiene todavía activada la fase de alerta del Plan Especial de Emergencias por Riesgo de Viento en Catalunya (Ventcat) y pide precaución. El Servicio Meteorológico de Cataluña contempla rachas de 40 kilómetros por hora en todo el territorio y especialmente en Barcelona, Tarragona, Lleida y en la Cataluña Central. En algunos puntos se alcanzarán los 70 kilómetros por hora y velocidades superiores. Esta madrugada en el Puig Sesolles, en el Vallès Oriental, se registraron rachas de 138,2 kilómetros por hora.
A lo largo de la mañana, el número de incidencias ha aumentado hasta las 697 a las 10 h. Según ha informado el servicio de emergencias, la mayoría de llamadas se han realizado desde el Barcelonès, donde se han atendido 276 incidencias.