Los Jesuitas de Catalunya piden perdón tras las denuncias por pederastia, sin aclarar cuántos religiosos hay bajo sospecha
La congregación se pone en manos del bufete Roca i Junyent y de la Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha para gestionar todos los casos
BarcelonaLos Jesuitas de Catalunya han querido dar un paso adelante a raíz del goteo de denuncias públicas de exalumnos por presuntos casos de pederastia en la institución que en las últimas semanas han avanzado El País y El Periódico y que apuntan a dos religiosos, Francesc Roma y Francesc Peris. La institución ha explicado que tiene abierta una investigación interna, pero no ha aclarado el número total de religiosos bajo sospecha, que en el conjunto del Estado llega a 96. "Pedimos perdón, perdón por el sufrimiento causado", decía el delegado de la Compañía de Jesús en Catalunya, Enric Puiggròs, en una comparecencia pública este miércoles desde el auditorio de la escuela de Carrer Casp de Barcelona, que concentra la mayoría de los casos hechos públicos.
La institución se ha puesto en manos del bufete de abogados Roca i Junyent para gestionar cada uno de los casos –explican que lo harán de manera individualizada– y asumir la "responsabilidad" que haga falta. "No nos da miedo tenerla que asumir", ha asegurado Puiggròs, que ha subrayado que, en caso de que algunas de las denuncias no prescritas lleguen a la vía penal, no ejercerán la acusación particular porque la Compañía considera que lo que toca, "por respecto a las víctimas", es asumir la responsabilidad civil subsidiaria que se derive. En cuanto a la interlocución con las víctimas, la entidad también se ha puesto en contacto con la Asociación para la Mediación, el Encuentro y la Escucha para buscar un punto de encuentro con estas que no los implique un contacto tan revictimizador como hacerlo directamente con la institución o en su sede.
Hace dos semanas, 234 alumnos de la escuela Jesuïtes de Casp mandaron una carta a la institución pidiendo "más transparencia" sobre la información que tenían de las presuntas agresiones sexuales cometidas por Peris –que estuvo en la escuela entre los años 70 y el 2005– y Roma, que a pesar de tener una investigación interna desde 2021 por una denuncia anónima, continuó oficiando misa hasta hace tres semanas. Puiggròs ha explicado que actualmente los dos están "apartados de toda actividad" y que se han reabierto los procedimientos internos en su contra –se trata de una investigación interna que lleva un miembro de la comunidad y un abogado externo que se encargan de hablar con los afectados y analizar las circunstancias de cada caso–, pero no ha detallado si los religiosos han admitido algún tipo de responsabilidad. El delegado de la Compañía sí que ha admitido que fue "un error" que Roma estuviera a punto de hacer una presentación pública del último libro que había escrito, cosa que entiende que habría sido "una muestra de afecto público insultante para las víctimas".
Casos en Bolivia
Puiggròs también ha querido salir al paso de las denuncias que llegan desde Bolivia contra Peris –que fue enviado a Bolivia en 1983–y un hermano del mismo Roma. "No es cierto que enviamos a los pederastas en Bolivia", ha asegurado, y ha negado que tuvieran conocimiento de la conducta de Peris cuando fue a aquel país. A pesar de todo, sí que ha admitido que fue "un error" destinar a Bolivia a otro religioso, el sacerdote Lluís Tó, después de que fuera condenado por abusos sexuales a una alumna de 8 años en la escuela Sant Ignasi de Barcelona. En el país andino, Tó habría continuado en contacto con menores y habría reincidido.
Más allá de estos tres casos, el delegado de la Compañía no ha podido concretar el número de comunicaciones recibidas de afectados ni el número de sacerdotes y religiosos bajo sospecha. Sí que se ha querido poner a disposición de la Sindicatura de Greuges, que también ha abierto una investigación. Además, ha explicado que la institución ha puesto en marcha –además de las medidas que ya marca la ley– un "sistema de formación y prevención" extra para todo el personal y para los alumnos, así como la contratación de personal específico para detectar "espacios y situaciones" de riesgo.