Los infectados leves de covid podrían ser inmunes toda la vida

Los afectados almacenan células en la médula ósea capaces de producir anticuerpos protectores

Ara
y Ara

BarcelonaLa médula ósea de quien se infecta de covid de forma leve es una fuente de anticuerpos protectores contra el virus a largo plazo, según las conclusiones de un estudio de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en Saint Louis (Estados Unidos) y publicado en la prestigiosa revista científica Nature. Meses después de recuperarse de la infección, el médula del afectado almacena células plasmáticas con memoria y capacidad de producir defensas específicas contra el coronavirus. En el supuesto de que el virus reaparezca, estas células reconocen la proteína S –la que utiliza el covid para entrar e infectar a las células– y liberan las defensas en el torrente sanguíneo para hacerle frente. 

Así, el organismo está preparado para fabricar anticuerpos siempre que haya que vallarle el paso al virus. O, dicho de otro modo, las células plasmáticas estarían confiriendo inmunidad al afectado durante un periodo de tiempo indeterminado. Según los investigadores, hay “fuertes evidencias” que permiten afirmar que los infectados podrían estar protegidos buena parte de su vida después de pasar el contagio de forma leve.

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Los resultados también desmontan la idea de que un paciente leve de covid pierde la inmunidad al poco de la infección. Algunos estudios habían descrito una reducción muy pronunciada de la cantidad de anticuerpos específicos a partir del cuarto mes desde la recuperación del contagio, pero el investigador principal del estudio publicado en Nature, el inmunólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington Ali Ellebedy, asegura que este comportamiento es “normal”. “[Los anticuerpos] No bajan a cero, se estabilizan”. 

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Cuando el virus desaparece y los anticuerpos ya no son necesarios, la mayoría de las células plasmáticas mueren y los niveles serológicos –anticuerpos específicos en sangre– disminuyen. Las moléculas que sobreviven se trasladan y se instalan a la médula, y fabrican y segregan más defensas a pequeña escala.

El estudio, hecho a partir de 77 pacientes que habían tenido covid leve o moderado, demuestra que la mayoría de los participantes experimentaban este descenso de anticuerpos cuatro meses después de superar la infección. Poco después, esta reducción se retardaba y se hacía más gradual, sin que desaparecieran del todo. Además, algunas células plasmáticas se mantenían en el torrente sanguíneo hasta once meses después del contagio, y todavía eran detectables en sangre hasta que migraban a la médula.

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Ellebedy afirma que las células plasmáticas de larga duración “pueden mantenerse toda la vida". El también inmunólogo Menno van Zelm, de la Universidad Monash de Melbourne (Australia), afirma que esta nueva evidencia es una buena noticia porque también repercute sobre las vacunas, puesto que “tendrán los mismos efectos duraderos".